Roberto Rosso
Antes de entrar en materia es preciso anotar que en Bolivia se considera que “la normativa vigente resulta anacrónica, obsoleta e insuficiente” para regular el sector Defensa. El interés de la administración del gobierno del MAS -IPSP en la época pasada nefasta fue el de avanzar en un proceso de modernización de las Fuerzas Armadas, aduciendo lo que se requiere es “una reforma normativa que sustente su accionar dentro del Estado de Derecho”. La clave es el proceso de adaptación a la Constitución del 2009 que supone adoptar políticas en línea con la seguridad integral y el principio del “Vivir Bien”.
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Empieza con esta breve orientación sobre la Seguridad y Defensa de Bolivia al leer las palabras tras la posesión del Alto Mando Militar del Sr. presidente Rodrigo Paz señalando que, en los últimos 20 años, no se implementó ningún proyecto o programa económico que beneficie directamente a las Fuerzas Armadas (FFAA). Esto es verdad, debido a que el gobierno saliente poco o nada le intereso las Fuerzas Armadas y algunos de sus miembros jugaron un papel del que me importismo, pero si se beneficiaron de ellas, pero a usted Sr Pdte. del nuevo gobierno, de una nueva visión democrática, libre con la fortaleza de ser nieto de un oficial benemérito de la Guerra del Chaco, de un héroe que no supo de cobardías, que fue un oficial que no estuvo como muchos cerca a los escritorios en la retaguardia, desde el año 1932 participo de diferentes batallas y combates Alihuata, Kilometro 7, Muñoz, Gondra y el año 1933 combatió en Campo Vía, en otras palabras fue un valiente. Pues a esta valentía que corre por su sangre es extraño leer que diga “las FFAA podrían contar con un modelo de sostenimiento económico propio, pero, lamentablemente, dependen de la situación económica que atraviesa el país”.
En otras palabras, a las Fuerza Armadas no se las debe fortalecer así la seguridad externa del país este pendiente de un hilo y se vuelva a ser como el gobierno masista destructor e irresponsable que soslayo sus atribuciones al no dar las condiciones adecuadas que se merecen los hombres en armas de Bolivia. Que se hizo algunas compras, puede ser cierto, pero no como debía ser, como correspondían debido al ingreso por la venta del gas y del dinero del que se gozaba en nuestro país en su momento de bonanza.
Concepto de Seguridad
Bolivia se adscribe a un modelo de seguridad integral que desarrolla a partir de una mirada política a la cosmovisión andina. El concepto clave es Suma Qamaña, en Aymara. En su traducción literal, alude al “Vivir Bien”, que en sentido amplio hace referencia a una vida en plenitud, armonía y equilibrio. Constituye “el ethos de la construcción del Estado plurinacional comunitario y autonómico, forma política de la transición hacia una alternativa civilizatoria a la modernidad, al capitalismo y al desarrollo.
Acorde al “Vivir Bien”, se definen las siguientes dimensiones de la Seguridad y Defensa: Política; Social; Económica; Medioambiental y recursos naturales; Cultural; Tecnológica; Territorial. De manera más específica y concreta, se establece que la Seguridad y Defensa Nacional “son deberes inexcusables de todos los bolivianos, con sujeción a las disposiciones militares en tiempo de guerra y de emergencia nacional. De hecho, la legislación estipula que ningún ciudadano puede rehusar sus servicios profesionales a la Institución Armada, cuando está en juego la preservación de la seguridad, integridad y soberanía en instancias en que se debe dar cumplimiento a la misión constitucional y se trata de razones especiales determinadas por Decreto del Poder Ejecutivo. La pregunta del millón, ¿Con que medios económicos los militares van cumplir y preservar la seguridad de Bolivia durante la presente gestión? ¿Habrá un incremento presupuestario a la Defensa?
Defensa
En Bolivia, la Defensa es responsabilidad fundamental del Estado, “es integral, multifacética, dinámica, permanente y plenamente articulada con la seguridad y desarrollo, basada en la íntima unión entre la sociedad civil-militar con el esfuerzo dirigido hacia la protección del Estado, la sociedad y sus intereses. En este sentido, “comprende todo el conjunto de actividades que responden a las necesidades, intereses y expectativas de la población”; según establece el Libro Blanco, cuentan con el apoyo de instancias institucionales tales como los empresarios, dirigentes sociales, cívicos y las Fuerzas Armadas. Ahora la pregunta al nuevo Ministro de Defensa del país, ¿Está comprendido el rol del Estado en materia de Defensa? ¿Cuál vendría a ser su asesoramiento desde la cartera que le toca desempeñar en la defensa del territorio nacional? ¿Y con que medios logísticos se cumplirán?
Argentina
Ahora veamos un poco a nuestros vecinos. La seguridad se concibe como la sumatoria de la seguridad interna y externa, tiene como objetos a los habitantes y la Nación. En Argentina se evita emplear el concepto más amplio de Seguridad “a secas”, conforme a un esfuerzo por separar la Defensa Nacional de la Seguridad Interior, dando prioridad a la referencia específica del ámbito interno o el externo, tanto en la normativa como en la política, con el objeto de evitar la confusión de funciones.
