Fuente: eldeber.com.bo
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El exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, advirtió que la crisis del diésel que enfrenta Bolivia podría agravarse al punto de afectar el suministro de gas licuado de petróleo (GLP) en los próximos meses, si no se logra una solución estructural al problema de la falta de divisas y la caída de la producción energética.
“Si no traemos dólares, el próximo año no va a haber GLP. Cocinaremos con leña”, afirmó Ríos en una entrevista televisiva, al señalar que el país carece de los recursos necesarios para pagar por las importaciones de combustibles. Según el exministro, YPFB debe a varios proveedores internacionales más de 500 millones de dólares, y muchas empresas ya se niegan a continuar «vendiendo al fiado».
Ríos cuestionó que el Gobierno confíe en la llegada de buques con diésel cuando “el verdadero problema es con qué dinero se va a pagar”. Explicó que la falta de dólares no solo limita la compra de gasolina y diésel, sino que amenaza con extenderse al GLP, un insumo básico para los hogares bolivianos. “El país necesita divisas fuertes —dólares, yuanes o libras—, porque con bolivianos nadie le vende combustible a Bolivia”, remarcó.
El exministro estimó que Bolivia requerirá unos 6.000 millones de dólares en los próximos dos años para estabilizar el tipo de cambio, pagar deudas atrasadas y garantizar el abastecimiento de combustibles.
“El país está quebrado; nos gastamos 67.000 millones de dólares en la bonanza y nos endeudamos por otros 15.000 millones. El que no traiga dólares frescos no llega a carnavales”, sentenció.
Ríos también alertó que el parque de garrafas de GLP en Bolivia está deteriorado y que muchas ya no están operativas. Por ello, el próximo gobierno deberá reponerlas y prepararse para importar GLP desde 2026, cuando aumente la demanda y caiga aún más la producción nacional. “El gas natural no se ha acabado, pero el GLP será la próxima bomba de tiempo”, concluyó.