El Papa León XIV, en su primera Bendición de la Navidad, iluminado por el Espíritu Santo y destinado a 1.406 millones de católicos del mundo, en su mensaje Navideño -afirmó que “el Nacimiento de Jesucristo es el nacimiento de la paz verdadera, una paz que vence el pecado, el odio y la violencia, mediante el amor misericordioso de Dios y que exige la responsabilidad de amar, perdonar y solidarizarse con quienes sufren”. Expresó que este acontecimiento nos encuentra con situaciones de conflictos y fragilidad humana.
Trazó en su mensaje Navideño una invitación para reflexionar sobre el verdadero significado de la Navidad, la llegada de Jesús como luz, esperanza y paz para la humanidad.
En parte sobresaliente enfatizó: “Alegrémonos todos en el Señor, porque nuestro salvador ha nacido en el mundo. Hoy, desde el cielo, ha descendido la paz sobre nosotros”.
Profundizó, que la Navidad nos ofrece un regalo permanente, Cristo hecho hombre que viene a salvar, no a condenar. Su llegada no es efímera, sino para quedarse, sanar heridas y traer descanso al corazón humano. Vivamos la Navidad no solo como celebración, sino como compromiso concreto con la paz, la justicia y la fraternidad. Afirmó, que la Navidad es reconocer nuestra responsabilidad en la construcción de un mundo justo y pacífico. Cada día de amor y de solidaridad refleja la luz que Cristo trae al mundo, la luz verdadera que ilumina el corazón de todos los hombres.
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Destacó, que “Jesús es nuestra paz, porque nos libera del pecado y nos enseña a vivir de manera responsable. La paz no es simplemente la ausencia de conflicto, sino el fruto de reconocer nuestras propias fallas, pedir perdón y comprometernos con los demás, solo desde el corazón perdonado y lleno de amor es posible construir relaciones pacíficas y justas. Dios nos ha creado en nosotros, no puede salvarnos sin nosotros”.
Recuerda a la civilización, al hacer un llamado a la paz global, la situación de Medio Oriente, Ucrania, Sudán, Nigeria, Haití y otras regiones afectadas por conflictos, violencia y catástrofes naturales. Pide que los líderes políticos y la comunidad internacional trabajen por la reconciliación, el diálogo y la justicia, siempre con la inspiración del Niño Jesús.
En su amplia y profunda reflexión manifestó la identificación de Cristo con quienes sufren los pobres, los migrantes, los refugiados, los jóvenes desempleados, los explotados y los presos. Nos recuerda que abrir los corazones a ellos es abrirlo al mismo Jesús, que nos invita a compartir su paz y amor. Resaltó, que el Nacimiento del Señor es el Nacimiento de la paz. Quien no ama no se salva, y quien no ama a su hermano que ve, no puede amar a Dios que no ve.
El Papa León XIV sigue invitando a los líderes de Rusia y Ucrania para que en el Vaticano se reúnan para alcanzar la paz. Su preocupación se extiende en el mensaje desde la Plaza de San Pedro que participó de la Celebración Navideña, llamando a Rusia y Ucrania a tener el “valor” de negociar de forma “directa” el final de la guerra, que ingresa al cuarto año de dolor. Asimismo, cifró la esperanza de un fin duradero de la violencia en Gaza y la solución humanitaria para reconstruirla.
Su llamado por la paz fue persistente, como también hizo un llamado contra la exclusión ideológica en América Latina. Los sistemas seriamente cuestionados en este orden sin equívocos son Venezuela, Nicaragua y Cuba, países que están sintiendo las medidas de control que ejerce la naval de Estados Unidos en el Mar Caribe contra los buques que trafican droga hacia mercados de Europa, Asia y EE.UU.
El mensaje aprobado por la comunidad mundial debe calar en los mesiánicos de Bolivia, que en veinte años de poder con hechos que rebasaron la Constitución y se inventaron procesos contra pensamientos e ideologías, encarcelando a opositores sin derecho a la presunción de inocencia, hasta acabar con la vida de Marco Antonio Aramayo exdirector del FONDIOC, verbigracia, y otros emblemáticos que, exigen ser revisados con auditorias de cada proceso para determinar la responsabilidad de fiscales, jueces, vocales y magistrados, responsabilidad penal, administrativa o civil, incluso, hasta dejar sin efecto sentencias condenatorias que no satisfaga las exigencias mínimas del debido proceso legal, al presentarse acreditación de datos que violan los derechos humanos de la Convención Americana de los Derechos Humanos (Corte IDH. Caso Fermín Ramírez vs. Guatemala. Fondo. Reparaciones y Costas. Sentencia de 20 de junio de 2005. Serie C No. 126. 130. a), b) y c)., y Corte IDH. Caso Morín Catrimán y otros (Dirigentes, miembros y activistas del Pueblo Indígena Mapuche) vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de mayo de 2014. Serie C. No. 279. Párr. 422.
