En una puja internacional, varias piezas serán reunidas con historias personales y objetos cargados de simbolismo del que fue el crucero más importante del momento.
Por Bautista Salaverri

Fuente: Infobae
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El Titanic, que fue la embarcación más colosal en su momento, sigue generando fascinación por la tragedia y cada una de las historias que surgen. A más de un siglo, una serie de cartas íntimas previas al hundimiento abren nuevo capítulo evocando la célebre trama de la película de James Cameron. Una confesión triste y amorosa puede traducirse en miles de dólares en una subasta.
Ernest Tomlin, un joven pasajero que accedió a la tercera clase, escribió a bordo del transatlántico una emotiva misiva dirigida a su familia, en la que relató su dolor por la ruptura con una mujer llamada Rose. Este documento, junto con otros objetos personales, será pujado, ofreciendo una nueva mirada íntima a las vivencias de quienes formaron parte de la catástrofe.
La vida del pasajero, marcada por la esperanza y el desamor, guarda sorprendentes paralelismos con la historia de Jack y Rose en la ficción. Tras emigrar a Estados Unidos en 1907, donde inició su carrera universitaria, regresaba al país para completar su licenciatura en estudios bíblicos cuando abordó el Titanic. Su destino quedó sellado en la travesía, y su testimonio, conservado durante más de un siglo por su familia, emerge ahora como una pieza clave para comprender el lado humano de la tragedia.

La ruptura con Rose
El archivo de Tomlin constituye uno de los lotes más completos relacionados con el Titanic que han salido a la luz en décadas. La carta, fechada el 10 de abril de 1912, día en que el Titanic zarpó de Southampton, fue enviada desde Irlanda, el último puerto de escala antes de la travesía final. En sus cinco páginas, el viajero confesó a su madre y hermanos el dolor por la separación de su amada Rose: “No se lo digáis a nadie, pero hace 24 horas vine a llorar un buen rato para recuperar a mi Rose, pero llorar no servirá de nada, ¿verdad?”.

El joven también expresó su resignación ante la relación fallida y el destino que le aguardaba: “En algún momento de nuestras vidas nos vemos obligados a afrontar duras realidades; mi momento ha llegado. Ha llegado el momento; lamento tener que dejaros a todos”.

La misiva, que permaneció en la familia Tomlin durante más de 100 años, describe además la vida a bordo para los pasajeros de tercera clase y contiene un diagrama del incidente en el que el Titanic estuvo a punto de colisionar con el SS New York al salir de Southampton. Entre los objetos personales que acompañan los manuscritos se encuentran un diario de bolsillo manchado de agua, cuya última entrada, el 10 de abril, se limita a una sola palabra: Titanic.

El lote incluye también un billete de un dólar cosido al chaleco de Tomlin, dos cartas de la White Star Line dirigidas a su familia confirmando su fallecimiento y el entierro en Halifax, Nueva Escocia, así como otros efectos personales. El valor estimado de la colección asciende a USD 66.000. Según los organizadores de la subasta, Henry Aldridge and Son, estos documentos y pertenencias representan una novedad absoluta para los coleccionistas y ofrecen una visión única de la experiencia de un joven marcado por el desamor en el contexto de la tragedia marítima.
La casa donde serán pujados los artículos, reconocida por su especialización en recuerdos del Titanic, ha anunciado la venta de este archivo personal, que incluye la carta de Tomlin y decenas de objetos de la tragedia, el próximo 22 de noviembre en Reino Unido.

La subasta que reunirá tesoros del Titanic
La lista de objetos también incluirá otros valores emblemáticos del histórico crucero. Entre las piezas más esperadas figura un reloj de oro de 18 quilates, detenido a las 2:20 de la madrugada, hora aproximada del hundimiento, que perteneció a Isidor Straus, cofundador de los grandes almacenes en Estados Unidos. Grabado con las iniciales IS y recuperado del cuerpo del propio empresario, ha permanecido en la familia durante generaciones y se espera que alcance una cifra superior al millón de dólares.
Junto al reloj, se ofrecerá una carta de su esposa, Ida Straus, a bordo del Titanic. En la misma, describió el lujo del barco y relató el incidente con el SS New York. Este documento, enmarcado y conservado en la familia, podría superar los USD 200.000. La historia del matrimonio, quienes decidieron permanecer juntos hasta el final, fue evocada en la película de Cameron.

También estarán a la venta pertenencias de Frederick Sutton, un ejecutivo británico de primera clase, entre las que destaca un manuscrito con información inédita para pasajeros, cartas y efectos personales que han permanecido en manos privadas durante más de un siglo. Uno de los artículos, deteriorado por el agua y el paso del tiempo, contiene detalles sobre tarifas, instrucciones y anotaciones de la ruta, y se estima que podría alcanzar entre USD 65.900 y USD 105.515. También se suman un anillo, un silbato, un cuchillo, tres cucharas, monedas y una carta de la White Star Line dirigida a la familia Sutton.
En los últimos años, el mercado de recuerdos del Titanic ha registrado cifras récord, como la venta de un reloj de bolsillo de oro entregado al capitán del Carpathia por 2 millones de dólares, o el violín de Wallace Hartley, adjudicado por casi más de un millón y medio. El interés por estos objetos no solo responde a su valor histórico, sino también a la carga emocional que representan para coleccionistas y público en general.