Las tareas de auxilio continúan mientras las aguas siguen avanzando sobre las comunidades afectadas, dejando al municipio cruceño ante una emergencia que aún no muestra señales de retroceso.
Fuente: eldeber.com.bo
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Las lluvias intensas de los últimos días provocaron el desborde de los ríos Yapacaní e Ichilo y esto provocó una de las peores inundaciones registradas en décadas en la Faja Norte y el Norte Integrado del municipio. Las pérdidas ya son calificadas de millonarias y el agua continúa avanzando sobre comunidades enteras.
El director municipal de Desarrollo Productivo de Yapacaní, Freddy Silva, informó que alrededor de 800 familias resultaron afectadas y que los cultivos dañados superan las 3.000 hectáreas. Entre los sembradíos afectados y los que se dan por perdidos figuran soya, arroz, cítricos, yuca, plátano, piña, papaya y otros productos clave para la economía local.
La riada sorprendió a los agricultores en plena cosecha de soya, dejando maquinaria agrícola, tractores y cosechadoras bajo el lodo. Los campos de arroz también quedaron completamente anegados, lo que anticipa un fuerte impacto en la producción alimentaria de la región.
El sector pecuario también sufrió un golpe severo. Piscicultores y ganaderos reportaron la pérdida de animales, incluidos chanchos, terneros y peces arrastrados por la fuerza del agua. La situación es especialmente crítica en zonas como Puerto Grether y el Norte Integrado, donde el desborde del río Ichilo agravó aún más los daños.
Productores consultados por EL DEBER recordaron una riada similar hace por lo menos 20 años y describieron el panorama actual como “desolador”. Aunque el municipio ya fue declarado zona de desastre, las autoridades explicaron que aún no es posible cuantificar con exactitud las pérdidas económicas porque las labores se concentran en rescate, asistencia inmediata y evacuación.
Equipos municipales y voluntarios continúan entrando por los pocos accesos que quedan para entregar alimentos secos, medicamentos y evacuar a las familias aisladas. El lodo ha dejado sectores completamente intransitables, dificultando tanto el ingreso por tierra como por vía fluvial.
Las tareas de auxilio continúan mientras las aguas siguen avanzando sobre las comunidades afectadas, dejando a Yapacaní ante una emergencia que aún no muestra señales de retroceso.

