Desde la cuota inicial hasta la elección del lugar ideal, descubre cómo comprar tu vivienda propia de manera segura y ordenada.
Stefany Beatriz Guzmán Nuñez
Fuente: Red Uno
Uno de los mayores sueños de las familias bolivianas es tener su casa propia, pero para lograrlo es fundamental planificar cada paso y tomar decisiones financieras inteligentes. En el Cuidando el bolsillo, del programa El Mañanero, ofrecemos a la población una guía completa para alcanzar este objetivo, con la orientación del economista Ruddy Sanguino.
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Desde el inicio, Sanguino destacó que comprar una vivienda no debe convertirse en una carga económica, sino en una bendición para la familia. “Este es un sueño de la familia: tener en mano la llave de su casa y vivir el resto de su vida con tranquilidad financiera”, afirmó.
Primer paso: Preparación financiera
Antes de buscar una casa, es necesario organizar las finanzas personales. Sanguino recomendó alejarse de deudas tóxicas (aquellas que se adquieren a sola firma para consumo y sin beneficios familiares) y gastos vampiros, es decir, aquellos gastos innecesarios que afectan la economía doméstica.
Además, resaltó la importancia de contar con ingresos estables por al menos seis meses a un año y mantener un fondo de emergencia que cubra situaciones imprevistas como pérdida de empleo.
La cuota inicial: clave para acceder al crédito
Uno de los aspectos más importantes al comprar una casa es la cuota inicial, que generalmente representa el 25% del valor total de la vivienda. Por ejemplo, si la casa cuesta 50.000 dólares, la cuota inicial sería de 12.500 dólares. Esta cantidad demuestra al banco la capacidad de la familia para comprometerse con el crédito y acceder a financiamiento.
Factores a considerar: tasa de interés, plazo y ubicación
Además de la cuota inicial, es vital analizar la tasa de interés y el plazo del crédito, que determinan la cantidad mensual a pagar. Según el ejemplo del economista, para un crédito de 40.000 dólares con ingresos de 5.000 bolivianos mensuales, el plazo de 20 años podría resultar inaccesible, mientras que extenderlo a 25 o 30 años sí sería viable.
Otro aspecto crucial es la ubicación de la vivienda. Las casas alejadas del centro suelen ser más económicas, pero implican mayores costos de transporte y tiempo para la familia, afectando la rutina diaria y la calidad de vida. Por ello, la decisión debe balancear precio y conveniencia.
