Marinkovic, la batalla camba y la derecha víctima


La rápida emancipación de Branko de las filas de Libre sugiere una rápida toma de posiciones de cara a las subnacionales, pero sobre todo, una posición a largo plazo para exigirle al Gobierno también desde la derecha

Marinkovic, la batalla camba y la derecha víctima
La Mano del Moto

 

Fuente: El País.bo



No llevaba ni 24 horas con su credencial en el cuello y Branko Marinkovic ya había dinamitado la paz en Libre, la alianza entre el Frente Revolucionario de Izquierdas (FRI) de la familia de Motete Zamora y los Demócratas de Rubén Costas, construida para dejar a Tuto Quiroga más cerca que nunca de la presidencia… cosechando su tercer fracaso.

Branko quería ser presidente. Así se lo comentó a sus amigos de la Conferencia de Acción Política Conservadora (APEC) que en 2024 se llevó a cabo en Brasil con la concurrencia de Javier Milei, los Bolsonaro, etc., que en ese mismo acto lo lanzaron como presidenciable.

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La campaña nunca arrancó más allá de ensayar algunos discursos de tono duro y unos cuantos post al estilo Milei plagado de “zurderíos” varios y planes libertarios poco aterrizados. Como Marinkovic quiere ser político de toda la vida pero en realidad es empresario, hizo números y aseguró su inversión sumándose a Tuto, a quien había descalificado por ser “blando” y sobre todo, haber “colaborado en la huida de Evo Morales”.

Una vez acomodado en Libre, que nunca le hizo ascos a las buenas donaciones, Branko quiso más protagonismo y lo nombraron jefe de campaña en Santa Cruz, aunque en realidad no ejercía. En la segunda vuelta quedó absolutamente marginado, pues de lo que se trataba era de ganar el centro y no al revés. No le cayó bien, pero para entonces ya todo había sido expuesto.

La apuesta Libre

Tuto había imaginado una campaña desde Cochabamba, más céntrica, pero acabó anidado en Santa Cruz, donde la variedad de intereses políticos, económicos y partidistas hacen denso el ambiente. Algunos analistas aseguran que Tuto le ganó a Samuel Doria Medina desde Santa Cruz, pero eso mismo le hizo inviable para la segunda vuelta.

A Tuto se le alinearon los astros. Samuel Doria Medina logró “fichar” a Luis Fernando Camacho y a Vicente Cuéllar, lo que aparentemente le daba las de ganar, pero sobre todo, evitó la conformación de una genuina candidatura camba que como la de Creemos o la de Bolivia Dice No inviabilizara el frente único de oposición. La pieza de JP en la papeleta sirvió para suavizar los contrastes entre Marinkovic y Costas y conectó mejor con las aspiraciones del cruceño promedio, pero también desde el plano identitario.

Los resultados han dejado a todo el mundo en un punto de salida incierto para las subnacionales. Camacho ha perdido en Santa Cruz pero ha ganado en lo nacional siguiendo el criterio de Doria Medina, aunque se haya pasado de prudente. Costas ha ganado en Santa Cruz, pero se le ha visto poco el pelo, Cuéllar ha cambiado demasiadas veces de opinión y Branko es Branko. Quizá lo único seguro es que Johnny Fernández no seguirá siendo alcalde y que Mamén Saavedra intentará reemplazarle…

Las base de Branko

La otra arista que se evidencia con la ruptura tempranera de Branko es que no todo va a ser una taza de leche. Branko era el candidato apoyado por lo más radical del continente, pero que es la línea de moda. Jaime Dunn  o el propio Tuto moderaron sus discursos para poder ampliar la base de votación, pero para Branko son “traidores”.

Tuto le ha ofrecido todo el apoyo posible a Rodrigo Paz, y se descuenta el de Samuel Doria Medina, por lo que la Asamblea se convierte en una suerte de partido único a rodillo para empujar más o menos en la misma dirección. ¿Pero qué pasa si sale mal?

Branko parece ser el primero que ha percibido esta posibilidad, convirtiéndola en necesidad de que “su” derecha no se convierta en co-responsable de la suerte que pueda correr el país en los próximos años (o meses).

Casi todos los analistas contemplan una suerte de “oposición en la calle”, pero liderada por Evo Morales o Andrónico Rodríguez (o Edmand Lara) o quien sea que tome las riendas y canalice los impulsos del movimiento popular, pero ojo: la juventud se viene derechizando vía TikTok desde hace años y las dinámicas de movilización están por demás ensayadas.

Destruir siempre es más fácil.

Fuente: El País.bo