El director técnico aseguró que son los padres los que apoyan todo el año al básquet en Santa Cruz y en el resto del país, mientras las autoridades solo brindan las infraestructuras que fueron construías hace décadas.
Por Esmir Cortez Becerra
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Fuente: diez.bo
Migró de Bolivia para estudiar inglés en Londres (Inglaterra) y terminó dirigiendo básquet en Valencia (España). Es la curiosa historia de Luis Alberto Arias Botello, un técnico que dirigió a todas las selecciones menores de Santa Cruz. Ganó 14 de 15 finales.
Arias asegura que el básquet en Bolivia lo sostienen los padres de familia. Indicó que las autoridades apoyan con la infraestructura, pero en las escuelas y en los clubes los que “ponen el hombro” son los padres. “Ellos apoyan todo el año y pagan desde los uniformes hasta los viajes de sus hijos, las autoridades, bien gracias”, disparó.
En un mano a mano, este exitoso entrenador hizo un repaso de su trayectoria y de la situación del baloncesto en el país.
El profesor Arias dirigiendo una práctica con sus alumnos de la escuela ORCA. Foto. Juan Carlos Torrejón
¿Cómo nace su pasión por el básquet?
Desde el colegio me gustó este deporte. Gracias a mi profesor de Educación Física Henry Bello en el colegio San Francisco de Borja (Beni), que me inculcó el básquet. Jugué en selecciones estudiantiles y después integré las mayores. Incluso viviendo en Santa Cruz retornaba al pueblo para reforzar a la selección en el campeonato Provincial.
¿Se trasladó a Santa Cruz para seguir su carrera como basquetbolista?
No, yo llegué acá para estudiar la carrera de Idiomas en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm) y estando ahí (en la Universidad) también jugué en el primer equipo. Estuve dos años en el Club Universidad en la categoría Primera de Honor.
¿Cómo le fue en su carrera universitaria?
Bien, porque gracias a la Universidad logré una beca en Londres (Inglaterra). Era buen alumno en inglés y eso me valió mucho. Allá saqué mi título en Inglés Avanzado.
¿Cómo fue comenzar una nueva vida lejos de Bolivia?
Al comienzo complicado, era muy joven, pero después con el deporte todo se hace llevadero. Jugué los campeonatos universitarios representando a mi universidad en Londres, pero sufrí una lesión en mi rodilla a los 22 años. Se me complicó seguir jugando y un amigo me aconsejó ser árbitro y no quise porque los árbitros en todos los partidos terminan insultados.
La escuela de básquet que dirige Luis Arias es una de las más numerosas de Santa Cruz. Foto. Juan Carlos Torrejón
¿Qué pasó después de la lesión?
Como ya no podía jugar, me acerqué a la Federación Inglesa de Básquet y se ofertaban cursos que se hacían los fines de semana y en las vacaciones nos internaban hasta 20 días. Así hice mi primer nivel de entrenador FIBA (Federación Internacional de Baloncesto) y después hice un año de práctica como asistente.
Posteriormente hice el Nivel 2 y estuve como asistente en un equipo de Londres. Gané experiencia en campeonatos, que se jugaban en Francia, Holanda y otros países de Europa.
¿Cómo llega a dirigir en España?
Por la gracia de Dios conseguí ese trabajo en el Club Moisen, que participa en la primera división de la Federación Valenciana. Trabajé seis años, como entrenador a tiempo completo.
¿Era el único boliviano en esa institución?
Al principio sí, pero después llevé a dos amigos, exseleccionados de Bolivia, para que trabajen conmigo. Fueron Jefferson Gutiérrez y Ever Calderón, que ahora siguen en Valencia.
¿Cómo le fue en el club de Valencia?
Muy bien. Llegué por tres años, pero logramos buenos resultados y me renovaron por tres años más. Jugamos la Copa Nacional de España y copas importantes en juveniles. Después la situación económica se complicó y nos quisieron bajar los sueldos y eso a nadie le gusta. Decidí volver a Bolivia.
¿La idea era seguir en el básquet?
No, como tengo título de profesor en Inglés, mi plan de vida era quedarme en San Borja. Abrí un instituto que se llamaba Arias English School. Me iba bien, con muchos alumnos y no tenía competencia, pero las leyes en Bolivia son complicadas. Para tener Resolución Ministerial tenía que pertenecer a una institución de inglés y allá no había yo era el único. Luché un montón presentando todos los papeles que me pedían hasta que me cansé de que me saquen plata cada vez que me querían cerrar el instituto y dije me voy a Santa Cruz.
