El ídolo argentino de Blooming volvió a pisar el estadio Real Santa Cruz y se reencontró con la hinchada que marcó su carrera. Boyero valoró el presente del club y recordó con emoción sus años en la academia celeste.
Fuente: diez.bo
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Hernán Boyero, uno de los últimos grandes referentes extranjeros que tuvo Blooming, regresó a Santa Cruz y no pasó desapercibido. El ex delantero argentino asistió este miércoles al estadio Real Santa Cruz para presenciar la victoria de la academia por 2-1 sobre Aurora, resultado que aseguró la clasificación del club a un torneo internacional.
El ex goleador, campeón con los celestes en 2009 y figura inolvidable para la hinchada, no ocultó la emoción de volver a una ciudad que considera parte fundamental de su vida. “Santa Cruz es para mí una tierra prometida”, expresó con nostalgia.
Boyero recordó que su etapa como jugador en Blooming estuvo marcada por la intensidad de cada partido y la camaradería en el vestuario. “Vivía mucha adrenalina en el estadio y el ambiente del día a día era espectacular. Extraño mucho estar aquí”, comentó mientras saludaba a los aficionados que lo reconocían en las tribunas.
También agradeció el cariño que la gente mantiene hacia él, una conexión que se forjó a base de entrega y goles. “Me siento orgulloso de que los hinchas todavía me tengan ese afecto. Fueron años hermosos y siempre traté de hacer las cosas de la mejor manera”, señaló.
En relación al presente del equipo, Boyero destacó la campaña realizada en esta temporada y se mostró esperanzado en que el grupo pueda coronar su esfuerzo con un cierre histórico. “Veo muy bien a Blooming. Ha sido un año muy bueno y ojalá puedan terminar lo más arriba posible”, afirmó.
El ex delantero vivió dos etapas con la camiseta celeste: la primera entre 2007 y 2009, etapa en la que alcanzó el título nacional; y la segunda desde 2010 hasta 2013, consolidándose como uno de los extranjeros más queridos por la academia.
Su retorno fugaz a Santa Cruz reavivó los recuerdos de una época dorada para muchos hinchas, y confirmó que la conexión entre Boyero y Blooming sigue intacta, aun con los años y la distancia de por medio.