Esta es la pena que piden contra un excura uruguayo acusado de abusar de 30 niños en Bolivia


El caso ha provocado una conmoción en ambos países.

Esta es la pena que piden contra un excura uruguayo acusado de abusar de 30 niños en Bolivia

Fuente: https://actualidad.rt.com

El exsacerdote uruguayo Juan José Sant’Anna, quien permaneció prófugo durante casi dos décadas a pesar de que su paradero era conocido, podría enfrentar una pena de 30 años si se comprueba que abusó sexualmente de por lo menos 30 niños que vivían en un internado en Bolivia.



Así lo confirmó esta semana el diario El País (Uruguay) al revelar los pormenores de un caso judicial que ha provocado una conmoción en ambos países y que sigue en trámite, ya que Bolivia está a la espera de que Uruguay extradite al excura de 54 años que también es conocido como Juan José Santana Trinidad y que ha reconocido que sí cometió los delitos que se le imputan.

La historia, que tuvo repercusión internacional, estalló en agosto pasado, cuando el mismo medio recordó que Sant’Anna vivía en la ciudad de Salto, ubicada a 500 kilómetros de Montevideo, y le fue a tocar la puerta para comprobar que se trataba del mismo sacerdote imputado de «abuso deshonesto agravado» en Bolivia.

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Varios medios bolivianos y uruguayos habían reportado que el exsacerdote se encontraba en Salto y que vivía con sus padres. Algunos incluso fueron a entrevistarlo, pero el procedimiento judicial recién avanzó en septiembre de este año, cuando la Interpol emitió una orden de captura internacional, lo que permitió que fuera detenido y que se iniciara un trámite de extradición en medio de las renovadas denuncias de las víctimas, que hoy son hombres adultos.

Los motivos por los cuales Sant’Anna dejó de ser cura no son claros, ya que todavía no se ha confirmado si las autoridades eclesiásticas lo expulsaron debido a sus delitos o si renunció al sacerdocio, como él mismo aseguró en una entrevista.

¿Qué pasó?

El imputado llegó a Bolivia en 2005, cuando tenía 34 años, y se ordenó como sacerdote ya que no tenía experiencia religiosa previa en Uruguay. Luego lo designaron al frente del internado Ángel Gelmi, ubicado en el poblado de Tapacarí, uno de los más pobres del país, y en el que vivían cientos de niños y niñas huérfanos o de familias vulnerables que preferían dejarlos ahí para que tuvieran educación y comida.

Dos años después, una monja recopiló y envió a las autoridades los testimonios de internos de entre seis y 18 años que contaban las agresiones sexuales del cura, quien solía llevarlos a su habitación para abusar de ellos. A fines de noviembre de 2007, cuando se emitió la primera orden de aprehensión en su contra, huyó a Uruguay.

En 2011 se ordenó una segunda orden de captura, aunque las autoridades bolivianas no presionaron para que se cumpliera y las uruguayas tampoco actuaron a pesar de que era público que el excura vivía en Salto.