Samaipata continúa necesitando ayuda; buscan prevenir brote de epidemias y dar apoyo psicológico


El Comité pro Santa Cruz hace un llamado a la población a seguir ayudando no solo con alimentos y vituallas, sino con medicamentos y material escolar. Preocupa la situación de los menores que requieren, cuanto antes, un acompañamiento sicológico

 

Por Jessica Vega Muñoz



Familias afectadas por la riada en Samaipata, necesitan ayuda/Foto: Ricardo Montero.

 

Fuente: eldeber.com.bo

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«Lo han pedido todo entre ocho a diez comunidades», señala Agustín Zambrana, el vicepresidente del Comité pro Santa Cruz, sobre los afectados por la riada en el municipio de Samaipata, ante ello, hace un llamado a la población a continuar brindando ayuda para paliar el daño y las pérdidas que sufrieron las familias.

Señaló que la segunda fase de atención, tras el desastre natural que arrasó con diversas comunidades, se centra en la búsqueda de dos mujeres que desaparecieron durante la riada, no solo se enfoca en llevar ayuda en alimentos, vituallas o reconstruir el desastre, sino en prevenir el brote de epidemia local y enfermedades (gastrointestinales, respiratorias, entre otras), sino también en dar asistencia psicológica.

«Las primeras 72 horas han sido las más caóticas, incluso yo fui un poco crítico con Defensa Civil, debió estar más rápido, pero ya se pudo coordinar mejor», indicó Zambrana.

Detalló que cuando se logró llegar a las zonas afectadas, una de ellas fue Achira, se llevaron las primeras 15 toneladas de ayuda; pero éstas aún no son suficientes. Por ello, piden que no cesen las donaciones, ya que son aproximadamente mil personas que lo perdieron todo.

«Hay gente reacia al querer no estar en los albergues, pero volver a sus hogares que están inhabitables, aún es caótico», dijo.

Son aproximadamente 300 personas entre damnificados y voluntarias que trabajan en la zonas de desastre.

«En personal estamos abasteciendo, pero en lo posterior van a faltar, al igual ahora lo que falta son los medicamentos», recalcó.

Se estima que unas mil personas, pertenecientes a unas diez comunidades golpeadas por el desastre natural, requieren ayuda. Desde la entidad cívica se pide  que se trabaje en un programa social para que esa gente afectada sea reinsertada a su cotidianidad. «Va a ser mucho el trabajo sicológico y el trabajo social», señaló.

El paso de la riada y la búsqueda continua de dos personas desaparecidas y el movimiento para restaurar la zona, hace que las familias sufran no solo por las pérdidas materiales, sino que también padecen angustia y acompañamiento profesional para superar la fatídica madrugada que vivieron al salir de sus casas llenas de agua y buscando salvar sus vidas.

De modo especial, Zambrana puso énfasis en el apoyo que deben recibir los niños. En concreto pidió el aporte de sicólogos y especialistas para buscar dinámicas que les permita estar distraídos y recuperar, de manera parcial, la normalidad.

Zonas aisladas

El vicepresidente indicó que hay caminos intransitables y comunidades aisladas. Incluso, observó que hay familias que no se van a las zonas de damnificados, porque se resisten no solo a salir de sus casitas que fueron afectadas y quedaron llenas de barro.

De manera puntual, Zambrana relató un encuentro con una niña que se encontraba descalza con los pies llenos de barro, quien le respondió que debido a la riada no tenía calzado.

«Lo de la niña me partió el corazón, porque pensé en mi hija que era de la misma edad. No tenía zapatos y ella me perseguía a todos lados, me agarraba la mano e iba caminando por todo el barro y yo desesperado buscando zapatos. Ahí tenés plata pero no hay dónde comprar», recalcó.

Hay gente mayor que no tiene para comer, otras sin comunicación, productores y gente que no tiene las fuerzas de salir de sus comunidades, además que hay zonas donde el barro llega a metro y medio.

«Necesitamos donativo de medicamentos», indicó. En cuando a alimentos, se precisa el envío de carne, queso y huevo, porque a diario se busca hacer ollas comunes para 300, 400 y más personas.