Fuente: eldeber.com.bo
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Durante tres meses consecutivos, Bolivia logró mantener una balanza comercial positiva. Pero agosto volvió a teñirse de rojo. El país registró un déficit mensual de $us 85,4 millones, con exportaciones por $us 827,2 millones frente a importaciones de $us 912,5 millones, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Con ese resultado, el saldo acumulado entre enero y agosto llegó a $us -579,8 millones, una cifra que refleja no solo un tropiezo coyuntural, sino una tendencia estructural de debilitamiento del comercio exterior.
El economista Fernando Romero resume la situación sin rodeos: “Después de tres meses de superávit, se ha evidenciado nuevamente una contracción en la balanza comercial. Hasta agosto, el 62% de los meses presentaron déficit”.
El golpe del gas
El desplome de las exportaciones de hidrocarburos, que cayeron 34,5% en el acumulado del año, explica gran parte del deterioro. En 2024, Bolivia exportó gas natural por $us 1.168 millones entre enero y agosto; este año, el monto bajó a $us 765,3 millones.
El recorte equivale a más de $us 400 millones menos en ocho meses, una pérdida que impacta de forma directa en la balanza comercial y en las reservas internacionales del país.
El gas, que durante casi dos décadas fue el principal motor de ingresos externos, se ha convertido en el eslabón más débil de la cadena exportadora. La caída en volúmenes y precios, sumada al declive productivo de los campos, continúa erosionando los ingresos nacionales.
“La economía está pasando un momento muy complicado, y no es excepcional como se exageró”, advierte Romero. “Los exportadores también son importadores de materias primas y bienes de capital, y hoy sufren por la escasez de dólares y el encarecimiento de las divisas”.
Las causas son múltiples. Los campos gasíferos maduros, como San Alberto y Sábalo, registran menores niveles de producción; los nuevos proyectos, como Margarita o Incahuasi, no compensan la declinación.
A ello se suma una demanda reducida de Brasil y Argentina, que ajustaron sus compras por razones energéticas internas y por el avance de sus propias fuentes de generación.
El deterioro de las exportaciones de gas no solo golpea la balanza comercial: expone los límites del modelo económico basado en la renta de los recursos naturales.
El economista Gonzalo Chávez advierte que esta situación se agrava por una combinación de factores estructurales.
“Este crecimiento bajo se explica por dos razones: por el achicamiento del sector hidrocarburos, que pesa mucho en el crecimiento y que ha tenido tasas negativas de crecimiento en los últimos años; y también porque la inversión pública, que era el motor del modelo económico de Arce Catacora, se ha paralizado”, explicó.
Minería resiste
Mientras el gas se apaga, la minería sostiene parcialmente la balanza. El valor de las exportaciones del sector creció 11% entre enero y agosto, con la plata (+25,7%) y el zinc (+4%) como principales protagonistas.
El problema es que ese repunte no compensa la pérdida en hidrocarburos. Además, el sector minero tiene una limitada capacidad de generación de empleo y bajo valor agregado.
“Seguimos dependiendo de la extracción de materias primas, sin industrialización ni valor agregado”, lamentó Romero.
En la industria manufacturera, el crecimiento acumulado fue apenas de 1,1%, un avance que el economista considera “insuficiente para sostener la producción nacional o reemplazar importaciones”.
Importaciones se reactivan
Pese a una leve caída interanual del 4,6%, las importaciones se dispararon 11,9% en agosto respecto a julio. El repunte se concentró en materias primas, combustibles y bienes intermedios, rubros esenciales para mantener la producción interna.
Los bienes de capital —maquinaria y equipos— cayeron 15,3%, los equipos de transporte 20,1% y los artículos de consumo 3,8%. Solo los suministros industriales (+4,7%) y alimentos y bebidas (+0,9%) tuvieron leves subidas.
En este contexto, recientemente la viceministra de Presupuesto y Contabilidad Fiscal, Gloria Villanueva, aseguró que el nuevo gobierno que asumirá el 8 de noviembre recibirá una economía nacional estable.
“No estamos dejando un país en crisis; por el contrario, desde 2020 hemos trabajado en distintas políticas que hoy permiten entregar una economía estable”, afirmó la autoridad en contacto con Bolivia TV.