¿Cómo fue comenzar de nuevo en Santa Cruz?
Llegué con la idea de montar un instituto de Inglés, igual que en San Borja, pero lo vi difícil. La inversión era demasiado, entonces comencé a buscar trabajo en colegios internacionales y me contrataron en el Cambridge College, ahí estuve como cinco o seis años, para después otra vez volver al básquet.
¿A qué equipo?
Como entrenador de la escuela ORCA. Hablé con la señora María Elena, que es la fundadora y nos fue bien. Ingresaron más alumnos y después de dos años quedé como encargado del primer equipo y comencé a competir en los departamentales y nacionales.
La Gabriel René Moreno me habló para que dirija su equipo en la Libobásquet y me fue bien. Llegué hasta semifinales.
¿Los buenos resultados le abrieron las puertas de las selecciones cruceñas?
Exactamente. He dirigido todas las categorías de las selecciones cruceñas desde la U12 hasta la U25 y me fue excelente.
¿Cuántas finales disputó?
De 15 finales, gané 14 títulos para Santa Cruz. Solo Tarija nos ganó acá en un campeonato Sub-15, pero al año siguiente fuimos y nos vengamos. Le ganamos con más de 15 puntos en otra final.
¿Cómo ve el básquet en Santa Cruz y en otros departamentos?
Es básquet cruceño masculino es fuerte. Acá hay estatura. Jugadores que miden 2 metros y más, que no tienen los del interior.
En mujeres, Cochabamba ha estado dominando en mayores y en menores, Santa Cruz manda desde hace unos cinco años. Las cruceñas son campeonas desde la U13 hasta la U18.
¿Por qué el básquet femenino de mayores no está bien en Santa Cruz?
Porque se llevan a las jugadoras a Oruro donde le dan mucha importancia. Allá invierten en el básquet. Cada jugadora cobra entre 800 y 1.000 dólares al mes.
¿Y en varones?
A los varones se los lleva Potosí. En esa asociación hay jugadores de toda Bolivia. Pagan, entre 2000 y 2500 dólares mensuales, cosa que aquí en Santa Cruz no podemos pagar.
¿Cuál es la diferencia con Santa Cruz?
Que en estos dos departamentos apuestan por el básquet y el público responde. El coliseo de Potosí tiene capacidad para 8.000 personas y se llena. En una final cobran 70 bolivianos las entradas y las gradas son repletas. En Santa Cruz se cobra 20 bolivianos y la gente no viene.
¿Qué es lo más difícil de ser entrenador?
El estar muchas horas fuera de casa, mucho más cuando se esta dirigiendo alta competencia. Este año, estuve como 15 días al mes fuera de casa por los constantes viajes con mi equipo y selecciones.
¿Qué sacrificio hizo hasta el momento por el básquet?
Muchos. El no poder llevar a mis hijos al colegio, no estar en sus cumpleaños y tampoco estuve en su graduación. Lo único que no pude evitar fue la graduación de mi hija en la universidad. No fui a un campeonato, porque tenía que estar con ella.
¿Y qué es lo mejor del trabajo de un entrenador?
Cuando uno tiene pasión por alguna disciplina no se siente como un trabajo. Yo no miro la hora por salir, más bien quiero que se alargue el tiempo para completar el plan de trabajo.
Los niños rodean al director técnico Luis Arias en una práctica. Foto. Juan Carlos Torrejón
¿Con quién es más complicado trabajar, niños o adultos?
Formar niños es complicado y hay que tener mucha paciencia, porque el básquet es un deporte que tiene mucho detalle. Hay que enseñarles, el dominio del balón, movimiento de pies, técnica, táctica y que en este deporte las cosas se definen en fracciones de segundos.
Y trabajar con mayores hay que inculcar la responsabilidad en los entrenamientos. Como no se les paga, algunos quieren venir cuando quieren y no es así. Si yo tomo el control de un equipo es con el compromiso de los jugadores.
¿En el proceso de formación el tema psicológico es clave o no tanto?
Influye un montón. Es muy importante que estén bien mentalmente en la alta competencia y en la competencia bajo presión.
¿Por qué?
