La mente consciente y subconsciente: todo lo que necesitas saber


Porqué tu mente consciente solo procesa 0,0004% de la realidad

 

Ronald Palacios Castrillo, M.D.,PhD.



 

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Semanas de lectura condensadas en una sola publicación.

Libros esparcidos sobre mi escritorio en este momento, con páginas marcadas con notas adhesivas y secciones resaltadas hasta que la tinta se filtraba a la página siguiente: El poder de tu mente subconsciente de Joseph Murphy, Pensar rápido, pensar despacio de Daniel Kahneman, The User Illusion de Tor Nørretranders, las obras completas de Jung sobre el inconsciente y las obras psicológicas completas de Freud.

El aroma del vapor del café negro impregnando la habitación.

Notas adhesivas amarillas cubriendo la pared como el tablero de un teórico de la conspiración, conectando conceptos y trazando líneas entre ideas separadas por décadas de investigación.

El cerebro inundado de dopamina y noradrenalina por la sexta taza de café, con la mente disparándose más rápido de lo que puedo escribir.

He estado inmerso en estos conceptos durante semanas y ahora voy a descargar todo ello en tu mente en una sola sesión.

Esto es todo lo que necesitas saber sobre el funcionamiento real de tu mente: lo consciente, lo subconsciente y los mecanismos intermediarios que controlan literalmente todo lo que haces.

La mayoría de las personas nunca se encontrará con esta información a lo largo de su vida. Vivirán y morirán sin comprender el sistema que dirige su existencia entera.

Tú, sin embargo, no.

 

 

LA MENTE CONSCIENTE: LA PUNTA DEL ICEBERG

Comencemos por lo básico.

La mente consciente es aquello que consideras como «tú».

La voz en tu cabeza que está leyendo esto en este momento.

La parte que toma decisiones, analiza información y piensa de manera lógica.

Es tu memoria de trabajo, tu pensamiento racional y tu atención deliberada.

Sin embargo, es extremadamente limitada, mucho más de lo que imaginas.

La mente consciente solo puede retener aproximadamente siete elementos de información simultáneamente (más o menos dos).

Procesa entre 40 y 50 bits de información por segundo.

Puede parecer mucho, hasta que se considera que el total de entrada sensorial es de aproximadamente 11 millones de bits por segundo.

Esto implica que la mente consciente procesa solo el 0,0004 % de la información que impacta los sentidos en cada instante.

El resto se dirige directamente al subconsciente.

La mente consciente es lenta, esforzada y limitada.

Es la parte que lucha con decisiones complejas, se fatiga por el pensamiento y solo puede centrarse en una tarea a la vez.

Cuando intentas resolver deliberadamente un problema o tomar una decisión, es la mente consciente la que trabaja intensamente.

Este proceso es agotador porque el procesamiento consciente consume una cantidad considerable de glucosa, lo que explica por qué el pensamiento intenso produce fatiga física.

 

LA MENTE SUBCONSCIENTE: EL SISTEMA OPERATIVO

El subconsciente abarca todo lo demás.

Y es inmensamente vasto.

Mientras la mente consciente es simple, el subconsciente es extraordinariamente complejo.

Procesa 11 millones de bits de información por segundo de manera effortless.

Regula el latido cardíaco, la respiración, la digestión y el sistema inmunitario.

Almacena todos los recuerdos que has tenido, incluso aquellos que no puedes recuperar conscientemente.

Ejecuta conductas aprendidas —caminar, conducir, escribir a máquina, hablar—.

Realiza juicios instantáneos sobre las personas basados en microexpresiones que no has advertido conscientemente.

Filtra los 11 millones de bits de datos sensoriales y decide qué es lo suficientemente importante como para presentarlo a la mente consciente.

El subconsciente es rápido, automático y opera por debajo del nivel de conciencia.

Es un reconocimiento de patrones potenciado al extremo.

Todo esto ocurre diariamente sin que seas consciente de ello.

Freud lo denominó inconsciente y lo consideró repleto de deseos reprimidos y traumas.

Jung lo amplió al inconsciente colectivo, compuesto por experiencias humanas compartidas y arquetipos.

La neurociencia moderna lo llama procesamiento implícito: todo aquello que el cerebro realiza sin conciencia explícita.

Todos describen el mismo fenómeno: el vasto sistema de procesamiento que opera bajo el pensamiento consciente.

Lo que perturba a muchas personas al comprenderlo por primera vez es que el subconsciente toma la mayoría de las decisiones.

Creemos elegir conscientemente, pero el subconsciente ya ha decidido y la mente consciente solo racionaliza a posteriori.

Estudios revelan un retraso: el cerebro toma una decisión hasta siete segundos antes de que seas conscientemente consciente de haberla tomado.

