El hombre y su pareja fueron exhibidos por las calles; uno de ellos estuvo a punto de ser ejecutado.

Fuente: El Potosí
Un hombre se salvó de ser linchado por una turba enardecida en el municipio de Cotagaita, luego de que pobladores le acusaran de haber cometido constantes robos en comunidades de esa jurisdicción. La multitud, decidida a aplicar “justicia por mano propia”, retuvo al presunto delincuente y a una mujer que le acompañaba.
Ambos fueron obligados a encabezar una marcha pública para que la población les identificara. El hombre caminaba con los brazos amarrados a un listón colocado entre sus hombros y una pancarta que decía: “Soy ladrón, conózcanme”. La mujer, con otra pancarta que la señalaba como cómplice, no fue amarrada, pero igualmente fue expuesta ante la gente.
En medio del tumulto, se instaló una especie de cabildo en el que varios habitantes exigían la ejecución inmediata del acusado. Fue entonces que intervino el comandante provincial de Cotagaita, coronel Fernando Cardozo, quien logró persuadir a los comunarios de que el linchamiento no está amparado por la justicia comunitaria vigente en el país.
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Tras un tenso diálogo, las autoridades originarias aceptaron entregar al hombre a la Policía. No obstante, la multitud decidió quemar dos vehículos —un automóvil y un micro— que supuestamente eran utilizados para perpetrar los robos. Ambas movilidades fueron reducidas a cenizas.