La aerolínea estatal abrió una nueva ruta entre Santa Cruz y Washington Dulles vía Panamá, ampliando su presencia en Norteamérica en medio de cuestionamientos por su gestión operativa y financiera.
Fuente: eldeber.com.bo
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Boliviana de Aviación (BoA) incorporó de una nueva ruta internacional que conecta Santa Cruz de la Sierra con el Aeropuerto Internacional Washington Dulles, en Estados Unidos, con escala en Ciudad de Panamá. El anuncio fue destacado oficialmente por la terminal aérea estadounidense, que confirmó el ingreso de la aerolínea boliviana a su red de operaciones, consolidando así un nuevo punto de conexión entre Bolivia y la costa este norteamericana.
La nueva operación une el aeropuerto Viru Viru con Washington Dulles vía Panamá, uno de los principales hubs de conexión aérea del continente. La ruta apunta principalmente al tráfico de pasajeros bolivianos residentes en Estados Unidos, así como a viajes de negocios, estudios y turismo. Con este movimiento, BoA amplía su oferta internacional, que ya incluye destinos como Miami, Madrid, Barcelona, São Paulo, Lima, Santiago, Asunción y La Habana.
Actualmente, BoA opera con una flota cercana a una docena de aeronaves activas, principalmente Boeing 737, un número limitado frente a la expansión de rutas anunciadas en los últimos años. Esa restricción ha sido uno de los principales focos de crítica, debido a los constantes retrasos, reprogramaciones y cancelaciones que han afectado a pasajeros tanto en rutas nacionales como internacionales.
En este contexto, el Gobierno activó un operativo de control, auditoría y transparencia en la estatal aérea en el marco de una intervención a esta empresa con el propósito normalizar las operaciones.
La intervención de la nueva administración permitió recuperar cuatro aeronaves y que hasta fin de mes se prevé contar con 13 o 14 naves. Sin embargo, observó que la programación de vuelos fue diseñada como si la empresa dispusiera de más aviones de los realmente operativos, lo que generó un cuello de botella que continúa afectando a los usuarios.
Por eso la incorporación de Washington como destino no solo amplía el mapa de BoA en Estados Unidos —donde ya opera vuelos a Miami—, sino que también tiene una carga simbólica y estratégica: conecta directamente a Bolivia con una de las ciudades más influyentes del mundo, sede del poder político estadounidense y de organismos multilaterales.
Pero el desafío para la aerolínea estatal no pasa por sumar rutas en el tablero internacional, sino garantizar regularidad, puntualidad y calidad de servicio. De lo contrario, la expansión corre el riesgo de convertirse en una vitrina ambiciosa sostenida por una estructura todavía frágil. El vuelo despega; la pregunta es si podrá mantenerse en altura.

