
Fuente: https://actualidad.rt.com
¿Y si el verdadero elixir de la juventud fueran las relaciones interpersonales? Un nuevo estudio, publicado este mes en la revista Brain, Behavior and Immunity – Health, sugiere que las conexiones sociales de calidad, acumuladas a lo largo de la vida, ralentizan el envejecimiento biológico.
Desde una infancia con padres afectuosos hasta una adultez con amistades sólidas, participación en la vida comunitaria y apoyo religioso, estos importantes lazos sociales se reflejan a nivel molecular en lo que los científicos denominan «reloj epigenético«, que mide la edad biológica analizando patrones de metilación del ADN.
La investigación, basada en los datos de más de 2.100 adultos, evidenció que las personas con mayores niveles de «ventaja social acumulada» mostraban un envejecimiento epigenético más lento y niveles más bajos de inflamación crónica.
Específicamente, aquellos con lazos sociales fuertes y sostenidos tenían niveles más bajos de interleucina-6, una molécula inflamatoria asociada a enfermedades cardíacas, diabetes y deterioro neurológico, y contaban con perfiles epigenéticos más jóvenes, según los relojes GrimAge y DunedinPACE, considerados predictores fiables de enfermedades y mortalidad.
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El equipo analizó cuatro dimensiones clave de lo que definieron como «ventaja social»: el afecto parental durante la infancia, el sentido de pertenencia a la comunidad y el vecindario, la participación en espacios religiosos o espirituales y el apoyo emocional constante de amigos y familiares en la adultez. A diferencia de estudios previos que examinaban los factores sociales de forma aislada, esta investigación propuso una visión integral de la ventaja social como un recurso acumulativo a lo largo del tiempo.
Aunque los científicos advierten de que una sola amistad o acto de voluntariado no basta para revertir el envejecimiento, subrayan que la calidad y constancia de las conexiones sociales a lo largo de la vida tienen un impacto profundo en la salud.
«Pensemos en las relaciones sociales como una cuenta de jubilación», comparó Anthony Ong, de la Universidad Cornell (EE.UU.), quien encabezó el estudio. «Cuanto antes empieces a invertir y cuanto más consistentes sean tus contribuciones, mayores serán tus beneficios. Nuestro estudio muestra que esos beneficios no solamente son emocionales; son biológicos«, destacó.
«Las personas con conexiones sociales más ricas, más sostenidas, literalmente, envejecen de forma más lenta a nivel celular. Envejecer bien implica tanto mantenerse sano como mantenerse conectado, esto es inseparable», concluyó Ong.
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