Las barras, de la pasión al vandalismo


Los barrabravas en Bolivia, al igual que en cualquier otro país, copian comportamientos y vestimenta de fanáticos del exterior. Practican una forma de vida violenta y causan estragos por donde quiera que pasen.



Fuente: diez.bo

Montero volvió hacer el epicentro del fútbol nacional, pero no para buenas noticias, sino para volver a leer o escuchar que la violencia empañó un espectáculo deportivo. Barras se enfrentaron en los alrededores del estadio Gilberto Parada en una batalla campal. Utilizaron petardos y objetos contundentes que asustó a más de un ciudadano que transitaba por el lugar.

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Los primeros reportes policiales del domingo 5 de octubre confirmaron que hubo 15 heridos. Fueron trasladados en ambulancias a centros médicos de la zona. Otros violentos se la agarraron con los vehículos estacionados a los que apedrearon y saquearon. Pero este hecho no fue la primera vez, sino que este mismo año un policía recibió un disparo en uno de sus glúteos y otro en el pie. También se observó a hinchas con arma de fuego y machete en mano. De igual forma este mismo 2025 el bus del Club Blooming recibió un disparo que impactó en la ventana cuando salía de Montero.

Según un estudio realizado por exdirigentes, el negocio de las barras es parte de la industria del fútbol y no existe intensión de erradicar por parte de los organizadores pese a la violencia.

Muchos dirigentes ven de reojo o miran al costado para no pelearse con estas mismas barras y luego recibir apoyo cuando lo necesiten.

Para la presidenta en ejercicio de Oriente Petrolero, Guisela Aguilar, el fútbol boliviano está atravesando momentos complicados con el tema barras, pero puntualiza que en su club gracias a la iniciativa del fallecido Juan Montaño, comenzaron un proceso de sensibilización con todos los jefes de barra, haciéndoles conocer las normas y reglas que rigen en la actualidad. También destaca que la propia barra refinera, presentó un proyecto muy interesante, donde ellos mismos plantean contar con su propia organización interna de seguridad, demostrando que existe voluntad de mejorar y poder convivir con el fútbol.

Para Fernando Silva, periodista deportivo y expresidente del Círculo de Periodistas Deportivos de Santa Cruz, el fútbol es pasión y sentimiento. Argumenta que cuando ambos no están equilibrados existe una descomposición que puede asegurar la violencia. “Lo que sucedió en Montero no debe extrañar a nadie. ¿Era algo de esperarse y la pregunta que nos hacemos todos es… se pudo evitar los actos violentos? La respuesta es sí. ¿Cómo? Accionando medidas de seguridad que se establecen en partidos de alto riesgo. La FBF no puede estar ausente del esquema de seguridad; sin embargo, hasta el momento no se nota el trabajo de esta comisión. La Policía es otro elemento que falla. Los uniformados no están capacitados para actuar en eventos deportivos”.

“Las dirigencias de los clubes también tienen mucho que ver en este tema. Subvencionan el ingreso gratuito de hinchas a las canchas con el propósito de recibir aliento permanente y muchas veces en condiciones que no son normales”, subraya.

Por su lado, el presidente del Concejo Municipal de la Alcaldía de Montero, Fernando Rojas, expresó su preocupación por lo acontecido en los últimos meses. “Los barrabravas son un elemento esencial en el fútbol, son el condimento que le da vida al sentir del hincha que corresponda, pero actualmente éstos mismos vienen demostrando una actitud totalmente reprochable y vandálica. Actúan así porque consumen alcohol y estupefacientes, agregando la rivalidad absurda por querer demostrar el dominio territorial”, indica.

Para Rojas existen dos puntos claves para exterminar con esto. Primero se debe concienciar a las barras sobre el daño que causan a la ciudadanía. Si no funciona, sugiere que la FBF debería actuar con la quita de puntos.

En segundo lugar, Rojas sugiere que se debe mejorar en la distribución de policías, es decir, designar de acuerdo a la cantidad de habitantes.

Finalmente, el legislador montereño también indicó que una comisión de la FBF, debe estar destinada al control y concienciación de las barras. Y si esto no funciona, se debería aplicar el plan B, que es jugar solo con hinchas del equipo local.

