El operativo involucró dos cazas F/A-18F Super Hornet y dos aeronaves de guerra electrónica EA-18G Growler, desplegadas en el marco del dispositivo militar que Washington mantiene en el Caribe para combatir el narcoterrorismo

Cuatro aviones militares estadounidenses fueron detectados sobrevolando zonas cercanas a la costa venezolana la tarde de este viernes, con dos de estas aeronaves aproximándose especialmente a La Orchila, la isla que funciona como búnker y punto de resguardo para el dictador Nicolás Maduro.
Según los registros del portal internacional de seguimiento aéreo Flightradar24, el operativo involucró dos cazas F/A-18F Super Hornet —identificados bajo la denominación #RHINO— y dos aviones de guerra electrónica EA-18G Growler con los códigos de vuelo #GRZZLY1 y #GRZZLY2.
El sobrevuelo se registró alrededor de las 16:00, hora local, y mantuvo una trayectoria que llevó a los cazas a operar en espacio internacional, pero muy próximos a aguas territoriales venezolanas.
Los F/A-18F Super Hornet son aviones de combate empleados en misiones tanto de ataque a superficie como de superioridad aérea. Estas aeronaves pueden lanzar una amplia variedad de misiles y bombas guiadas, y son utilizadas para asegurar el dominio del espacio aéreo en escenarios de conflicto, escoltar otras plataformas y realizar operaciones ofensivas o defensivas rápidas sobre objetivos estratégicos.
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Por otro lado, los EA-18G Growler son aviones especializados en guerra electrónica. Su función principal es bloquear, interferir o neutralizar sistemas de defensa antiaérea, radares y comunicaciones enemigas. Esto les permite crear “zonas ciegas” en los sistemas de detección rivales y proteger a otras aeronaves ante posibles acciones defensivas.
El despliegue de Growlers en la zona refuerza la capacidad de Estados Unidos para monitorear y, si fuera necesario, debilitar la respuesta electrónica o militar desde territorio venezolano.
La actividad aérea estadounidense cerca de Venezuela se ha incrementado con movimientos constantes de cazabombarderos F/A-18 Super Hornet.
Hace tres días, al menos dos aeronaves de este tipo sobrevolaron el Golfo de Venezuela al norte del estado petrolero del Zulia durante 40 minutos, acercándose a tan solo 160 kilómetros de Maracaibo y realizando varias maniobras antes de alejarse de la región.
Su trayectoria fue seguida en tiempo real a través de la plataforma digital FlightRadar24, acercándose al Lago de Maracaibo desde el interior del Golfo y generando atención sobre la frontera marítima norte del país.
Estos últimos sobrevuelos de aviones militares estadounidenses coincidieron con la salida de Venezuela de la líder opositora y Premio Nobel de la Paz, María Corina Machado, hacia Oslo, viaje que realizó en lancha vía Curazao como parte de un operativo de protección para garantizar su seguridad ante las amenazas del régimen chavista.
La semana pasada, sistemas internacionales de monitoreo también reportaron el paso de dos cazas F/A-18 Super Hornet, registrados como “RHINO11” y “RHINO12”, en una ruta cercana a la isla de Curazao y la franja marítima frente al estado de Falcón. Estas maniobras coincidieron con el reposicionamiento en la región del portaaviones USS Gerald R. Ford, base flotante que provee soporte y capacidad ofensiva a la Marina de Estados Unidos.
En reacción al incremento de vuelos y maniobras militares estadounidenses cerca del territorio venezolano, el ministro de Defensa chavista Vladimir Padrino López denunció un supuesto intento de intimidación por parte de Washington.
Durante un acto oficial, Padrino López advirtió que “no se equivoquen con nosotros, estamos preparados para defender a este país”, intentando proyectar una imagen de fortaleza ante la presencia de fuerzas norteamericanas en la región.
El funcionario insistió en que estos ejercicios aéreos “no van a quebrar” ni a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana ni al pueblo venezolano, reiterando el discurso propagandístico habitual del régimen.
“No sigan ustedes con su juego de operaciones psicológicas que no nos las tragamos en lo absoluto”, advirtió.
Las declaraciones del ministro chavista se producen en un contexto de presión internacional y aislamiento, profundizado tras la reciente confiscación del superpetrolero Skipper por autoridades estadounidenses, en respuesta a sus vínculos con el contrabando de hidrocarburos sancionados.
Mientras el régimen busca capitalizar estos incidentes con retórica nacionalista, la evidencia recogida por plataformas internacionales confirma la superioridad tecnológica y la capacidad de disuasión sostenida de Estados Unidos y sus aliados en el Caribe.