Bolivia atraviesa uno de esos momentos en los que la historia nos exige madurez, sensatez y unidad. Ya no estamos en campaña electoral. Las urnas se cerraron, y con ellas deberían haber quedado atrás las pasiones, los enfrentamientos y los discursos partidarios.
Hoy, el pueblo boliviano necesita algo mucho más urgente: trabajo, coordinación y resultados concretos. El país demanda que nuestras autoridades, en todos los niveles, dejen de pensar en cálculos políticos y empiecen a trabajar en la reconstrucción nacional. Demanda especialmente del presidente Paz y vicepresidente Lara, que den la talla de verdaderos Estadistas en esta hora crucial.
Durante demasiado tiempo, la atención de la clase política se ha centrado en la disputa por el poder y no en la gestión del bien común. Mientras tanto, los problemas reales, la falta de empleo, el incremento de la pobreza, la inseguridad, la crisis económica, la migración, la pérdida de confianza en las instituciones, siguen afectando a millones de familias. La campaña terminó, pero los desafíos no.
La ciudadanía no eligió autoridades para que vivan en permanente confrontación, sino para que trabajen por el bien mayor. Gobernar es servir, no competir. Y servir implica dialogar, construir consensos y acuerdos, escuchar al otro, buscar soluciones compartidas. Bolivia no puede seguir atrapada en la lógica del “ellos contra nosotros”. Es momento de superar el divisionismo y mirar hacia adelante con responsabilidad y grandeza. Cada día que se pierde en peleas políticas es un día menos para construir soluciones a las necesidades urgentes.
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Por eso, cualquier acción, venga de donde venga, que busque prolongar la confrontación, bloquear el trabajo conjunto o poner intereses personales por encima del país, debe considerarse sin titubeos una traición a la Patria. Porque traicionar el esfuerzo y la esperanza del pueblo boliviano es traicionar la esencia misma de nuestra nación.
Bolivia no necesita héroes de partido, sino líderes de país. Líderes que entiendan que el verdadero poder está en servir con honestidad y visión de futuro. Ya no estamos en campaña. Es hora de mirar más allá de las banderas partidarias, de unirnos como bolivianos y de trabajar, juntos, en la tarea más importante de todas: reconstruir Bolivia.
Por supuesto, los medios de comunicación masiva, como la televisión, la radio y los periódicos, tienen la enorme responsabilidad de informar con objetividad e imparcialidad, orientar y alinearse a esta gesta trascendental.
El llamado está hecho. Que nadie se quede al margen de esta responsabilidad histórica.
Fernando Crespo Lijerón
