Plazos críticos, austeridad y financiación marcan la reconstrucción del PGE 2026


La administración de Arce pidió un presupuesto mayor al de este año pese a la caída del PIB y la inflación. El nuevo Gobierno debe trabajar en la reestructuración con ajustes a la realidad de un “Estado devastado”, según el ministro de Economía.

Por Erika Segales




Fuente: eldeber.com.bo

El Gobierno de Rodrigo Paz reestructura, bajo plazos críticos, el Presupuesto General del Estado (PGE) 2026 enviado por la gestión de Luis Arce a la Asamblea Legislativa Plurinacional, con una proyección de Bs 298.332 millones. El presupuesto debe entrar en vigencia en poco más de seis semanas y la reformulación implica recortes, decisiones sobre financiación y adecuación a la Ley de Organización del Poder Ejecutivo (LOPE).

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Expertos en materia económica consideran que la reestructuración del PGE 2026 es necesaria debido a los signos de desaceleración y el elevado déficit fiscal que enfrenta Bolivia. Además, advierten que las cifras proyectadas por la administración de Arce reflejan un optimismo poco realista respecto a los resultados macroeconómicos.

El pasado jueves, el ministro de Economía y Finanzas, José Gabriel Espinoza, posesionó a Jaime Coronado como viceministro de Presupuesto y Contabilidad Fiscal, quien tiene la tarea de reformular el presupuesto de acuerdo a las políticas trazadas por el actual Gobierno nacional.

“Me va a tocar traducir las políticas de Gobierno en instrumentos financieros de mediano plazo y esos, a su vez, traducirlos en tareas institucionales, para mover e implantar las medidas a través del presupuesto. Las políticas son los elementos que guían, pero también es importante la expresión financiera de eso, porque al final eso es lo que da viabilidad y ahí tenemos que tener el horizonte de largo plazo muy claro, consistente y sostenible; eso no es fácil hacerlo y después hacerlo operativo a través del presupuesto”, afirmó Coronado.
Durante la posesión, el ministro de Economía subrayó que el PGE 2026 debe ajustarse a la realidad de un

“Estado devastado”, con finanzas públicas quebradas y una institucionalidad rota.
“Recibimos un Estado que gasta mucho más de lo que genera y que, además, para sostener eso genera conflicto, tensiones e inestabilidades que afectan a la gente. Nuestra primera tarea es estabilizar la economía, la segunda es reconstruirla y, finalmente, hay que reactivarla. Hay que trabajar en un presupuesto que atienda las necesidades básicas de la gente —en salud, educación, seguridad—, que permita la inversión, pero que al mismo tiempo elimine el despilfarro y aplique la austeridad”, remarcó Espinoza.

Asimismo, el titular de Economía enfatizó que, en los últimos 20 años, el PGE, que es una herramienta clave para implementar la política económica del país, se vio debilitado por la politización.
El diputado de Libre, José Luis Pórcel, también coincide en que el PGE 2026 debe ser ajustado por el actual Gobierno. “¿De qué sirve que tratemos un presupuesto que no es del Gobierno, del partido gobernante? Lo lógico es que ellos lo ajusten; tienen toda la facultad para cambiarlo y, en vez de que tratemos el presupuesto de Arce, se planteó que este se devuelva al Ejecutivo”, manifestó.

Una vez que el Ejecutivo envíe el nuevo proyecto del PGE a la Asamblea Legislativa, este será derivado a la Comisión de Planificación, Política Económica y Finanzas de la Cámara de Diputados o del Senado. Si se aprueba, pasa al pleno camaral para su debate y aprobación, aunque su tratamiento puede abreviarse por dispensación. La cámara revisora aplica el mismo proceso antes de la promulgación de la norma.

No obstante, la ALP —que debe resolver la elección de nuevos vocales electorales y aprobar la nueva LOPE— tiene el tiempo limitado para debatir y aprobar el PGE 2026 antes del receso que suele darse dos semanas antes de fin de año; si no, este entrará en vigencia por decreto presidencial.

El PGE de Arce

Pese a la crisis económica marcada por una inflación acumulada del 19,22% hasta octubre y el índice de decrecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de -2,4% hasta el primer semestre de este año, el Gobierno de Luis Arce presentó un presupuesto consolidado para el 2026 de Bs 298.332 millones mayor al de este año que se proyectó en Bs 296.565 millones.

