
Lejos del estricto protocolo y la seguridad que rodeó al resto de mandatarios, el presidente de Chile, Gabriel Boric, aprovechó su estadía en la ciudad de La Paz para compartir con la gente, se tomó selfies y dejó un presente en el hostal Naira, ubicado en la calle Sagárnaga, donde se alojó.
El dignatario de Estado arribó al país para asistir el sábado a la transmisión de mando y toma de juramento del presidente del Estado, Rodrigo Paz, y fue uno de los que se ganó la simpatía de la población por su humildad. De hecho, desde su llegada recorrió librerías, paseó por las calles de la ciudad de La Paz como cualquier turista, y la gente no podía creer que se trataba del presidente de Chile, uno de los países más prósperos y desarrollados de Sudamérica.
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«Me despido de La Paz entregando un presente en nombre de Chile a un lugar donde Violeta Parra dejó huella y donde tuve el honor de alojarme junto a la delegación: la Peña Naira, hoy convertida en hostal. Gracias al pueblo boliviano por su cariño», posteó en sus redes sociales en las últimas horas Boric, antes de dejar Bolivia.
En un video que compartió, y donde se observa la plaqueta que dejó en el hostal Naira, en la calle Sagárnaga, cerca de la Plaza San Francisco, el presidente chileno, en conversación con los dueños de ese espacio de alojamiento, señaló que Violeta Parra es fundante; recorrió todo el campo chileno, donde la gente no sabía ni leer ni escribir, pero sí sabían.
«Y, por lo tanto, el arte de Violeta es realmente, y no eufemísticamente, el arte del pueblo de Chile. Y cuando me cuentan un poquito la historia de la Peña Naira, de este lugar, en verdad fue emocionante y estoy sumamente agradecido. Me voy con las ganas de seguir trabajando por la hermandad de nuestros pueblos», indicó Boric.
