Los controles se realizaron junto a las Fuerzas Armadas para frenar el contrabando de combustible.
Por Daniel Zenteno
El combustible incautado en la frontera con Paraguay. Foto: ANH.
Fuente: La Razón
La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) ejecutó un operativo intensivo de control y lucha contra el contrabando de combustibles en la frontera con Paraguay, donde se incautaron 1.000 litros de diésel en una sola jornada, informó la Distrital Chaco.
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El primer decomiso ocurrió el 4 de diciembre, antes del peaje que conecta hacia Cañada Oruro, un punto estratégico para el tránsito de combustible hacia territorio paraguayo. Allí se confiscaron 700 litros de diésel, almacenados en un turril de 150 litros y 44 bidones.
Minutos después, durante un patrullaje por la carretera Villamontes–Paraguay, personal operativo de la ANH y efectivos de las Fuerzas Armadas interceptaron otro cargamento ilícito, asegurando 300 litros adicionales.
Con este resultado, el total incautado en la jornada alcanzó los 1.000 litros, una cifra que, según la institución reguladora, refleja el fortalecimiento de los operativos coordinados en zonas fronterizas para frenar el desvío de carburantes.
La ANH destacó que estos controles forman parte de un plan sostenido para proteger el abastecimiento interno, evitar pérdidas económicas al Estado y enfrentar de manera frontal las actividades ilegales que ponen en riesgo la seguridad energética del país.
ANH
El viernes, la directora ejecutiva de la ANH, Margot Ayala, se reunió con el viceministro de Lucha Contra el Contrabando, José Maurice Castro, con el objetivo de frenar la fuga de carburantes hacia países vecinos.
De acuerdo con las autoridades, el desvío y contrabando de diésel y gasolina causa una afectación anual de hasta $us 5.000 millones, además que afecta el normal abastecimiento en las estaciones de servicio, lo que provoca largas filas en algunas regiones, especialmente en los municipios más alejados.
Debido a que en el país el combustible está subvencionado, los contrabandistas lo acopian y adquieren a menos de Bs 4 el litro, pero lo venden en precios hasta cinco veces más caros en las zonas fronterizas o en alguno de los países vecinos.
Fuente: La Razón