La mujer, de 53 años, estaba en libertad condicional por motivos médicos tras enfrentar numerosas detenciones y resistir las políticas del gobierno teocrático de Teherán.
Fuente: infobae.com
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Las fuerzas de seguridad del régimen iraní arrestaron este viernes de forma “violenta” a la ganadora del premio Nobel de la Paz 2023, Narges Mohammadi, durante la ceremonia en recuerdo de un abogado fallecido, informaron sus simpatizantes.
Mohammadi, quien obtuvo un permiso temporal de salida de prisión en diciembre de 2024, fue detenida junto con otros activistas en la ceremonia por Khosrow Alikordi, quien fue hallado muerto en su oficina la semana pasada, escribió su fundación en su cuenta de X.
El esposo de Mohammadi, Taghi Rahmani, residente en París, dijo también en X que la nobel había sido arrestada durante la ceremonia en la ciudad oriental de Mashhad junto con la destacada activista Sepideh Gholian.
“Narges Mohammadi fue arrestada violentamente en el monumento conmemorativo de Khosrow Alikordi. La Fundación Narges ha recibido información creíble de que Narges Mohammadi fue detenida violentamente por fuerzas de seguridad y policiales durante la ceremonia conmemorativa del séptimo día de Khosrow Alikordi hace una hora», expresó la fundación en un breve comunicado publicado en X.
Y completó: “Informes no confirmados indican que Sepideh Qolian, Hasti Amiri, Pouran Nazemi, Alieh Motalebzadeh y varios otros activistas de derechos humanos también fueron arrestados en el lugar. No se dispone de más detalles por el momento. La Fundación Narges proporcionará información actualizada a medida que se disponga de más información».

El comunicado publicado en su perfil en X
Estudio, activismo y persecución
Nació en 1972 en la norteña ciudad de Zanjan, en el seno de una familia de clase media, hija de un cocinero y agricultor. Asistió a la Universidad Internacional Imam Jomeini, donde se licenció en física, y se convirtió en ingeniera.
Durante su carrera universitaria, escribió artículos sobre los derechos de la mujer en el periódico estudiantil y fue detenida en dos reuniones del grupo de estudiantes políticos Tashakkol Daaneshjuyi Roshangaraan (“Grupo de Estudiantes Iluminadores”).
Enfocó su carrera al periodismo y pronto comenzó a colaborar con grupos de la sociedad civil para trabajar por los derechos de las mujeres y las minorías.
Esas inquietudes políticas la llevaron a unirse al Centro de Defensores de los Derechos Humanos, grupo fundado por la abogada iraní Shirin Ebadi, Nobel de la Paz en 2003, y centrado en la abolición de la pena de muerte. Llegó a ser su vicepresidente.
Tenía 26 años cuando fue detenida por primera vez y desde entonces el régimen iraní la ha encarcelado en varias ocasiones, por convertirse en una voz irreductible que denuncia los ataques contra los derechos humanos, desde la opresión contra las mujeres hasta la pena de muerte, que ha criticado sin tapujos.

Narges Mohammadi (@le_Parisien)
Su marido, Taghi Rahmani, ha pasado 14 años entre rejas, también por su activismo, y vive exiliado con sus hijos gemelos, que no ven a su madre desde hace años.
En 2018, Mohammadi recibió el Premio Andrei Sajarov. A principios de mayo, fue una de los tres periodistas iraníes encarcelados que recibieron el Premio Mundial de la Libertad de Prensa de las Naciones Unidas.
También recibió ese año el premio Guillermo Cano a la Libertad de Prensa de la Unesco y en 2022 ganó el Premio al Valor de Reporteros sin Fronteras (RSF).
“Narges Mohammadi ha sido una indómita voz contra la represión del Gobierno iraní a pesar de ser uno de sus más perseguidos objetivos”, dijo de ella Kenneth Roth, el director de Human Rights Watch entre 1993 y 2022.
Desde 2012, presenta problemas de salud, con síntomas relacionados con la epilepsia, atribuidos a los interrogatorios a los que ha sido sometida.
Organizaciones como Amnistía Internacional llevan tiempo denunciando que Mohammadi fue torturada y no recibía el tratamiento médico que necesitaba para el corazón y los pulmones. En febrero de 2022 sufrió de hecho un ataque al corazón y la fiscalía prohibió su traslado a un hospital.
Incluso desde la cárcel, la activista ha informado sobre la “lamentable” situación de los presos en Irán, ya que ha escrito decenas de artículos desde allí, y ha sido maltratada y torturada a pesar de sufrir problemas cardíacos, según destacó RSF cuando anunció su distinción.