Después de dos años de guerra, ocasionada por el ataque del 7 de octubre de 2023 a Israel, los civiles en Gaza expresan agotamiento y urgencia ante la propuesta internacional que ofrece el cese de hostilidades.
Por Carlos Eduardo Martínez
Después de dos años de guerra en Gaza, los civiles palestinos, quienes han soportado el mayor peso de los enfrentamientos armados desde el ataque terrorista de Hamas contra Israel el 7 de octubre de 2023, vislumbran ahora una posible salida. “Estoy de acuerdo con el acuerdo, porque honestamente estamos oficialmente cansados, estamos exhaustos”, afirmó Khaled al-Ras, un palestino desplazado, en declaraciones recogidas por Reuters.
Desde sus campamentos improvisados a la orilla de las carreteras, entre tiendas hechas con lonas y pertenencias rescatadas de los escombros, muchos desplazados aguardan la decisión de los líderes del grupo islamista. Hamas continúa deliberando sobre si aceptará la propuesta de alto al fuego que presentó esta semana el presidente estadounidense Donald Trump desde Washington, junto con el apoyo de Israel y varios países árabes.
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El ambiente en las calles es de fatiga y desolación, en un territorio ya acostumbrado a la vida en guerra. Madres, niños y ancianos sobreviven milagrosamente tras casi 24 meses de bombardeos y combates. “No quedan niños, las mujeres se han ido, los hombres se han ido, los ancianos se han ido, los niños se han ido, y lo que ves frente a tus ojos son cuerpos despedazados. Es una vergüenza”, lamentó al-Ras, acompañado de familiares que apenas logran protegerse bajo lonas junto a la carretera.
Las opiniones recogidas por Reuters reflejan posiciones divididas frente a la propuesta de alto al fuego. Mientras algunos, como Shaher Abu Afesh, desconfían de las intenciones de Estados Unidos y afirman que cualquier iniciativa está orientada “al beneficio de Israel”, otros suplican una salida inmediata al conflicto: “Nos hemos convertido en mendigos; no encontramos comida ni tenemos ropa”, insistió al-Ras.
La propuesta de Trump, presentada el lunes, fue seguida de un plazo de tres a cuatro días para que Hamas responda, llegó también con la advertencia de “un futuro muy triste” para el enclave en caso de una negativa al proyecto. El plan requiere el cese de hostilidades, la liberación de los rehenes en un margen de 72 horas, el desarme total de la organización terrorista y la conformación de una autoridad de transición custodiada por una junta internacional encabezada por el propio Trump y el ex primer ministro británico Tony Blair. Entre las medidas incluidas aparecen una amnistía para los combatientes de Hamas que depongan las armas y la excarcelación de 250 prisioneros palestinos y 1.700 detenidos gazatíes como parte de un intercambio.
Hasta ahora, Hamas no ha dado una respuesta oficial. Sus portavoces han expresado públicamente reparos sobre la exigencia de desarme y la exclusión de funciones en el gobierno de Gaza, demandando garantías internacionales para el retiro completo de las tropas israelíes. Mientras tanto, mediadores como Qatar señalan que la propuesta será analizada “de forma responsable”, sin adelantar una decisión definitiva.
La situación humanitaria en Gaza sigue deteriorándose. Según cifras del Ministerio de Salud administrado por Hamas y consideradas confiables por la ONU, más de 66.000 palestinos han muerto desde octubre de 2023, principalmente civiles. En Israel, los ataques del 7 de octubre dejaron al menos 1.219 muertos. Las operaciones militares israelíes continúan, la comunidad internacional puja por la aceptación del acuerdo y el éxodo forzado de civiles se agrava con cada jornada.
En las calles polvorientas y repletas de escombros de Gaza, los civiles desplazados insisten en que cualquier acuerdo debe detener la violencia y permitir su regreso. “Cualquier propuesta, si Dios quiere, será por el bien del pueblo: para detener el fuego, el sufrimiento y la dispersión”, opinó Issa Assaliyeh.