Un nuevo informe del organismo de la ONU advierte sobre el colapso humanitario en el país caribeño, donde más del 85% de Puerto Príncipe está bajo control de pandillas y millones de menores enfrentan hambre, falta de agua, escuelas cerradas y graves riesgos de violencia.
Por Rafael Blasi
Fuente: Infobae
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La crisis humanitaria que atraviesa Haití ha dejado a más de 680.000 niños y niñas forzados a abandonar sus hogares en 2025, una cifra sin precedentes que refleja la magnitud del colapso social y la violencia pandillera que azotan al país caribeño, según un informe que publicó este miércoles el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Esta emergencia, que afecta a 1,3 millones de personas desplazadas en todo el territorio, amenaza la supervivencia y el futuro de más de 3,3 millones de menores.
El informe de UNICEF titulado “La infancia en peligro” advierte que, solo en la primera mitad de 2025, el número de campamentos para desplazados ascendió a 246, y muchos niños han tenido que huir en repetidas ocasiones ante la violencia generalizada. La organización subraya que más del 33% de estos campamentos carecen de infraestructuras de protección básica, lo que incrementa el riesgo de violencia, explotación y abusos, especialmente para mujeres y menores. Además, la utilización de escuelas como refugios ha interrumpido la educación de casi 500.000 estudiantes, agravando el colapso del sistema educativo.
La crisis actual no se explica por un solo acontecimiento, sino por la acumulación de décadas de inestabilidad política, desigualdad económica, desastres naturales y debilitamiento institucional. Según el análisis de UNICEF, la situación se agravó tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, que desencadenó un vacío de poder y un aumento de la inseguridad. Desde entonces, las pandillas armadas han expandido su control sobre barrios, puertos y carreteras nacionales, paralizando servicios, interrumpiendo el comercio y sembrando el terror en las comunidades. En la actualidad, más del 85% de Puerto Príncipe y las principales vías de comunicación están bajo control de estos grupos, lo que priva a las familias de alimentos, atención médica y protección, y expone al personal humanitario a graves peligros.
El impacto sobre la infancia es devastador. UNICEF señala que más de 3,3 millones de niños requieren asistencia humanitaria y más de 1 millón enfrentan niveles críticos de inseguridad alimentaria. Se estima que 288.544 menores de cinco años podrían padecer malnutrición aguda en 2025. El colapso de los servicios de salud, agua y nutrición ha dejado a 3,8 millones de personas, incluidos más de 1 millón de niños, sin acceso regular a agua potable, lo que ha favorecido brotes de cólera y diarrea. Solo el 41% de los centros de salud en el área metropolitana de Puerto Príncipe permanece plenamente operativo, mientras que muchos han cerrado por inseguridad, falta de personal y suministros.
La educación atraviesa una crisis profunda. Durante el ciclo escolar 2024–2025, más de 1.600 escuelas fueron afectadas directamente por la inseguridad y 1.080 cerraron completamente. Al menos uno de cada cuatro niños está fuera de la escuela, y 84 centros educativos funcionan como refugios colectivos para desplazados, lo que interrumpe el aprendizaje y expone a estudiantes y docentes a riesgos adicionales. El acceso a la educación se ve aún más restringido por el hecho de que solo entre el 15% y el 20% de las escuelas son públicas, y aun así exigen pagos por libros y uniformes, lo que excluye a los menores de familias empobrecidas.
La protección infantil se ha visto gravemente comprometida. En 2024, la ONU verificó 2.269 abusos graves contra niños, casi cinco veces más que el año anterior, incluyendo asesinatos, secuestros, violencia sexual y reclutamiento forzado de menores. El informe de UNICEF advierte que esta cifra probablemente representa solo una fracción de la verdadera magnitud, ya que la mayoría de los casos no se denuncian en las zonas controladas por grupos armados.
«Los niños y niñas de Haití están sufriendo unos niveles de violencia y desplazamiento aterradores. Cada vez que se ven obligados a huir, pierden no solo su casa sino también la oportunidad de ir a la escuela y, sencillamente, de disfrutar de su infancia”, declaró Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF.
La respuesta humanitaria también enfrenta obstáculos significativos. En junio de 2025, el llamado de UNICEF para la Acción Humanitaria en Haití estaba financiado solo al 13%, muy por debajo de lo necesario para cubrir las necesidades críticas. Las restricciones de acceso impiden que la ayuda llegue a las comunidades más necesitadas, acelerando el colapso de los servicios esenciales y dejando a los niños sin protección, salud ni educación. Según UNICEF, en lo que va del año ha brindado tratamiento contra la emaciación a más de 86.000 niños, atención sanitaria a unas 117.000 personas y acceso a agua potable a cerca de 140.000. Además, UNICEF señaló que, desde 2024 y junto al gobierno de Haití, logró desmovilizar y reincorporar a la sociedad a más de 178 menores vinculados con grupos armados.
Ante este panorama, UNICEF reclamó una acción internacional inmediata y coordinada para revertir la crisis y proteger a la infancia haitiana. La organización exige restaurar y proteger el acceso humanitario, aumentar el financiamiento, rehabilitar los servicios básicos, proteger a los niños desplazados e invertir en estabilización y recuperación centrada en la infancia. “Los niños y niñas de Haití no pueden esperar. Al igual que todos los demás, merecen estar seguros y sanos y vivir en paz. Es responsabilidad de todos actuar de inmediato en favor de los niños y niñas de Haití”, advirtió Catherine Russell.