«Encontré una institución con exceso normativo y con rezagos importantes en digitalización», afirma Freddy Álvarez, director de la ABT


El nuevo director nacional de la ABT tiene clara su misión: Preservar lo que queda, recuperar lo que se pueda y buscar alternativas a lo que está dañado. Apunta a la digitalización total y el control satelital.

Por Freddy Lacio Fernández



Fuente: eldeber.com.bo

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Tras años de críticas por su ineficiencia para frenar el desmonte ilegal, las quemas provocadas, los incendios y las irregularidades en autorizaciones forestales, la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT) inicia una etapa decisiva bajo la dirección de Alfredy Álvarez, ingeniero con más de dos décadas de experiencia en gestión forestal, producción sostenible y políticas ambientales. La nueva autoridad expone su diagnóstico sobre una institución marcada por la burocracia, la falta de tecnología, la debilidad operativa y la ineficiencia administrativa, pero también traza el camino hacia una transformación profunda, basada en digitalización total, monitoreo satelital y una transparencia absoluta.

¿Qué encontró al asumir el cargo? ¿Cuál es su diagnóstico sobre el estado institucional, operativo y ético de la ABT?

Encontré una institución con exceso normativo y con rezagos importantes en digitalización, eficiencia operativa, participación social y coordinación territorial. La ABT pasó demasiado tiempo operando bajo un modelo obsoleto, con sistemas burocráticos dispersos, trámites lentos, ineficiencia en el uso de datos e información y poca transparencia.

Mi diagnóstico es claro: Para conservar los bosques necesitamos una institución eficiente, tecnificada, inteligente y digital, con procesos simples para el usuario y herramientas sólidas para la fiscalización y el control, de manera que la eficiencia institucional sea coherente con la urgencia de prevenir los incendios forestales, la deforestación ilegal y los avasallamientos de tierras que vive el país.

La ABT recibió críticas por su escasa contribución a la lucha contra desmontes ilegales e incendios. ¿Qué explica ese debilitamiento institucional?

El debilitamiento institucional tiene raíces históricas: insuficiente tecnología, escasos medios logísticos para monitoreo, debilidad en el control territorial, trámites lentos y burocráticos que abren espacio a las irregularidades, poca articulación entre productores, comunidades, empresarios y pueblos indígenas, un modelo que no generaba incentivos reales para la conservación de bosques.

La ABT todavía no ha dado el salto hacia la lógica moderna de gestión basada en datos, trazabilidad, plataformas digitales, métricas de desempeño institucional, medición de impactos ambientales y transparencia total. Ese vacío pronto será corregido.

¿Qué medidas concretas implementará para reencaminar la institución?

Mis primeras medidas tienen tres pilares. La primera es la digitalización total de trámites eficientes, simples y transparentes. Una ABT basada en datos, con sistemas integrados, inteligencia territorial, monitoreo satelital y automatización de procesos.

Como segunda medida nos concentraremos en hacer una institución que se debe al bosque y a sus actores, donde el bosque será el centro de la política pública. Y todas las decisiones se tomarán considerando a quienes viven del bosque: indígenas, campesinos, empresarios, profesionales forestales, y la sociedad que consume productos maderables y no maderables.

Y la tercera medida es coadyubar hacia un nuevo modelo económico para el bosque, impulsando las plantaciones forestales, la reforestación en área degradadas, el manejo integral de la tierra, valor agregado a los productos del bosque y proyectos de economía forestal. Además, apoyaremos al nuevo mercado sostenible con bonos de carbono, como instrumento para generar ingresos dignos y sostenibles para comunidades y productores.

¿Cómo piensa fortalecer la capacidad de control en regiones donde existe connivencia entre funcionarios y actividades ilegales?

El control ya no dependerá únicamente de presencia física. Implementaremos monitoreo satelital inteligente, alertas tempranas, trazabilidad digital de la madera y análisis de datos. Se fortalecerán brigadas de campo con tecnología moderna, realizaremos rotación de personal en tiempos prudentes para evitar la connivencia, priorizando las zonas de alta demanda y de denuncias. Además, se incluirá la vigilancia social participativa con comunidades indígenas, capacitando peritos en gestión forestal y población local. La fiscalización y el control serán más eficientes, transparente y difíciles de manipular.

 ¿Cuál es su visión estratégica para la ABT en los próximos cinco años?

