En una operación que incluyó helicópteros y equipamiento especial, autoridades salvaron la vida a dos alpinistas que se encontraban en la misma travesía.
Por Bautista Salaverri

Dos alpinistas murieron tras caer al vacío mientras intentaban escalar el Monte Cook, la cumbre más alta de Nueva Zelanda. El accidente, que involucró a un grupo de cuatro personas, dejó a los otros dos escaladores con heridas tras ser rescatados con vida luego de una compleja operación aérea.
El suceso ha vuelto a poner en primer plano la peligrosidad de esta emblemática montaña, también conocida como Aoraki, reconocida por su dificultad técnica y las condiciones extremas que presenta. La cumbre neozelandesa se ha cobrado varias vidas de aficionados al deporte extremo que intentan llegar a la cima y suma dos nuevas víctimas.
El alerta se activó la noche del lunes, cuando la Policía de la zona de Aoraki recibió el aviso de que los cuatro alpinistas requerían auxilio en la montaña, ubicada en la Isla Sur. De acuerdo con la inspectora Vicki Walker, comandante del área policial, los equipos de rescate localizaron a los dos supervivientes durante la madrugada del martes y los evacuaron en helicóptero, ambos en buen estado de salud. Horas después, los cuerpos de los dos fallecidos fueron hallados, obligando a desplegar recursos especializados para su recuperación. “Se han encontrado los cuerpos de los escaladores fallecidos y equipos de búsqueda especializados trabajan para recuperarlos en un entorno alpino desafiante”, declaró según recogió The Timaru Herald.
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Circunstancias del accidente
El accidente ocurrió cerca de la cumbre del Monte Cook, cuando la pareja de alpinistas, que permanecía unida por una cuerda, cayó al vacío. El sargento Kevin McErlain explicó al medio que ambos estaban conectados en el momento del siniestro. Ninguno de los escaladores ha sido identificado públicamente, aunque la Asociación de Guías de Montaña de Nueva Zelanda confirmó que uno de los fallecidos era miembro de su organización y el otro, un cliente.
La operación de rescate se desarrolló en condiciones especialmente adversas. Los equipos de emergencia localizaron a los dos supervivientes durante la madrugada y los evacuaron en helicóptero, mientras que la recuperación de los cuerpos de los fallecidos requirió la intervención de equipos de búsqueda especializados debido a la complejidad del terreno. La Policía de la zona de Aoraki destacó la dificultad de las labores en un entorno alpino desafiante.

El Monte Cook Aoraki, con 3.724 metros de altitud, es el pico más alto de Nueva Zelanda. Se eleva sobre los Alpes del Sur y es célebre por su dificultad técnica, un desafío para los aficionados del deporte. El terreno está marcado por grietas profundas, riesgo de avalanchas, clima impredecible y el constante movimiento de los glaciares, factores que complican tanto la escalada como las operaciones de rescate. El asentamiento homónimo a los pies de la montaña es un destino habitual para turistas nacionales y extranjeros, pero la cumbre está reservada a escaladores experimentados. El club alpino neozelandés, ClimbNZ, reveló que cualquier momento presenta riesgos: “Casi ninguna temporada de escalada pasa sin que haya al menos una víctima mortal”.
Historial de accidentes y peligrosidad de la montaña
La historia de la cumbre de la isla oceánica está marcada por la tragedia. Más de 240 personas han perdido la vida en la montaña y en el parque nacional circundante desde principios del siglo XX, y decenas de cuerpos nunca han sido recuperados. ClimbNZ subraya la peligrosidad de la cima, donde la mayoría de las temporadas de escalada registran al menos una víctima mortal. The Timaru Herald recuerda que, en diciembre de 2024, tres escaladores (dos estadounidenses y un canadiense) desaparecieron en la zona y fueron dados por muertos tras cinco días de búsqueda infructuosa, sin que sus cuerpos pudieran ser localizados debido a las condiciones meteorológicas adversas.
La tragedia en el Monte Cook se suma a una serie de accidentes mortales ocurridos en el último tiempo en cumbres de renombre internacional. A principios de noviembre, una avalancha en el monte Yalung Ri, en Nepal, provocó la muerte de cinco escaladores extranjeros y dos guías. En el Parque Nacional Yosemite, el alpinista estadounidense Balin Miller falleció tras caer desde El Capitán, mientras que en Asia Central y el Himalaya se han registrado decesos de montañistas rusos y chinos en circunstancias igualmente dramáticas, según recopiló The Timaru Herald.
El Aoraki sigue siendo un destino codiciado y peligroso para los amantes del alpinismo. La reciente tragedia pone de manifiesto los riesgos constantes y la complejidad de las operaciones de rescate en uno de los entornos más exigentes de Nueva Zelanda.