Jamir Johanson inaugura su más reciente muestra «Esplendor», que plantea una pausa necesaria en la rutina. A través de una colección de 11 obras de mediano y gran formato, el artista propone un recorrido diseñado para despertar la consciencia sobre el entorno que habitamos, invitando al espectador a redescubrir la belleza que reside en los detalles de la naturaleza.
Fuente: Prensa galería de arte de los Tajibos
La propuesta conceptual nace de la mirada de un ojo observador, “solo veo el detalle, me detengo en esa naturaleza, ese color y esa creación divina” afirmó Johanson. Según el autor, la intención es detener el tiempo para apreciar aquello que, por la costumbre, suele pasar desapercibido: el matiz de una flor, la textura de una fruta o la luz del cielo. Es una invitación a maravillarse ante la vida.
Técnicamente, la muestra se sostiene en el dominio del óleo, medio que permite a Johanson una expresividad marcada por la soltura, la gestualidad y el sentimiento en cada pincelada. Si bien la flora local como los tajibos y gallitos rosados tienen presencia, esta exposición destaca por una fascinación particular con el guapurú. El artista confiesa una fascinación reciente por este fruto, utilizando su intenso color púrpura para transmitir fuerza y juventud en sus lienzos
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La narrativa visual de «Esplendor» integra también la figura humana. La mujer es representada como portadora del guapurú, una metáfora visual de la abundancia, la prosperidad y el deleite plasmada con una paleta vibrante que busca contagiar vitalidad.
Esta exposición es también el testimonio de un arraigo profundo. Tras 21 años de residencia en Santa Cruz, la obra de Johanson respira la identidad local, consolidándose como la producción de un artista que, aunque nacido fuera, ha echado raíces y encontrado en esta tierra el escenario ideal para desarrollar su arte y ser feliz pintando.
Sobre los artistas
Jamir Johanson nació en Cajabamba, Perú, en 1973. Su arte lo trajo a Santa Cruz de la Sierra en 2004, año desde el que echó raíces en esta ciudad. Estudió dibujo y pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes (1991-1997), en Lima. Viajó para presentar una exposición y decidió quedarse en el oriente boliviano atraído por las oportunidades.
En su trayectoria ganó el II Premio Medalla de Plata en Pintura y el premio Química Gamma “Promoción Juan Manuel Ugarte Elespurú”, ambos de la Escuela Nacional de Bellas Artes, Perú. Expuso en el Instituto Cultural Peruano – Norteamericano, Lima; en la embajada de Perú, en Singapur. En Bolivia: en la Embajada de Perú en La Paz; en la galería El Cabildo, Tarija; en Santa Cruz, en la Casa Municipal de Cultura Raúl Otero Reiche, en los hoteles Camino Real, Chiquitos (San José de Chiquitos) y Los Tajibos; en el edificio La Riviera, en Cainco y en las galerías Kiosko, Manzana 1 Espacio de Arte y Casa Melchor Pinto. Actualmente, tras 28 años de trayectoria, vive de su arte en su propio taller.