La visión estratégica es convertir a la ABT en la institución más moderna de la región. Con la digitalización del 100% de los trámites, la disminución significativa del desmonte ilegal mediante monitoreo inteligente, el aumento récord en áreas de reforestación y plantaciones forestales, la creación del observatorio nacional de bonos de carbono con respaldo técnico y jurídico; y la aplicación del nuevo marco legal forestal, actualizado para los desafíos climáticos y económicos actuales.

Buscaremos lograr una asociación entre homólogos de autoridades forestales y tierras con nuestros países vecinos. Los bosques no conocen fronteras y conservarlos es tarea de todos.

Como un punto importante de mi gestión será lograr alianzas estratégicas con organismos bilaterales y multilaterales. Como autoridad nacional y descentralizada tenemos la capacidad de gestionar acuerdos con financiadores, cooperación, donantes para poder llevar a cabo los propósitos que estamos planteando. Como el proyecto en curso con el BID de 60 millones de dólares para el fortalecimiento institucional. Para ello necesitaremos contar con profesionales probos a los cuales contrataremos mediante licitaciones públicas.

La ABT ha sido señalada por prácticas irregulares en autorizaciones y permisos. ¿Qué mecanismos de transparencia y supervisión busca implementar.

La transparencia será parte estructural de la digitalización, como la alianza estratégica en la que estamos trabajando junto a la Organización de Naciones Unidas, a través de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), en un sistema de información integral en tiempo real de alta seguridad que se actualiza de manera periódica, donde todos los movimientos quedarán registrados y trazables. Además, se implementarán auditorías internas y externas continuas. Se habilitarán canales públicos de denuncias con seguimiento real y se profesionalizará a todo el personal bajo estándares claros y verificables.

La corrupción deja espacio únicamente donde existe oscuridad. Nosotros abriremos todas las puertas y ventanas.

 ¿Cómo gestionará el equilibrio entre la necesidad de producción agrícola, los derechos de pueblos indígenas y la protección de bosques y suelos?

La ABT trabajará bajo un principio simple, donde todos son actores legítimos del bosque, mientras se respete los principios básicos de sostenibilidad. Nuestra gestión garantizará equilibrio entre producción sostenible, mercados responsables, derechos indígenas, conservación de bosques y bioeconomía.

Vamos a coadyuvar en el empoderamiento de emprendimientos de los pueblos indígenas, promoviendo cadenas productivas sostenibles, impulsando el manejo forestal responsable para empresarios y productores, facilitando información y brindando base de datos para abrir los mercados de bonos de carbono como herramienta de desarrollo inclusivo. Por ejemplo, Colombia, a través de su normativa, ha logrado que REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación forestal) mejore la calidad de vida de las comunidades en varios territorios indígenas. El bosque debe generar riqueza, pero riqueza sostenible, justa y digna.

¿Qué tipo de articulación espera establecer con otras autoridades y otras entidades medioambientales para evitar que la fiscalización quede en el papel?

La ABT no actuará sola; habrá una coordinación directa con las gobernaciones, municipios, Viceministerio de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambios Climáticos, y de Gestión y Desarrollo Forestal, con el Ministerio de Planificación del Desarrollo y Medio Ambiente, con el INRA, que ahora depende del Ministerio de la Presidencia. Esto nos permite tener mayor articulación con otros poderes clave del Estado.

También se coordinará con las respectivas cámaras de los sectores productivos, quienes son los que están en el terreno todos los días, así como con los pueblos indígenas y sociedad civil en su conjunto. Por otro lado, ya se están ejecutando acciones junto a algunas agencias de cooperación internacional, como la Unión Europea, FAO, GIZ (cooperación alemana) y BID, entre otros, para fortalecer la gestión institucional.

El plan es integrar información, compartir datos, planificar territorio y actuar con rapidez ante desmontes ilegales e incendios forestales. La fiscalización no será un papel, será un sistema articulado y operativo.

¿Qué compromiso asume frente a la ciudadanía, en un contexto en el que la sociedad exige mayor responsabilidad ambiental?

Asumo la Dirección Nacional de la ABT con el compromiso de construir una institución moderna, técnica, transparente y profundamente responsable con el bosque y sus actores.

Nuestro deber es proteger el bosque como patrimonio natural y estratégico; y generar economía sostenible para quienes dependen de él. Viene una nueva era para el sector, inteligente, digital, inclusiva, transparente y basada en datos y evidencia.

Mi compromiso es contar con una ABT eficiente, al servicio de la sociedad para la conservación y producción de los bosques para siempre.

“La ABT promete una revolución digital, tras años de corrupción y burocracia”