En este marco, los procesos seguidos en rebeldía, sin audiencias públicas presenciales de los sindicados, imputados, acusados y condenados en juicios de responsabilidades por supuestos genocidio y masacre sangrienta por hechos de interrupción de la democracia y el Estado de derecho de 2003, constituyen situaciones de fragilidad procesal por quienes estuvieron en el ejercicio de la jurisdicción, al no haberse aplicado, la plena garantías de audiencia y defensa técnica elegida por los acusados y condenados, con consiguiente restricción en la presentación de pruebas de descargo. La Corte IDH ha determinado que estos procesos en la forma desarrollados constituyen per se dejar sin efecto la sentencia o su anulación, y el Estado debe de abstenerse de ejecutar la sentencia condenatoria, hasta que se reinstale un nuevo proceso con todas las garantías (Caso IDH. Caso Fermín Ramírez Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 20 de junio de 2005. Serie C No. 126). Párr. 130 a), b) y c).
El Papa León XIV en su mensaje criticó a los líderes del mundo la política anti inmigrantes. El fenómeno de la expulsión de migrantes legales o ilegales constituyen problemas que desafían a los Estados nacionales y al Derecho internacional de los Derechos Humanos, abriendo el debate con sentido constitucional y humanitario en foros futuros. Ligado al tema, el traslado de niños en situación de guerra y regiones ocupadas por los invasores, cambiando su identidad y nacionalidad sin consentimiento de sus padres, reclama su tratamiento, sin pausas ni ideologías.
El Papa León XIV, ante 5.000 fieles congregados bajo la lluvia, desde la Basílica de San Pedro, culminó y aseveró: “Habrá paz cuando nuestros monólogos se interrumpan y, fecundados por la escucha, caigamos de rodillas ante la carne desnuda de los demás”. Afirmo, “Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás” y de los más frágiles. Su predecesor, el Papa Francisco, en la Navidad de 2024 pidió una amplia reconciliación, “incluso (con) nuestros enemigos”, y silenciar los sonidos de las armas y superar las divisiones” que afligen al mundo.
El Papa León XIV, en la clausura del Jubileo de la Esperanza 2025 en la Basílica de San Juan de Letrán, cerró la Puerta Santa, marcando el fin del Año Santo y, su mensaje del sábado 27 de diciembre, se enfocó en la esperanza nacida de la fe en Jesús, la santidad personal, la solidaridad con los jóvenes y la necesidad de un mundo en paz. Pidió una “Navidad de Paz” con 24 horas de tregua mundial, expresando tristeza por la falta de tregua en Ucrania.
A través de la carta apostólica indicó la importancia de revitalizar la Iglesia con una “fidelidad que genere futuro”, llamó a revitalizar el ministerio presbiteral, arraigado en el vínculo con Cristo y la Iglesia.
En el plano de la solidaridad, mostró su interés de solidaridad con los jóvenes en situación de guerra y enfatizó la importancia de responder al conflicto con fraternidad.
Ya en el punto culminante de clausura en San Juan de Letrán de un Año Santo enfocado en la esperanza, el Papa León XIV enfatizó la necesidad de una fe auténtica, la oración y el servicio a los demás para construir un futuro mejor.
El Santo Padre Juan Pablo II en su mensaje de Navidad expresó: “Reconozcan en el Niño que está en sus brazos al único Salvador del mundo, fuente inagotable de la paz verdadera, a la que todos aspiran en lo más profundo del corazón”.
Concluyó: “¡Feliz Navidad!” Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, en las familias y en todos los pueblos“”.
El Papa León XIV al concluir su mensaje deseando feliz Navidad en 10 idiomas: italiano, francés, inglés, alemán, español, portugués, polaco, árabe, chino y latín, dijo: “¡Feliz Navidad!” Que la paz de Cristo reine en sus corazones y en sus familias“”, bendición que recibieron los 5.000 peregrinos en la Plaza de San Pedro y los 1.406 millones de católicos del mundo, qué con fe renovada, emoción, aplausos y banderas mostraron su júbilo y aprobación.
Pedro Gareca Perales
