Las empresas en la terminal de buses advierten que la situación se agrava cada día, ya que la falta de combustible limita las operaciones y encarece los costos del servicio, según el reporte.
La escasez de diésel en Cochabamba ha generado una crisis en el transporte interdepartamental, ya que en la terminal de buses los pasajes se dispararon y las salidas se redujeron con el pasar de los días, de acuerdo con el reporte de los propios operadores.
Por ejemplo, el pasaje a Potosí, que antes costaba Bs 40, ahora supera los Bs 100, reflejando el impacto del desabastecimiento que afecta tanto al transporte pesado como al de pasajeros.
Las empresas advierten que la situación se agrava día a día. La falta de combustible limita las operaciones y encarece los costos del servicio. En muchos casos, los buses deben esperar largas horas para acceder a cupos de diésel antes de poder iniciar sus viajes, lo que retrasa los itinerarios y genera molestia entre los pasajeros.

Esta situación no solo perjudica a los transportistas, sino también a cientos de personas que dependen del servicio
“Hay bastante afluencia de pasajeros, hay mucha demanda ahorita de Sucre y Potosí más que todo. El que logra cargar sale, el que no espera dos a tres noches”, relató una vendedora de pasajes. “Antes solían salir entre 7 – 8 buses, ahora sacamos 5 – 4, dependiendo lo que agarren”, agregó.
La incertidumbre también afecta a los viajeros, que llegan hasta la terminal esperando poder trasladarse, pero se encuentran con pocas opciones. “Preguntan si hay bloqueo o qué es lo que pasa. Entonces, tenemos que explicar que no hay diésel, que están en la fila, demoran dos, tres o cuatro días”, comentó otra vendedora que atiende en las boleterías.
Según los reportes, las salidas hacia destinos como Sucre y Potosí se redujeron en al menos un 50%, es decir, si antes partían siete buses diarios, ahora solo salen tres. En horario nocturno, de seis buses que normalmente se dirigían al sur, únicamente uno logra salir, mientras que el resto queda parado por falta de combustible.
Esta situación no solo perjudica a los transportistas, sino también a cientos de personas que dependen del servicio para trasladarse dentro del país.