Esto significa que «tú» (el yo consciente) no está al control la mayor parte del tiempo.

Algunos podrían preguntarse si esto implica la ausencia de libre albedrío.

La cuestión es compleja.

Sin embargo, puede concebirse como ser un pasajero conducido por el subconsciente, que ocasionalmente toma el volante.

Aunque algunos lo encuentren inquietante, en la práctica no altera el hecho de que los seres humanos operamos bajo la presunción de poseer libre albedrío.

 

CÓMO FUNCIONAN EN CONJUNTO

Imagina la mente como una empresa.

La mente consciente es el director ejecutivo (CEO): toma decisiones estratégicas, establece la dirección y resuelve problemas complejos.

Pero solo puede atender a unas pocas cuestiones simultáneamente.

El subconsciente representa al resto del personal: miles de empleados que gestionan las operaciones, ejecutan tareas y mantienen el funcionamiento general.

El CEO depende del personal para manejar el 99,9 % de las operaciones, interviniendo solo ante situaciones novedosas o complejas.

El proceso real es el siguiente:

La información nueva ingresa a través de los sentidos.

El subconsciente la filtra instantáneamente, la compara con patrones almacenados y genera una respuesta emocional.

Si es rutinaria y coincide con patrones conocidos, el subconsciente la gestiona automáticamente.

Si es novedosa o compleja, se señala para atención consciente.

La mente consciente la analiza deliberadamente, toma una decisión y crea un nuevo patrón.

Ese patrón se almacena en el subconsciente para un procesamiento automático más rápido en el futuro.

Esto constituye el aprendizaje: esfuerzo consciente → automatización subconsciente.

Al aprender a conducir inicialmente, todo requiere esfuerzo consciente: dirección, aceleración, revisión de espejos, señalización.

Es agotador.

Tras suficiente repetición, la conducción se vuelve subconsciente.

Puedes llegar a casa conversando y apenas recordar el trayecto porque el subconsciente lo gestionó íntegramente.

El objetivo para dominar cualquier habilidad es este patrón: práctica consciente → competencia subconsciente.

No se trata de emplear más la mente consciente, sino de entrenar al subconsciente para ejecutar programas superiores.

No obstante, algunos programas se instalan desde la infancia.

Entre el tercer trimestre de gestación y los siete años, el cerebro se encuentra en estado theta y absorbe todo indiscriminadamente.

Esto explica por qué las opiniones políticas de la mayoría de las personas suelen alinearse con las de figuras significativas de su infancia (padres, hermanos, tíos, abuelos ,etc,etc.).

 

SUBCONSCIENTE Y EMOCIONES

Una vez establecida la comprensión superficial, profundicemos.

Las reacciones emocionales provienen de programas subconscientes, no de elecciones conscientes.

Un insulto genera ira inmediata, sin decisión consciente.

La visión de una araña provoca miedo, sin elección deliberada.

Un olor despierta nostalgia sin activación consciente.

Estos son programas subconscientes que se ejecutan automáticamente.

Se instalaron sin permiso consciente: experiencias infantiles, traumas, condicionamiento y creencias se descargaron directamente en el subconsciente.

Los patrones relacionales de los padres se absorben subconscientemente e influyen en las relaciones adultas.

Si fuiste regañado por errores en la infancia, el subconsciente construyó un programa «errores = peligro» que genera ansiedad ante la imperfección.

Si fuiste elogiado por ser callado y obediente, aprendió «expresión = riesgo», dificultando ahora la afirmación de necesidades.

Todo esto opera en segundo plano, generando emociones e impulsos antes de que la mente consciente lo detecte.

Por ello, algunos miedos parecen automáticos e irracionales.

La mente consciente sabe que la araña es inofensiva, pero el subconsciente ejecuta «araña = peligro» (instalado en la infancia) y activa el miedo automáticamente.

El conocimiento consciente no sobrescribe fácilmente la programación subconsciente, que es más antigua, rápida y potente.

Sus programas se refuerzan neuronalmente con cada reacción emocional.

Cuando la mente consciente interviene con «esto no es lógico», la emoción ya inunda el sistema.

Esto explica la disonancia entre saber algo intelectualmente y sentirlo emocionalmente: comprensión consciente versus programación subconsciente.

 

EL SISTEMA DE ACTIVACIÓN RETICULAR (SAR

Este es el puente entre consciente y subconsciente que la mayoría desconoce.

El SAR es un haz de neuronas en el tronco encefálico que filtra la información.

De los 11 millones de bits por segundo, solo 40-50 llegan a la conciencia; el SAR decide qué pasa.

Lo notable es que se programa mediante el foco consciente.

