“La política es como el mundo del espectáculo, pero para gente fea,” Ronald Reagan, actor de cine y presidente número 40 de Estados Unidos.
Fuente: Infobae
Maduro vive el peor momento de su historia. Una recompensa de 50 millones por su captura, buques nucleares, aviones F-35, drones Reaper y el barco de guerra más grande del mundo lo tienen en la mira. Ante la crisis recure al teatro para ganar simpatía y conectar con la gente.
Ridendo dicere verum. Desde tiempos antiguos los romanos sabían el humor del poder y el poder del humor. Sus teatros eran más célebres que sus teóricos. Los políticos sabían que pagar a los humoristas era útil incluso para cambiar la narrativa y llegar a la gente.
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No war yes peace. Maduro usa el politainment o la política como entretenimiento, para venderse como un hombre del pueblo, un Cantinflas de ocasión que se burla de los poderosos. Un video viral que pretende sepultar sus crímenes y prontuario sangriento.
El político y el payaso. Jeffrey Jones decía que en el mundo moderno, la política se ha convertido en otra rama del entretenimiento popular. Las fronteras entre informar, entretener y hacer política se han borrado. Han desaparecido. Eso explica que Maduro arda de furia porque Youtube le dio de baja deshonrosa.
Chávez rencarnado en un pajarito. “El pajarito voló y yo sentí que allí estaba el espíritu y las bendiciones de Chávez” dijo Maduro en abril de 2013. El video se hizo viral. Allí descubrió que la gente prefiere a un payaso y no a un político.
Un truco viejo pero exitoso. Juan Domingo Perón dijo que “A veces el político tiene que hacer un poco de circo para que el pueblo lo escuche, pero no debe olvidar que no es un payaso, sino un conductor”. Maduro ha descubierto una mina de oro y la está explotando.
El poder de la comedia. Aunque Maduro es un tirano de pacotilla, sabe el poder de la comedia. Recordemos que el actor Volodímir Zelensky ganó las elecciones en Ucrania con un aplastante 72% gracias a su carisma y manejo hábil del humor.
Nicolás Maduro no es un comediante, es un criminal. Venezuela no vive una historia con final feliz sino una tragedia. El chavismo es un narco régimen de 26 años que ha cometido crímenes de lesa humanidad y ha obligado al exilio a más de 8 millones de personas.
Los peligros del politeinment.
Trivialización de temas serios. Se corre el riesgo de abandonar el debate real, la búsqueda de la verdad y la toma de decisiones informadas. Riamos ahora para llorar después. No olvidemos que Maduro no te lleva al teatro te lleva al Helicoide. No es comediante, es criminal. No te mata de la risa, te mata, te secuestra o te desaparece.
Carisma sobre carácter. Los dictadores buscan ganar audiencias, hacer reír, desviar la atención de los temas graves. Gritar más fuerte o llorar llama mucho la atención. Mucho circo y menos pan. Lo triste es que esta estrategia suele tener éxito si no se denuncia a tiempo.
Aunque en los últimos días nos hemos reído fuerte con las habilidades de Maduro para el inglés, no hay que caer en la trampa. Sus sketches no buscan entretener sino engañar. Todo el humor esta bien montado y con un propósito definido: ganar la batalla mediática porque la otra batalla hace rato que la perdió.
*El autor es periodista exiliado, exembajador ante la OEA y exmiembro del Cuerpo de Paz de Noruega (FK). Es exalumno del Seminario de Seguridad y Defensa del National Defense University y el curso de Liderazgo de Harvard.