Las estadísticas del IBCE muestran un crecimiento sostenido en la exportación de carne y sus derivados en la última década, pasando de $us 15.026.980 en 2015 a $us 245.788.654 el año pasado.
Por Erika Ibáñez

La carne boliviana se ganó su prestigio en el exterior. Foto: Clarin.com
Fuente: La Razón
En la última década, Bolivia ha registrado un crecimiento sostenido y notable en la exportación de carne bovina, situación que ubica a la proteína en el segundo lugar de las exportaciones no tradicionales del país.
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La apertura del mercado egipcio, anunciada por el presidente Rodrigo Paz, anticipa un impulso mayor y se proyecta que la venta de carne podría subir en 40% en los próximos cinco años.
Las cifras muestran que en los últimos años los envíos al exterior no solo se han multiplicado, sino que además han alcanzado mercados cada vez más exigentes.
En ese contexto, la habilitación del mercado de Egipto y la obtención de la Certificación Halal, indispensable para la comercialización en países musulmanes, abren una etapa decisiva para el crecimiento del sector. Esta certificación, que avala prácticas de faeneo compatibles con las normas islámicas, permite a Bolivia competir en un mercado de más de 2.000 millones de consumidores en el mundo árabe y África.
Sin embargo, el reto no es menor. Exigirá al sector ganadero mantener la calidad, escalar la producción y sostener una política sanitaria rigurosa. Al mismo tiempo, demandará coordinación público-privada para garantizar el cumplimiento de normas y la consolidación de acuerdos.
IBCE
Gary Rodríguez, gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), dijo a La Razón que la exportación de carne y derivados ha tenido un crecimiento vertiginoso y hoy ocupa el segundo lugar dentro de las exportaciones no tradicionales del país, solo por detrás de la soya y derivados.
“Entre 2000 y octubre de 2025 las exportaciones de carne y derivados sumaron 1.138 millones de dólares”, dijo.
Los datos del IBCE confirman que, en 2024, la exportación de carne y sus derivados alcanzó una cifra récord de $us 246 millones. Y a octubre de 2025, las ventas suman $us 200.608.871.
Las cifras del IBCE muestran un crecimiento sostenido en la venta de carne y sus derivados en la última década, pasando de $us 15.026.980 en 2015 a $us 245.788.654 el año pasado. El crecimiento también destaca en el volumen exportado: de vender 3.284 kilogramos (kg) en 2015, el país pasó a 63.117.688 kg en 2024.
Rodríguez destacó que en la última década “las exportaciones de carne bovina crecieron casi 2.000% en valor y casi 2.300% en volumen al conquistar mercados como China, Hong Kong, Perú, Ecuador, Rusia, Cuba, Angola, Congo y Guinea Ecuatorial”.

Cifras
Según el informe compartido con La Razón, en 2024 el país logró un récord de exportación de carne bovina por $us 180 millones y casi 45.000 toneladas; mientras que los derivados de carne sumaron $us 65 millones. Rodríguez resaltó un trabajo sanitario importante (libre de fiebre aftosa) y una marca país que empieza a construirse: “Bolivian Natural Beef”.
Hace unos días, el presidente Rodrigo Paz anunció que Bolivia logró la certificación Halal, un documento que garantiza que un producto cumple con la ley islámica, y consolida la exportación de carne y pollo a Egipto.
Rodríguez explicó que la Certificación Halal no la obtiene cualquier país y es “una llave que abre la puerta para poder ingresar a los mercados musulmanes”.
Y explicó que, con esa certificación, para carne de res y pollo, “se abre la posibilidad de alimentar a 100 millones de consumidores, que pagan mucho más por un producto certificado”.
Países
Además, ayuda a diversificar el mercado, pues actualmente el 80% de la exportación boliviana de carne se centra en China. El año pasado, Bolivia exportó carne bovina al gigante asiático por un valor de $us 165.993.104.
El IBCE proyecta que, a corto plazo, las ventas a Egipto pueden aumentar del 11% al 15% “siempre que en el país se den las condiciones de seguridad jurídica y, sobre todo, que no haya cupos”.
Y en caso de que la exportación resulte exitosa, se prevé que entre tres a cinco años “podría subir un 30% a 40%” al sumar a Egipto el mundo árabe y África.
Wálter Ruiz, presidente de la Confederación de Ganaderos de Bolivia (Congabol) y de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), destacó que la apertura al mercado egipcio implica llegar no solo a 118 millones de futuros clientes, sino a 22 naciones de África y el mundo árabe.
Aseguró que la apertura del mercado egipcio es fruto del trabajo de muchos años entre el sector público y privado, y anunció que la habilitación para exportar carne a Chile está casi lista.
Para Ruiz, el próximo año la exportación de carne podría duplicarse si se mantienen abiertos los mercados de exportación para el producto nacional.
Cupos
Sin embargo, esas previsiones de crecimiento solo se consolidarán si el Gobierno levanta los cupos a la exportación. Actualmente, en Bolivia rige un cupo de 44.000 toneladas; pero, hasta octubre de este año ya se superó esa banda según cifras del IBCE.
Rafael Riva, gerente técnico de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz (Cadex), explicó a La Razón que abrir nuevos mercados es muy importante no solo para la generación de divisas, sino para incentivar la producción y la generación de más empleos.
Garantizó también que la carne boliviana se ha ganado ya su espacio y prestigio por su gran calidad, por lo que aseguró que tanto el sector productos como el exportador están preparados para asumir el reto. Coincidió con Rodríguez y Ruiz en la urgencia de que el gobierno dé reglas claras y libere las exportaciones que frenan el desarrollo y la inversión.
Abastecimiento interno
Una de las mayores preocupaciones cuando se habla de exportación de carne es si eso no afectará el abastecimiento del mercado interno. En varias oportunidades, los comercializadores argumentaron que no se abastece lo suficiente al país, por eso el incremento en los precios de la proteína. El presidente de Cogabol lo desmiente, aseguró que hoy Bolivia produce más o menos 350.000 toneladas anuales. “Con 280.000 se asegura el consumo de las familias bolivianas y hay un excedente de 70.000 toneladas (para exportar)”, dijo el ejecutivo.
El IBCE coincide y argumenta que los “precios justos” fijados por anteriores gobiernos en realidad era “precios políticos que implicaban que el sector productivo subvencionara el consumo para que le autoricen la exportación”.
El panorama es optimista. Con un nuevo mercado, una reputación creciente y el respaldo de la Certificación Halal, Bolivia se encamina a fortalecer su presencia global y a transformar su industria cárnica en un motor clave.
Fuente: La Razón