Las rachas en el fútbol suelen ser tan impredecibles como efímeras. Guabirá, que bajo la conducción de Marcelo Straccia había firmado un arranque alentador, hoy parece haber extraviado la brújula y no encuentra respuestas dentro del campo de juego.
Fuente: diez.bo
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
El inicio arrollador en la División Profesional y la Copa Bolivia ,que despertó la ilusión en Montero—,terminó siendo un espejismo. “Dejamos en claro que somos el mejor equipo de Santa Cruz”, afirmaba con firmeza el técnico argentino tras la recordada remontada ante Blooming en octubre, cuando los rojos vencieron 3-2 en el Gilberto Parada. Sin embargo, aquella noche quedó lejos y la realidad actual muestra un cuadro totalmente distinto.
Las señales de preocupación en la dirigencia montereña, luego de la reciente caída 1-2 ante San Antonio en casa, confirman una debacle que tuvo su punto de quiebre semanas atrás, cuando Oriente Petrolero lo goleó 4-0 en el estadio Real Santa Cruz. Desde entonces, el equipo no volvió a ser el mismo y encadenó tropiezos que diluyeron la confianza colectiva.
El repaso de resultados es contundente: derrota ante San Antonio (1-2), caída frente a The Strongest por Copa Bolivia (2-1), empate con sabor a frustración ante Real Tomayapo (2-2) y la ya mencionada goleada frente a Oriente. Una seguidilla que expuso falencias defensivas y un bajón anímico difícil de disimular.
Desde su llegada al norte cruceño, Straccia dirigió 18 encuentros, con un balance de 9 victorias, 7 derrotas y 2 empates, alcanzando un 53,7% de efectividad. Su Guabirá convirtió 34 goles, pero recibió 38, una diferencia que refleja la inestabilidad que atraviesa al plantel.
Lo que en su momento fue un equipo temido y efectivo, hoy aparece vulnerable y sin claridad futbolística. Guabirá, que soñó con estar en la élite local, enfrenta ahora el reto de reencontrarse antes de que la racha negativa termine por consumir los objetivos de la temporada.