Ministro Justiniano: «Nuestro reto es convertir a Bolivia en una economía verde»


El ministro afirma que su gestión se basará en eficiencia, tecnología, transparencia y políticas de Estado. Promoverá la conservación de los bosques para generar réditos. El acceso al agua es otro de sus desafíos



Fuente: eldeber.com.bo

Óscar Mario Justiniano Pinto, ministro de Medio Ambiente y Agua e interino de Desarrollo Productivo y Economía Plural, anticipa una gestión enfocada en eficiencia, honestidad y políticas de Estado orientadas al desarrollo sostenible.

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 ¿Cómo recibe esta designación?

Siempre es un honor ser designado por el presidente. Hoy más que nunca, no solo es un honor, también es un gran reto, porque implica desprenderse de todo aquello que lo lleva a uno a su zona de confort, donde sabe desarrollarse —en mi caso, el empresariado privado, las instituciones y la familia—. Es un cambio radical, cambiar absolutamente todo, pero con la convicción y la palabra empeñada ante el presidente y el país de que este trabajo será en beneficio de todos los bolivianos.

 ¿Qué implica ser designado ministro de Medio Ambiente y Agua e interino de Desarrollo Productivo y Economía Plural?

En este caso, son dos ministerios que estarán a mi cargo: Desarrollo Productivo y Medio Ambiente y Aguas. Por eso existe el interinato, hasta que ambos ministerios se fusionen y se establezca una base única con los viceministerios respectivos. Es un reto importante; sin embargo, como conversábamos con el presidente, 15 años de experiencia en la institucionalidad privada dan un conocimiento profundo de dónde nos duele a los cruceños y a los bolivianos.

La visión de aquí en adelante es distinta: los ministerios deben trabajar para generar recursos, no solo para gastar presupuestos asignados.

 ¿Ahora su trabajo está dedicado a Bolivia?

Así es, exactamente. Creo firmemente que, con un presidente adecuado y un lineamiento estructurado en beneficio del país —como el que tenemos ahora—, hoy toca servir a Bolivia.

En lo personal e institucional, la familia nunca quedará de lado, pero ya hemos avanzado mucho. Ahora toca servir al país, pensando en el impacto positivo que podemos generar en esta gran transformación que el presidente ha planteado en sus últimos discursos.

 ¿Cuáles son los principales desafíos de su ministerio?

Primero que nada, Bolivia tiene una gran oportunidad, que también es un desafío. Esa oportunidad es lo que el presidente denominó “Bolivia Verde”.

Nuestro país, por decisiones políticas, ideológicas y económicas de anteriores gestiones, fue excluido del pacto climático mundial. Esto le ha restado importantes réditos económicos y compromisos internacionales, de los que sí se han beneficiado nuestros vecinos —Brasil, Colombia, Paraguay y Argentina—.

La conservación de la Amazonia y del medioambiente puede y debe generar divisas. Queremos que los pueblos indígenas, dueños de grandes extensiones de bosque, puedan obtener ingresos por conservarlos. En el mundo esto es normal, está normado y genera desarrollo.

Para dimensionarlo: cerca del 10% del PIB de Brasil proviene de bonos y créditos de carbono.

 ¿Esas serían también sus metas?

Así es. Son metas concretas que se presentarán al presidente.

En Medio Ambiente trabajaremos también en el abastecimiento de agua en comunidades del altiplano y de la Chiquitania, donde persisten grandes problemas de acceso al agua potable.

Cuando el presidente dijo que “Bolivia salva al mundo y el mundo mira a Bolivia”, no fue una retórica. Es una realidad.

Bolivia se abre al mundo, y ahora debemos generar las condiciones necesarias. Desde los ministerios bajo mi cargo impulsaremos políticas de Estado basadas en confianza y seguridad jurídica. Nunca más debe pasar un gobierno sin instaurar políticas de Estado a largo plazo, con metas claras a 10, 20 o 50 años.

 ¿Qué mecanismos implementará para escuchar el pedido de los sectores y conocer sus problemas?

El presidente ha sido muy claro: gran parte de su tiempo estará dedicada a recorrer el país. Escuchar también significa reunirse y atender las demandas legítimas antes de que se conviertan en conflictos.

Cuando la atención es real, transparente y oportuna, los problemas se resuelven. Así podremos separar las demandas legítimas de los intereses políticos que buscan dañar al Estado. Esa será una tarea prioritaria.

 ¿Cuál será el enfoque que le dará a su ministerio?

Primero, terminar con la ineficiencia y la burocracia. En el sector privado no existe la burocracia porque la eficiencia es la clave del éxito. Esa lógica debe trasladarse al Estado.

Implementaremos tecnología de punta, incluyendo inteligencia artificial y cadenas blockchain, para transparentar procesos y medir resultados mediante indicadores KPI.

Sé que no es común hablar de esto en un ministerio, pero los KPI permiten establecer metas claras, medir avances y garantizar eficiencia.

 Finalmente, su mensaje al pueblo boliviano

Debemos hacer nuestras las palabras del presidente: Dios, la patria y la familia deben primar en todas nuestras decisiones.

Bajo ese principio, nuestras acciones serán correctas, ajustadas a la norma y guiadas por la honestidad. El vicepresidente lo dijo con acierto: “Cuando nadie roba, la plata alcanza”.

Mi compromiso con el Estado, con el presidente y con mi familia es claro: honestidad y trabajo. Siempre he salido con la frente en alto de cada institución en la que he estado, y así será también ahora.

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