procuradora general de Uruguay, Mónica Ferrero, quien investiga a Marset. El 28 de septiembre pasado, dos hombres lanzaron una granada contra la casa de la funcionaria durante la madrugada. El explosivo detonó, pero Ferrero salvó su vida.
Fernández Albín, de 38 años, había ingresado legalmente a la Argentina porque recién el miércoles se emitió el pedido de captura internacional en su contra. Ahora será extraditado a Montevideo, donde enfrentará acusaciones por narcotráfico y lavado de dinero.
Uruguay solicitó la captura después de avanzar en la investigación sobre las dos toneladas de cocaína halladas enterradas bajo la arena en El Espinillo, preparadas para ser trasladadas en lanchas hasta un buque que esperaba en rada.
Los Albín conforman un clan criminal con graves antecedentes y mantienen un nexo directo con Marset, el narcotraficante uruguayo convertido en una figura notoria del crimen organizado regional.
Marset alcanzó notoriedad en julio de 2021, cuando fue detenido en Dubái con un pasaporte paraguayo falso a nombre de “Javier José González Cabral”. Lo más escandaloso fue que, estando preso, obtuvo un pasaporte uruguayo de reemplazo que le permitió salir de los Emiratos Árabes Unidos en febrero de 2022, apenas un mes antes de que se emitiera una orden internacional de captura en su contra.
La entrega expedita de ese documento desató una crisis política sin precedentes en Uruguay, que culminó con la renuncia del canciller Francisco Bustillo y del ministro del Interior Luis Alberto Heber, aunque en 2024 la fiscalía archivó el caso al considerar que la expedición del pasaporte no había violado la normativa vigente.
Marset encabeza una organización criminal sofisticada que opera bajo el modelo de broker del narcotráfico: no es dueño de la droga, sino que coordina operaciones entre productores, transportistas y compradores, cobrando comisiones por cada operación exitosa. Se le atribuyen conexiones con el Primer Comando Capital (PCC) brasileño y con clanes mafiosos europeos, especialmente en los Balcanes y los Países Bajos.
Su red criminal ha sido vinculada con múltiples homicidios en Uruguay, Argentina y Paraguay, incluyendo ajustes de cuentas con rivales y posibles testigos. A pesar de los pedidos de captura internacional y las recompensas ofrecidas, permanece prófugo.
Fernández Albín es considerado la mano derecha de Marset en Uruguay. Proviene de una familia dedicada a actividades mafiosas y al narcotráfico que el gobierno uruguayo define como una de las bandas más peligrosas del país.
Su primera detención fue el 18 de marzo de 2009, cuando tenía 22 años. Fue sentenciado por tráfico de drogas en modalidad de exportación y organización, actuando como nexo entre vendedores y receptores.
Durante años circuló con identidad falsa, lo que le permitió salir del país en reiteradas ocasiones sin ser rastreado. Las autoridades uruguayas consideran que Los Albín actúan como el brazo ejecutor de Marset en Uruguay.
Desde 2020, Fernández Albín estuvo recluido en un sector especial del Penal de Libertad destinado a narcotraficantes de alto perfil, desde donde −con apoyo de celulares− controló envíos de droga al exterior.
En septiembre de 2024, con apoyo de la DEA norteamericana, las autoridades uruguayas incautaron alrededor de una tonelada de droga valuada en más de 30 millones de dólares, operación vinculada con él. También se lo relaciona con el frustrado envío de otra tonelada de cocaína hallada en 2022 en la playa del balneario de San Antonio, en Rocha.
En diciembre de 2024, Fernández Albín fue imputado por el ataque a balazos contra la sede del Instituto Nacional de Rehabilitación en Montevideo, donde se halló una carta dirigida al director: “Señor Mendoza, los presos se respetan”.
La fiscal sostuvo que ideó el ataque desde prisión y fue ejecutado por dos integrantes de su banda, días después del traslado de un miembro del clan a la Unidad 25 de máxima seguridad.
La principal hipótesis sobre el atentado contra Ferrero es que fue ordenado como venganza por la operación Nueva Era, que resultó en la incautación de las dos toneladas de cocaína en Punta Espinillo. Seis personas con nexos con el clan de Los Albín fueron detenidas en esa operación.