Lo que atendemos conscientemente, el SAR lo marca como importante y comienza a mostrarnos más de ello.

Esto explica por qué, tras comprar un automóvil nuevo, lo ves por todas partes: siempre estuvieron allí, pero el SAR los filtraba como irrelevantes.

Ahora los señala.

El mismo mecanismo subyace a la percepción de que «todos» están avergonzados  cuando uno lo considera, o a notar más un temor cuando lo albergamos.

El SAR es el sesgo de confirmación en piloto automático.

Muestra lo que le hemos indicado como relevante.

Esto es extraordinariamente poderoso.

Podemos programar deliberadamente el SAR enfocándonos conscientemente en lo deseado: oportunidades, soluciones, etc.

No es manifestación esotérica; es neurociencia.

El foco consciente programa la percepción subconsciente.

 

SESGO COGNITIVOS: ATAJOS SUBCONSCIENTES FALLIDOS

El subconsciente emplea patrones y atajos (heurísticos) para procesar información rápidamente.

Funcionaron bien para la supervivencia ancestral, pero en la vida moderna generan errores sistemáticos denominados sesgos cognitivos.

Operan cientos de ellos fuera de la conciencia.

Sesgo de confirmación: busca información que ratifique creencias previas y filtra la contradictoria.

Heurística de disponibilidad: juzga probabilidad según la facilidad de recordar ejemplos.

Sesgo de anclaje: el primer dato numérico sirve de referencia para juicios posteriores.

Falacia de costos hundidos: evita admitir errores pasados y persiste en situaciones fallidas.

Error fundamental de atribución: atribuye fallos ajenos al carácter y propios a circunstancias.

No son defectos de carácter, sino características inherentes al procesamiento subconsciente, optimizado para velocidad, no precisión.

La única forma de contrarrestarlos es la conciencia deliberada, aunque resulte agotadora.

 

REPROGRAMACIÓN DEL SUBCONSCIENTE

Si el subconsciente ejecuta programas obsoletos instalados en la infancia, ¿puede modificarse?

Sí, aunque es extremadamente difícil.

El subconsciente aprende mediante repetición y emoción.

El conocimiento consciente solo no basta.

Se requieren: repetición masiva (miles de veces), emoción intensa, hipnosis (acceso directo), visualización vívida con sentimiento y meditación (observación de programas).

La reprogramación exige tiempo; los programas antiguos poseen vías neuronales mielinizadas profundamente.

La mayoría abandona tras breves intentos sin resultados inmediatos.

 

SUEÑOS Y SUBCONSCIENTE

Los sueños son procesamiento subconsciente sin interferencia consciente.

Durante el sueño, la mente consciente se desactiva, pero el subconsciente consolida recuerdos, procesa emociones y establece conexiones.

Freud los vio como cumplimiento de deseos; Jung, como mensajes simbólicos; la neurociencia moderna, como activación aleatoria interpretada.

Probablemente todos contengan verdad parcial.

Los sueños resuelven problemas (ejemplos históricos: tabla periódica, benceno, máquina de coser).

«Dormir sobre ello» facilita decisiones.

El sueño lúcido permite interacción directa con el subconsciente.

La mayoría no recuerda sueños debido a factores como luz azul previa al sueño o calcificación pineal.

LA SUPERCONSCIENCIA (TEORÍA)

Algunos autores y tradiciones postulan un tercer nivel: la superconciencia, más allá del individual, conectada a algo mayor (inconsciente colectivo de Jung, conciencia universal).

No probada científicamente, pero reportada por figuras como Einstein y Tesla, y asociada a inspiraciones creativas.

Accesible mediante meditación profunda, estados de flujo, experiencias extremas o (controvertidamente) psicodélicos.

 

SÍNTESIS

La mente consciente es la parte pequeña que identificas como «tú».

El subconsciente es el vasto sistema automático que realiza la mayor carga.

Colaboran, pero el subconsciente predomina.

Las emociones derivan de programas subconscientes.

El SAR filtra la realidad según el foco consciente.

Existen cientos de sesgos cognitivos.

Es posible reprogramar el subconsciente mediante práctica deliberada.

Los sueños son procesamiento subconsciente útil.

Puede existir algo más allá, aunque teórico.

La implicación práctica: gran parte de la vida está dirigida por programas subconscientes no elegidos conscientemente.

Al comprender el sistema, puedes comenzar a programarlo intencionalmente.

Elige cuidadosamente tu foco, tus entradas y tus repeticiones.

No eres solo tus pensamientos conscientes: eres el sistema completo —consciente, subconsciente y lo que yace más allá—.

Comprende el sistema y podrás utilizarlo en lugar de ser utilizado por él.