Terminal de Cochabamba opera al 30% por falta de diésel y transportistas esperan hasta 3 días


En la terminal interdepartamental apenas el 30% de los buses logra salir, mientras los transportistas pasan días enteros durmiendo en los surtidores sin poder asearse ni ver a sus familias. Piden al nuevo gobierno soluciones urgentes.

Ligia Portillo

 



Fuente: Red Uno

Las largas filas por combustible en Cochabamba no solo afectan a los conductores particulares, sino que han golpeado de lleno al transporte interdepartamental. Desde el Sindicato Interdepartamental de Ómnibuses informaron que la Terminal de Buses de Cochabamba solo está operando al 30% de su capacidad debido a la falta de diésel.

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“Hay una total incertidumbre. No sabemos qué va a pasar ni si el próximo gobierno tendrá soluciones inmediatas. Tenemos obligaciones bancarias, sociales, y con apenas el 30% de nuestro parque automotor trabajando, no sabemos cómo cumplir”, lamentó Ernesto Zegarra, dirigente del sindicato.

La situación para los transportistas de carga pesada es aún más crítica. Muchos deben esperar hasta tres días en los surtidores para poder abastecerse de diésel. “Estamos desde ayer, toda la noche. A veces tres días para cargar. No hay baño, no hay dónde dormir, y ni qué comer. Algunos aguantamos con coquita”, relató uno de los conductores que esperaba su turno para viajar a Oruro.

Las condiciones son precarias: los choferes duermen dentro de los camiones o buses, sin duchas ni servicios básicos, y pasan días sin ver a sus familias. “A la semana estoy un solo día en casa, a veces ni eso. Los hijos extrañan, pero no queda otra”, agregó otro transportista.

A la escasez se suma la limitación en la venta de combustible, ya que muchos surtidores solo entregan montos reducidos. “Nos dan 500 bolivianos de diésel. Si tuviéramos tanque lleno sería distinto, pero ni eso. Si llevamos en bidones, nos quitan. Bolivia está de cabeza”, expresó indignado otro conductor.

Los trabajadores del transporte piden que el nuevo gobierno priorice una solución inmediata a la crisis del combustible. “Hacer política es fácil, pero ver la realidad que vivimos en las carreteras es duro. Queremos una solución, y pronto”, concluyó uno de los choferes.