Modelo agotado y gas en declive: las raíces de la crisis del dólar en Bolivia


La producción se redujo más del 50% en 11 años, el consumo del mercado interno supera a los volúmenes exportados. Dejan en manos del nuevo gobierno la reestructuración

Más de la mitad de la producción de gas se destina al mercado interno

Fuente: El País 

Bolivia atraviesa una de sus etapas más críticas en materia energética y fiscal, pues los últimos datos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), correspondientes a septiembre de este año, revelan que la producción de gas natural cayó a 26,3 millones de metros cúbicos por día (MMmcd), de los cuales 14,56 MMmcd se destinaron al mercado interno y 11,83 MMmcd a la exportación, principalmente hacia Brasil.



El asambleísta departamental, Luis Lema, en un análisis realizado con información obtenida de YPFB, explica que la brecha del mercado interno está creciendo cada vez más y el sostén de las divisas, que provienen de la exportación, va disminuyendo

Lema señala que el contraste con el pasado es notorio, en 2014 Bolivia alcanzaba una producción cercana a 60 MMmcd, es decir, un 56% más que en la actualidad. En ese entonces, el país era el principal exportador de gas del Cono Sur, con mercados en Argentina y Brasil, a este último llegó a enviar hasta 33 MMmcd. Hoy, la curva es descendente y los ingresos por hidrocarburos han caído drásticamente.

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Menciona que aunque el Gobierno sostiene que se han descubierto 22 pozos exitosos, los datos de producción no reflejan una recuperación. La caída del gas se ha convertido en el factor estructural que más ha golpeado las reservas internacionales y el flujo de dólares en el país.

Las causas detrás de la falta de dólares

Lema dice que la escasez de divisas en Bolivia ha pasado de ser un síntoma coyuntural a un problema estructural. Explicó que se trata de una cadena de errores políticos, económicos y de gestión que han debilitado la economía nacional.

“El Gobierno y el Banco Central de Bolivia (BCB) tienen responsabilidades distintas, pero compartidas. El modelo económico está agotado: durante años se basó en vender gas, gastar y subsidiar. Cuando el gas generaba miles de millones de dólares, eso funcionaba, pero nunca se diversificó la economía ni se cuidaron las reservas”, indicó Lema.

Según Lema, existen cuatro factores principales que explican la falta de dólares en el país: Modelo económico agotado, la dependencia de las exportaciones de gas permitió sostener durante una década los gastos estatales y los subsidios, pero al caer la producción, no se impulsaron sectores alternativos que generen divisas, como la agroindustria, la minería o la manufactura.

Un segundo factor, es la caída en la producción gasífera, de producir más de 60 MMmcd, Bolivia pasó a 26,3 MMmcd. Al reducirse a menos de la mitad, el ingreso de dólares por exportación también cayó drásticamente. El Gobierno no reemplazó esa fuente de ingresos y el flujo de divisas se desplomó.

Un tercer elemento, es el gasto público y subsidios sin control. Pese a la caída de ingresos, el Estado mantiene un gasto elevado, con subsidios a los combustibles, alimentos y transporte, además de un crecimiento sostenido del aparato público. Las reservas internacionales netas pasaron de 15.000 millones de dólares en 2014 a cerca de 3.000 millones en 2025.

Un cuarto punto, es el rol del BCB, que ha financiado al Gobierno imprimiendo bolivianos, prestando dólares de las reservas y comprando bonos del Tesoro, actuando “como una sucursal del Ministerio de Economía” y no como una entidad independiente.

A este panorama se suma la pérdida de confianza en el sistema financiero nacional, que ha impulsado la creación de un mercado paralelo del dólar, donde la divisa se cotiza muy por encima del valor oficial.

Desafío del nuevo gobierno

Con la producción de gas en declive, un déficit fiscal creciente y un mercado cambiario inestable, Lema señala que el nuevo gobierno que asumirá la presidencia enfrentará uno de los mayores retos económicos de las últimas décadas, revertir el agotamiento del modelo basado en los hidrocarburos y recuperar la confianza en la economía.

“Lo primero que tiene que hacer, es una reestructuración de YPFB, que tiene que ser independiente al Ministerio de Hidrocarburos, en donde debe regresar la meritocracia y entrar los mejores técnicos y no politizar las empresas estratégicas”, expuso.

Otro de los elementos que pone a consideración, es poner reglas al subsidio, principalmente el de carburantes que actualmente representan el 3,5% del Producto Interno Bruto (PIB), que debería poner un límite anual y priorizar a sectores estratégicos como transporte público, agricultura, ambulancias y cortar este beneficio para contrabandistas, minería ilegal, narcotráfico y autos chutos.