Gremiales ven menos ventas y más competencia en las ferias


Los comerciantes aseguran que la población de vendedores aumentó un 90%. Esa estimación concuerda con los datos que maneja la OIT, que advierte que solo un 10% de la población tiene un empleo formal

Gremiales ven menos ventas y más competencia en las ferias

Fuente: El País



La Confederación Sindical de Trabajadores Gremiales, Artesanos, Comerciantes Minoristas y Vivanderos de Bolivia reportó que la población de comerciantes en su sector incrementó en un 90% durante esta gestión, debido a la crisis económica y el desempleo. Esta situación ha provocado un crecimiento del comercio informal en las capitales de departamento y provincia, además de una reducción de hasta el 80% en las ventas del sector formal.

El secretario de Relaciones de la organización nacional, Enoc Ocampo, informó que el número de gremiales aumentó de forma considerable a consecuencia de la falta empleo formal y bajos salarios, lo que orilla a varias personas a dedicarse al comercio.

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No es difícil darse cuenta de esta situación, dice Ocampo, ya que las calles y avenidas en distintas ciudades del país se han convertido en ferias improvisadas para la venta de alimentos, ropa, cosméticos y electrodomésticos, reflejo del crecimiento del comercio informal. Esta situación también se ve en las redes sociales, donde la gente aprovecha el espacio para ofrecer todo tipo de productos.

Este grupo de vendedores, añadió, representa una competencia desleal para el sector gremial formal, que debe pagar alquileres y tributos anuales al Estado por el uso de espacios y la comercialización de su mercadería.

Este punto fue respaldado por la secretaria ejecutiva de los gremiales, Mabel Machicado, quien señaló que el sector registró una caída del 60% en sus ventas durante los primeros diez meses de 2025, debido a la competencia del comercio informal.

“Vivimos del día, la ganancia es diaria, por lo que estamos sufriendo mucho”, dijo, al asegurar que hay comerciantes que venden apenas para cubrir el almuerzo del día.

De igual forma, Mercedes Quisbert, representante nacional del sector, afirmó que la crisis económica no solo afecta a los comerciantes, sino también a toda la población. “La falta de acceso a dólares en el mercado oficial obliga a los vendedores a recurrir al tipo de cambio paralelo, lo que eleva constantemente los precios de alimentos y genera inestabilidad en los mercados municipales”, sostuvo, al justificar el aumento de precios.

Promesas electorales

Los gremiales esperan que las promesas del nuevo gobierno sobre Impuestos, la Aduana Nacional y el sistema financiero se traduzcan en acciones concretas que ayuden a estabilizar la economía y reactivar el consumo interno, aspecto que consideran esencial para la supervivencia del sector comercial del país.

Representantes del Partido Demócrata Cristiano (PDC) explicaron que el nuevo gobierno implementará un sistema de bandas para el tipo de cambio del dólar, lo que permitirá que el mercado defina un precio mínimo y máximo para la divisa, buscando estabilidad y mayor liquidez.

Actualmente, el tipo de cambio oficial se mantiene en Bs 6,96. Sin embargo, en el mercado paralelo se cotiza por encima de los Bs 12, aunque hubo meses en los que bordeó los Bs 20.

Bajo índice de empleo formal en Bolivia

La crisis económica y la escasa oferta laboral en empresas públicas y privadas, que además ofrecen bajos sueldos, empujan cada vez a más personas a dedicarse al comercio. Como resultado, la familia gremial continúa creciendo a nivel nacional. Dirigentes del sector estiman que el 90% de los trabajadores del país vive del comercio, mientras que solo un 10% pertenece al sector público o privado formal.

Datos del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (INESAD) respaldan esta tendencia: en 2013, el 18,8% de los trabajadores contaba con aguinaldo (8,1% en el sector público y 10,7% en el privado). Para 2020, esa cifra cayó a 13,8%, evidenciando la reducción del empleo formal en Bolivia.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) maneja datos similares, que el empleo formal en Bolivia es muy bajo, con estimaciones que sitúan la informalidad en torno al 80% y 85% de la población económicamente activa (PEA). Esto contrasta con tasas de desempleo oficiales bajas, pero revela una alta precariedad laboral, donde una gran mayoría trabaja sin contratos ni beneficios.