Estoy convencido de que dentro de 30 o 40 años, una de las profesiones más demandadas será la Filología. Al ritmo al que están bajando los ratios de lectura y de concentración, que una persona sea capaz de leer y memorizar conocimiento será una habilidad única en la sociedad.
Yo hoy voy a confesar algo obvio: hasta que no estudié filología, no sabía leer. O sea, sabía seguir una trama, sabía que me gustaba más Nick Horby que Antonio Gala, pero no era capaz de extraer lo verdaderamente importante de un texto: lo que no se dice.
Leer entre líneas es una habilidad que se ha de trabajar igual que cualquier otra.
Los filólogos se pasan años buscando leer más allá de la obra, entender por qué tal personaje actúa de tal manera o tal otra.
Recuerdo con ternura el año que le dediqué exclusivamente a Anatomía de un instante. La obra la había leído, pero durante ese año comprendí lo que realmente quería decir Javier Cercas. En los tiempos que corren no solo es importante saber qué es la desinformación, sino entender de dónde viene, por qué nos la están plantando y por qué está calando.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Los próximos cambios sociales no se están produciendo en las calles, se están generando a golpe de tuit… y, por ahora, la veracidad está perdiendo la batalla.
Como dice mi buen amigo Fernando Siles, las fake news más inconcebibles no se fabrican para que te las creas, eso solo lo hace un porcentaje ínfimo, se crean para construir un marco. Para sacar a la palestra ciertos temas. Y eso hablando a nivel global; a nivel local es mucho peor.
Yo trabajo con empresas y el mayor mal de todos los lugares a los que voy es siempre el mismo: la gente no sabe leer un correo electrónico. O no atiende bien y se equivoca. O directamente no se consigue el efecto necesario con ese correo y acaba creando una montaña de correos secundarios que atasca todo el trabajo.
Como siempre digo en mis clases, a Wittgenstein se le ha interpretado muy mal cuando dijo eso de «Los límites del lenguaje son los límites de mi mundo».
Está claro que es así, pero si quieres expandir los límites de tu mundo tienes que mejorar tu lenguaje. Y hasta ahora, la mejor forma de hacerlo conocida es la siguiente: Leer más, leer mejor.
Por Jorge Corrales, escritor y guionista.