En los últimos días, el club Guabirá expresó a través de un comunicado, su más enérgico repudio a los graves hechos de violencia ocurridos el 5 de octubre, al finalizar el encuentro entre Blooming y Guabirá. “Queremos dejar absolutamente claro ante la opinión pública, medios de comunicación y autoridades competentes que, en esta oportunidad, el Club Blooming fue el equipo local, por lo que tenía la plena responsabilidad de la organización y de garantizar la seguridad del evento”, dice el escrito.

El dirigente del Rojo, Édgar Menacho, fue contundente al afirmar que Guabirá escapa de cualquier responsabilidad por lo sucedido en las calles de Montero. Aseguró que en ningún momento sustentan a la barra y que tampoco le financian entradas, como lo vienen haciendo otros clubes del país.

OPINIONES

Fátima Escobar: Las masas sociales en el fútbol

El fenómeno social de las barras nos enseña en primer lugar sobre la fuerte necesidad de identificación (a través de uso de códigos, símbolos, territorio, etc.) con un equipo, que permite de una sola vez marcar lo endógeno (semejanzas que unen) y lo exógeno (diferencia que separan).

En segundo lugar, nos enseña también que cuanto más idealizado (fanatismo) esté el “equipo de los amores”, en la misma proporción está la capacidad de rechazar y odiar a todo lo que sea diferente, vale decir, los grupos contrarios; lo que genera un clima agresivo, tenso y violento.

Hay que aceptar que el problema es complejo, como ejemplo están las medidas adoptadas por otros países sin mucho éxito. Sin embargo es posible el análisis, la reflexión y la construcción de alternativas. Por ejemplo: qué hacer con la necesidad de identificación y satisfacción, qué tenemos para ofrecer a la juventud.

Juan Carlos Ramos: Los desmanes de los barras son completamente impredecibles

Para el coronel en estado pasivo Juan Carlos Ramos, experto en conflictos, el plan para cada juego que se dispute en la División Profesional se debe preparar con 72 horas de anticipación. Debería tomarse en consideración, antes de que se realice un evento deportivo, el análisis del lugar, la capacidad del estadio y sus condiciones.

 “Todas estas circunstancias deben estar insertadas en los planes de la policía. El plan debe estar elaborado con mucha anticipación. La policía tiene que tener todo el resultado histórico que trae consigo cada uno de los equipos. Porque hay que destacar que no es lo mismo que juegue Blooming con Oriente, a que juegue Blooming con Real Tomayapo. Es decir, la cantidad de gente y barras que acudan al estadio, no va ser la misma en un clásico, que en un partido sin exigencia. Entonces cada una de estas circunstancias se la debe medir de acuerdo a la situación”, destaca.

Ramos también subraya que se debe tomar en consideración a las unidades especializadas como la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn),la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), para poder intervenir cuando sea necesario antes, durante y después del evento deportivo, además de la presencia de la Fiscalía Departamental, sin descontar la Defensoría de la Niñez, y la  Guardia Municipal y otros.

El coronel también indica que una vez suceda algún conflicto o altercado, se debe hacer un análisis pormenorizado de lo que llegó a suceder en caso de peleas entre barras y otros hechos vandálicos.

“Los desmanes son completamente impredecibles, pero sí, se debe tomar de alguna manera la forma de la cantidad de personal policial adecuado para que pueda neutralizar cualquier tipo de hechos en estos eventos. Ahora ya son situaciones extremas, cuando se da alguna explosión o incendios. Eso ya estaría fuera del alcance exclusivamente de un comportamiento humano dirigido”, concluye.

Para Johan Zambrana hubo negligencia de Competiciones de la FBF

El abogado deportivo Johan Zambrana, en el programa Última Jugada de DIEZ, se refirió a la violencia que se desató en la ciudad de Montero posterior al juego entre Blooming y Guabirá. “Aquí hay responsabilidad compartida entre ambos clubes, es decir, Blooming y Guabirá, más la negligencia de la Dirección de Competiciones de la Federación Boliviana de Fútbol, porque ésta última dirección habilitó el estadio de Real Santa Cruz.

Ahí existe un componente muy importante que no fue prudente la Dirección de Competiciones, a la hora de tomar decisiones, considerando lo que ya sucedio también en Montero con Oriente Petrolero y el mismo Blooming en fechas pasadas. Con esos antecedentes debieron darle el principio de competencias al club Blooming para que llegue a jugar de local en el estadio de Real y de esa manera se pudo evitar los últimos conflictos.