
En un país con alta fragilidad institucional, económica y política, marcado por el debilitamiento y descreimiento de su sistema partidario, el gobierno del presidente electo del Estado, Rodrigo Paz Pereira, es vulnerable ante las presiones corporativas y sociales, por lo que su desafío es construir un nuevo frente amplio, ético y programático que permita sostener las bases de una gobernabilidad democrática, según comentó el analista político, José Luis Bedregal.
Fuente: El Diario
“La gobernabilidad en Bolivia no se conseguirá mediante pactos coyunturales, sino a través de un nuevo contrato político entre ciudadanía y Estado. Para eso, el liderazgo presidencial deberá combinar firmeza con apertura, autoridad con empatía. Rodrigo Paz tiene la oportunidad y la responsabilidad histórica de ser el arquitecto de una nueva etapa política en el país, en la que la democracia vuelva a organizar la vida nacional, la política recupere su sentido de servicio y la institucionalidad sea más fuerte que los intereses sectoriales”, sostuvo Bedregal en un artículo de opinión.
Para el analista, el gobierno entrante tiene la responsabilidad de articular un espacio de coordinación política para todos los sectores cívicos, regionales y sociales alrededor de una “agencia nacional común”, considerando que, en dos décadas de gobierno socialista, el Movimiento al Socialismo (MAS) redujo los canales de diálogo entre el Estado y el pueblo a un modelo de relación clientelar.
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“Cuando el Estado deja de repartir recursos, los apoyos se evaporan y los conflictos resurgen. Esa es la trampa de la gobernabilidad rentista que ha debilitado la institucionalidad durante los gobiernos del MAS. Por eso, la verdadera tarea (de Paz) no será solamente estabilizar la economía o gestionar el Estado, sino construir un nuevo sujeto político de gobernabilidad”, indicó.
TRES PILARES
La propuesta de Bedregal está sustentada en tres pilares fundamentales: ética pública, visión programática y relación democrática con las organizaciones sociales.
Primero, la ética pública como un principio rector del nuevo ciclo político, donde la meritocracia, la transparencia y la rendición de cuentas deben ser indispensables para recuperar la confianza ciudadana. “Sin un cambio de conducta en la forma de ejercer el poder, cualquier esfuerzo de articulación será percibido como más de lo mismo”, advirtió.
Segundo, una visión programática clara, orientada por la esperanza y no por el miedo al adversario. “Un frente político moderno debe ofrecer un horizonte compartido: crecimiento con empleo, justicia independiente, educación de calidad y Estado eficiente”. Para el analista, solo una propuesta coherente y con rumbo podrá transformar el respaldo electoral en un verdadero mandato político.
En tercer lugar, postuló una relación democrática con las organizaciones sociales, donde se “destierre” el chantaje como forma de negociación y se sustituya la intermediación de dirigentes por espacios institucionales legítimos de deliberación, toda vez que “ya no es sostenible que el diálogo con el pueblo sea intermediado solo por dirigentes rentistas”.
Fuente: El Diario