El presidente de Bolivia, Luis Arce, afirmó este martes que el ganador de la segunda vuelta presidencial en Bolivia, el centrista Rodrigo Paz, será un «blanco fácil» de los ataques del exmandatario Evo Morales (2006-2019) quien, a su juicio, buscará «impunidad» y querrá habilitarse para ser nuevamente candidato.
Gabriel Romano Burgoa
Fuente: https://www.swissinfo.ch
«Evo Morales, lo que ha planificado, es tener un blanco fácil y débil para poder desgastarlo desde el primer momento y empezar nuevamente su carrera por ser candidato», indicó Arce en una entrevista con EFE.
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El presidente, que culmina su mandato el próximo 8 de noviembre, señaló que el exmandatario presionará a Paz para que «borre todas sus acusaciones, haya impunidad en todos los delitos que ha cometido» y también para que «se le habilite como candidato y vaya a las elecciones».
Justamente este martes la Fiscalía de Tarija (sur) presentó la acusación formal contra Morales en el caso en que está acusado por trata agravada de personas, debido a la supuesta relación que tuvo con una menor cuando era presidente en 2016 y con la que presumiblemente tuvo un hijo.
Arce también afirmó que Morales hizo que sus seguidores apoyaran la candidatura de Paz del Partido Demócrata Cristiano (PDC), quien venció en la inédita segunda vuelta con el 54,61 % de la votación al exmandatario derechista Jorge Tuto Quiroga (2001-2002) de alianza Libre, quien obtuvo un 45,39 %.
El mandatario dijo que Morales «desde el primer día» quiso «acortar» su mandato, y lo acusó de organizar bloqueos de caminos para presionar a su Gobierno y que, incluso, se unió a la «derecha» en el Parlamento para «asfixiar» las iniciativas de su Administración.
«Evo juró ante la base (sus seguidores) que me iba a sacar antes de que yo cumpla los cinco años de Gobierno y se equivocó, y no pudo con nosotros» aseguró Arce.
Y agregó que Morales consideró la candidatura de Paz «la más débil» y «esa es la diferencia» con su Gobierno.
«Evo Morales es el principal actor de la desestabilización, es el principal actor responsable de lo que ha pasado en el país, porque él se convirtió en el jefe de oposición con la derecha detrás», remarcó.
Asimismo, Arce dijo que su Gobierno deja un «legado económico» para resolver la actual crisis de abastecimiento de combustibles y la escasez de dólares que atraviesa Bolivia, misma que consiste a una «solución estructural».
Mencionó que en su gestión se han explorado «54 proyectos» de gas natural y que está entregando «18 proyectos exitosos comprobados» y que «en los próximos meses van a seguir saliendo los resultados (positivos) de los otros campos exploratorios».
Además de dos plantas de producción de biodiésel en Santa Cruz y El Alto y el diseño de la planta de aceite vegetal hidrotratado (HVO), pero que no fue construida aún, con lo que se busca cubrir el 80 % de la demanda interna de diésel.
«Si el país no ingresa a la industrialización, si el país no ingresa a esa etapa de transformar la materia prima, y de sustituir lo que importamos, vamos a entrar más temprano que tarde a una crisis mucho más profunda que esta», advirtió.
También consideró necesario que el nuevo Parlamento apruebe los contratos ya suscritos con empresas de China y Rusia para la extracción directa de litio (EDL), de manera que en los siguientes años se pueda aprovechar el repunte de los precios internacionales de ese recurso y que según dijo, contienen beneficios para Bolivia desde la producción y comercialización de baterías.
Arce espera que el nuevo Gobierno no cambie la «esencia» del Estado Plurinacional ni la Constitución aprobada en 2009, aunque sí consideró que debe suprimirse la elección de magistrados por voto popular y otros cambios.
El mandatario dijo que no asistirá a la ceremonia de cambio de mando presidencial tras considerar que según el ceremonial del Estado al considerar que «no es necesario». Finalmente, garantizó una transición «con total transparencia» al nuevo Ejecutivo.
Arce y Morales están distanciados desde finales de 2021 por diferencias en las decisiones en el Ejecutivo y por una pugna por la candidatura presidencial del Movimiento al Socialismo (MAS), partido al cual el expresidente renunció este año después de ser su líder por casi tres décadas. EFE
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