¿Y la geopolítica, candidatos?


Durante los últimos meses, el debate electoral en Bolivia ha girado casi exclusivamente en torno a la crisis económica y las recetas que cada candidato propone para superarla. Es comprensible: el bolsillo aprieta y la urgencia domina. Sin embargo, hay un eje clave que sigue prácticamente ausente en la discusión pública, y cuya omisión resulta preocupante: la política exterior.

En un mundo tan interconectado como el actual, donde los conflictos geopolíticos y las tensiones diplomáticas impactan directamente en los mercados, en las inversiones y en el flujo de ayuda internacional, es crucial saber cuál será la postura internacional del próximo gobierno. ¿Cuál será la estrategia del futuro presidente frente al orden mundial que se redefine? ¿Qué alianzas buscará Bolivia y de cuáles se alejará?

Incluso en nuestra región vemos contrastes marcados. Argentina, bajo la administración de Javier Milei, ha mostrado un alineamiento abierto con Estados Unidos y, particularmente, con Donald Trump. En cambio, Colombia ha optado por un discurso más distante y crítico hacia Washington. Dos países cercanos, con visiones y consecuencias diferentes.



Tomar postura no es simplemente una cuestión ideológica o diplomática: es también una herramienta de desarrollo económico. Definir con quién comerciar, a qué bloques integrarse, qué tratados priorizar o qué cooperación técnica buscar, tiene efectos directos en las oportunidades para el sector privado, la atracción de inversiones y la posibilidad de acceder a programas de ayuda internacional. En otras palabras, la política exterior también es política económica.

Por eso, cabe preguntarse: ¿qué opinan los principales candidatos sobre los temas clave del escenario global? ¿Qué dice Jorge “Tuto” Quiroga sobre Estados Unidos y Trump hoy? ¿Mantiene su línea crítica al partido republicano o ha matizado su discurso? ¿Cuál es la posición de los candidatos sobre el conflicto entre Israel y Palestina o sobre la guerra en Ucrania? ¿Se han pronunciado sobre China, que cada vez tiene mayor presencia en América Latina?

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Estas son preguntas que merecen ser respondidas. No porque formen parte de un examen académico, sino porque definen en gran medida el futuro del país. El aislamiento, la ambigüedad o la improvisación en el plano internacional pueden tener un costo muy alto para Bolivia.

Esperemos que en el próximo debate presidencial este sea uno de los ejes principales. No se puede proyectar un futuro sin saber hacia dónde queremos mirar en el mapa global.

Oscar Cuentas Sandy.

Economista.