En el Proyecto de Ley del PGE 2026 enviado al Legislativo a fines de octubre, la administración de Arce justificó el incremento en una proyección de “mayores ingresos tributarios”, estimados en Bs 63.760 millones, el 21,4% de los ingresos totales.

Asimismo, se indicó que, dando cumplimiento a los compromisos asumidos por el Gobierno para la gestión 2026, se destinaron al sector Salud y Deportes Bs 30.081 millones, que representan el 10,1% del presupuesto total consolidado, y Bs 32.546 millones para educación, que representan el 10,9%.

En el presupuesto de Arce se expresa un gasto consolidado de Bs 298.332 millones, de los cuales los gastos corrientes representan el 64%, es decir, Bs 190.799 millones. En este apartado, el mayor gasto se destina a los sueldos (Bs 53.702 millones) y bienes y servicios (Bs 78.439 millones).

Los gastos de capital representan el 13,5% del gasto consolidado, con Bs 40.284 millones, y el restante 22,5% corresponde a uso de fondos con Bs 67.249 millones.

Para Carlos Aranda, analista económico del centro de estudios Populi, el Gobierno de Paz necesita hacer una reducción en la planilla salarial y una reconfiguración de las escalas salariales dentro del propio Estado.
“Gastamos mucho en puestos administrativos. En muchos niveles del Estado, no solo al nivel central, hay carteras que tienen exceso de personal administrativo que realmente no cumple ninguna función más que alimentar la burocracia del Estado”, señaló.

Asimismo, indicó que la inversión pública se convierte en una variable de ajuste cuando los recursos asignados no cumplen las expectativas. En el PGE de Arce se destinaron Bs 23.666 millones a este rubro.

Cifras macroeconómicas

El PGE de Arce plantea un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de un 0,9%, una tasa de inflación del 10,1% y un desequilibrio fiscal del -10,3%.

El economista Germán Molina señaló que estas cifras no se aproximan siquiera a las estimaciones realizadas por organismos internacionales como el Banco Mundial, por lo que concluye que la administración de

Arce utilizó una contabilidad creativa en la formulación del proyecto de ley del PGE 2026.

“La contabilidad creativa es el uso de técnicas contables legales para presentar una imagen financiera más favorable, es decir, tiene el objetivo de presentar los números de forma más atractiva, aunque no representen la situación económica real”, explicó Molina.

El especialista señaló que el Banco Mundial proyecta una contracción de la economía de Bolivia del -1,1% para el 2026 y -1,5% para el 2027.

Aranda coincidió en que las cifras presentadas por el Gobierno de Arce son poco realistas, aunque admitiera una desaceleración del crecimiento del PIB. “Recordemos que, para el 2025, el presupuesto proyectó crecer a 3,6% y, hasta el segundo trimestre de este año, el crecimiento fue negativo, de -2,4%, y aún falta cerrar el año”, manifestó.

Según los indicadores del Banco Central de Bolivia, la inflación acumulada escaló a 19,22% hasta el mes de octubre, la cifra más alta en más de una década.

Financiamiento

Aranda recordó que, en el pasado, el déficit estaba destinado a financiarse principalmente mediante crédito externo, algo que históricamente resultó difícil de concretar, por lo que se recurrió a recursos del Banco Central, de la Gestora Pública y de los bancos comerciales, generando un desorden fiscal. Por ello considera que el nuevo Gobierno debe evaluar fuentes de financiamiento que no tengan dependencia externa como base.

“La recomendación es que el Presupuesto General del Estado de 2026 cuente con un ajuste fiscal, una reducción del subsidio a los carburantes, cortar las transferencias a las empresas públicas que maquillan sus resultados operativos y los gastos corrientes innecesarios.

“El crédito internacional no debería financiar el gasto corriente del Estado, sino proveer dólares al Banco Central para permitirle cubrir sus obligaciones, estabilizar la moneda, devolver los depósitos bancarios y demás. Aunque creo que, en la práctica, el financiamiento seguirá siendo mixto, dado el agujero fiscal enorme que hay, que va a tardar más de un año en reducirse”, señaló.

El presupuesto de Arce apuntaba a cubrir más del 40% de los gastos con financiamiento interno por Bs 82.603 millones y externo por Bs 37.480 millones.

Molina también advierte que el problema central de las cuentas públicas del proyecto PGE 2026 será la fuente de financiamiento del gasto; además, sugiere revisar el monto total de la deuda flotante 2025 y la proyectada al 2026