En este contexto, la Defensa se hace cargo del Estado como objeto de Seguridad cuando se concibe como “la integración y la acción coordinada de todas las fuerzas de la Nación para la solución de aquellos conflictos que requieran el empleo de las Fuerzas Armadas, en forma disuasiva o efectiva para enfrentar las agresiones de origen externo”. En este entendido el presidente Milie lo primero que mostro es el renovado interés por sus Fuerzas Armadas, presentando un proyecto de presupuesto para el año 2025 en primera instancia que contemplo un aumento en los recursos destinados a Defensa y Seguridad. Y todo ello en una Argentina que, desde la caída de la última dictadura militar a comienzos de la década de 1980, se caracterizó por la baja inversión en Defensa y la progresiva pérdida de capacidades militares. De acuerdo con el proyecto de Ley de Presupuesto General de la Administración Nacional para el presente Ejercicio Fiscal 2025, que ya fue tratado por el Congreso, se destinó unos US$ 6.200 millones (6 billones de pesos, al cambio oficial) a Servicios de Defensa y Seguridad, o un 5,1% del total.
Chile
Los procesos de definición de las políticas y estrategias de seguridad y defensa, son un tema de especial relevancia. No menos complejo es el hecho de que si bien hay claridad sobre la necesidad de seguridad y defensa, usualmente no hay claro consenso sobre qué significa esto. Chile vino enfrentando también este dilema en sus políticas de Defensa y Seguridad. Y el primer desafío al respecto es que no existe una política denominada como tal. El proyecto de ley que “Establece un nuevo mecanismo de financiamiento de las capacidades estratégicas de la defensa nacional” contemplado en una “Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa”
Chile y la Seguridad Internacional
En términos generales Chile promueve el fortalecimiento de un orden internacional que aborde las problemáticas globales de seguridad, en consonancia con el derecho internacional y el multilateralismo. En cuanto a la Defensa. La Estrategia presenta los distintos modos de empleo de las capacidades de la defensa, en el marco de una agenda de seguridad ampliada: Protección de soberanía e integridad territorial, marítima o aérea frente a una agresión externa; Aporte a la paz y a la seguridad internacional; Mitigación de los efectos de las catástrofes naturales; Participación en el aseguramiento de la infraestructura vital del país en casos de emergencia; y Colaboración en la neutralización de amenazas transnacionales, a requerimiento de la autoridad y conforme a la legislación vigente.
Tareas de la Defensa
La Estrategia define las siguientes tareas para la Defensa: a) Defender y resguardar la soberanía territorial, marítima y aérea nacional; b) Contribuir a la paz y la estabilidad internacionales, en conformidad con los intereses nacionales; c) Apoyar a las autoridades civiles nacionales en materia de prevención, respuesta, mitigación y reconstrucción, en caso de desastres naturales o de origen antrópico; d) Respaldar, en colaboración con otros organismos del Estado, los esfuerzos de integración de las zonas aisladas del país; e) Apoyar la presencia del Estado chileno en el territorio antártico nacional, en su calidad de operadores antárticos; f) Colaborar con medios específicos de la defensa a las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública, a requerimiento del Ministerio del Interior, y en conformidad con la legislación vigente, para apoyarlas en su tarea de dar protección a la población civil frente a amenazas transnacionales; y g) Proveer inteligencia estratégica al Sistema Nacional de Inteligencia, junto con otorgar ciber-seguridad al Sistema de Defensa Nacional.
Para tal cometido las Fuerzas Armadas de Chile cuentan con una partida presupuestaria consolidada para Seguridad y Defensa de Chile el 2025 es de aproximadamente $2.532 millones de dólares para las Fuerzas Armadas y otros organismos relacionados. Este monto representa un incremento de $20 millones ($0.8%) respecto a 2024. Específicamente para la línea programática de Defensa, se destinan $1.848 millones. A nivel del Ministerio de Defensa Nacional, el presupuesto de 2025 es de alrededor de $2.194 millones de pesos chilenos (aproximadamente $2.454 millones de dólares, según el tipo de cambio de septiembre de 2025), con el Ejército recibiendo $716.204 millones de pesos (aproximadamente $801 millones de dólares) y la Armada, $491.988 millones de pesos (aproximadamente $549 millones de dólares.
Recuerdan hace algunos días atrás un precandidato a la presidencia de este país vocifero en contra de los bolivianos que viven y que trabajan, creo de apellido Kaiser, generando controversia por sus declaraciones radicales y su desprecio hacia Bolivia, al punto de ser acusado por algunos medios de incitar a una posible invasión. Algo que no esta lejos de suceder so pretexto de la migración ilegal, contrabando y los autos robados en el pais trasandino. Este no es el primer líder latinoamericano que amenaza a Bolivia, pues son muchos los que, aprovechando nuestra debilidad económica, política exterior y militar, nos ven como un país inferior y de cierta forma buscan comprometer nuestra soberanía.
Bolivia no solo necesita progresar económicamente, sino también políticamente, con una política exterior fortalecida y las relaciones internacionales con bases y conocimientos que den lugar a que, en estos tiempos militarmente seamos disuasivos. No podemos seguir con la mentalidad de país débil; es necesario cambiar esto y, sobre todo, enfocarnos en ser un pais emprendedor, buscando mejorar nuestra economía y potencializando las Fuerzas Amadas si es queremos tener una política externa disuasiva, vivimos en el siglo XXI.
Para las distinguidas autoridades elegidas, el presidente recibe información sobre las necesidades de las Fuerzas Armadas a través de la cadena de mando, el Ministerio de Defensa y el Comandante en Jefe. El presidente, como Comandante en Jefe, recibe informes sobre la situación de seguridad, las amenazas y las necesidades operativas, de entrenamiento continuo y de equipamiento para orientar sus decisiones estratégicas, presupuestarias y de organización. No lo olviden a sus Fuerzas Armadas, las necesitaran.
