FRICASÉ Y COMERCIO POPULAR
Fuente: https://www.erbol.com.bo
Por las calles empedradas del centro paceño, entre puestos de artesanías, aromas de incienso y turistas con mochilas al hombro, Gabriel Boric caminó sin custodia, sin traje y sin la rigidez del protocolo. El presidente de Chile, con ropa casual —chamarra, jean oscuro y zapatillas—, se confundió entre la multitud como un viajero más, curioso y sereno. Pocos supieron que aquel joven de barba prolija que recorría la zona de San Francisco era, en realidad, un jefe de Estado.
Su elección ya había sorprendido desde el inicio. Mientras otros mandatarios se hospedaban en lujosos hoteles de cinco estrellas, Boric prefirió el Hostal Naira, un lugar de tradición bohemia enclavado en pleno corazón turístico de La Paz. Allí, donde se mezclan acentos de distintos rincones del mundo, el mandatario chileno se alojó sin pompa ni resguardo, como queriendo conocer la ciudad desde su pulso cotidiano.
Durante la jornada de la transmisión de mando, las redes sociales comenzaron a difundir imágenes del mandatario recorriendo el comercio popular cercano a la plaza San Francisco.
En compañía de dos personas, Boric se detuvo en varios puestos, observó artesanías, sonrió y siguió su camino sin atraer más atención como cualquier turista.
“Caminó entre todos como si fuera uno más”, comentó un vendedor de tejidos que no supo hasta después que había tenido frente a él al presidente de Chile.
El periodista Gimmer Zambrana escribió este sábado en sus redes: “¿Algún medio boliviano le hizo una buena entrevista a Boric? La agenda con Chile nunca será una más para Bolivia y el mandatario chileno estuvo al alcance de un profundo diálogo”. Su reflexión acompañaba una foto del presidente en un restaurante popular, donde degustó un tradicional fricasé paceño.
Desde su llegada hasta su partida, la presencia policial fue mínima. Afuera del Hostal Naira —antigua Peña Naira, cuna del folclore boliviano fundada en 1966— apenas se notaban agentes de seguridad. En ese mismo lugar, según la historia, se alojó también Violeta Parra, la legendaria cantautora chilena autora de la canción “Gracias a la vida”.
Antes de marcharse, Boric quiso rendirle homenaje. Con una sonrisa discreta, grabó un breve mensaje de despedida ante los anfitriones del Hostal: “Me despido de La Paz entregando un presente en nombre de Chile a un lugar donde Violeta Parra dejó huella y donde tuve el honor de alojarme junto a la delegación: la Peña Naira, hoy convertida en hostal. ¡Gracias al pueblo boliviano por su cariño!”, escribió luego en su cuenta de Facebook.
Horas más tarde, las redes se llenaron de videos y fotografías de su visita. No por los discursos oficiales ni por los actos solemnes, sino por la naturalidad de su paseo. La imagen del presidente chileno caminando entre turistas y artesanos, sin escoltas ni poses de autoridad, recorriendo las calles más populares —a pasos de la mística calle de Las Brujas—, se convirtió en la postal de una visita diferente: la de un mandatario que eligió caminar al ritmo de la gente.