Porque la gente no está acostumbrada a resolver cosas bajo presión. Si se logra superar eso (resolver cosas bajo presión) el niño o joven será un buen deportista y también le servirá en sus estudios y en su vida futura como profesional, porque en el básquet se toman decisiones cada segundo. Una buena decisión te puede hacer ganar un campeonato.
¿Existe apoyo para el básquet en Santa Cruz?
La Gobernación y la Alcaldía nos dan las instalaciones, canchas y coliseos y cuando se trata de selecciones apoyan con uniformes y con el transporte para viajar, pero los que realmente sostienen el baloncesto en Santa Cruz y el resto de Bolivia son los padres de familia, porque ellos apoyan todo el año. Llevan a sus hijos a una escuela, pagas sus mensualidades de 100 bolivianos al mes y son de esas escuelas que se nutre las selecciones cruceñas y bolivianas.
¿Y a nivel de selecciones?
Tampoco no hay apoyo. Hace poco dirigí la selección boliviana U17 en un sudamericano en Paraguay y nos fuimos vía terrestre. Tardamos 18 horas.
¿La Federación no gestionó para ir en avión?
Lo hizo, pero no se pudo. Por suerte es cerca Paraguay, porque si el campeonato es en Venezuela, Bolivia no participa porque el viaje sería en avión.
¿Cómo les fue?
Hicimos buenos partidos. Le estuvimos ganando a Brasil todo el tiempo y no los volcó en los últimos dos minutos, con Ecuador perdimos por un punto. También jugamos bien contra Argentina y Uruguay, pero nos faltó el centavo para el peso. Competimos bien, pero los resultados no ayudaron.
Enfrentamos de tú a tú a otras selecciones con mayor presupuesto. Por ejemplo, Venezuela llegó dos días antes, se pagó dos noches extra en un hotel 5 estrellas y su cuerpo técnico era de 10 personas, entre entrenadores, asistentes, fisioterapeuta y de Bolivia solo éramos 4 con el presidente de la delegación. Otras selecciones como Brasil y Argentina también con cuerpo técnicos numerosos.
¿Cómo es que se concreta la realización de un campamento de la Euroliga en Santa Cruz?
Yo soy alumno de la Academia de la Euroliga, que es como la Champions League, pero en básquet. En la pandemia pasé clases virtuales durante ocho meses. Estuvimos 154 entrenadores de todo el mundo, pero también hubo clases presenciales en Turquía y llegar hasta allá es complicado para un entrenador boliviano. Entonces gestioné una beca y me la dieron. Era el único entrenador boliviano en la ciudad de Antalya, donde fueron las clases.
Trabajar con los mejores entrenadores de Europa es algo increíble y se aprende muchísimo. Para tener una idea es como si un entrenador de fútbol de Bolivia asista a una preparación con los técnicos del Real Madrid, Barcelona, Manchester City u otro grande del fútbol europeo.
¿Eras el único boliviano?
Si, el único boliviano y como yo hablo inglés y los cursos eran también en inglés no tuve problemas. Entonces hablé con el gerente general y le dije que si algún día puede darnos una mano a los bolivianos, que lo haga. Que lo necesitamos porque en Bolivia también hay básquet y me respondió que sí.
Después de más un año me llamó y me dice, Luis estamos pensando hacer con la Fundación de la Euroliga unos cursos en Brasil, Túnez, Egipto, Filipinas y queremos ir a Bolivia. Me sorprendió y le dije excelente, porque era un sueño que yo les pedí.
También le dije que necesitamos que las personas que vengan, hablen español y me respondió que era Chus Mateo, actual director técnico de la selección de España, Selma Delibašić, entrenadora de la selección sueca U20 y la psicóloga francesa Salika Peucelle, que trabaja con la NBA y la Euroliga.
¿Qué le pidieron como contraparte?
Que nosotros paguemos el hotel 5 estrellas, instalaciones, una empresa de marketing, que publicite el evento, fotógrafo, poleras para todos los chicos, hidratación, médico y otras exigencias más, entonces le dije, que lo hacemos y lo que no tenemos lo buscamos. La Federación Boliviana también estuvo de acuerdo y expresó su apoyo.
Hice el presupuesto y se necesita 37.000 bolivianos. Gracias a Dios Novotel no está auspiciando con la estadía de los tres entrenadores y el resto lo estamos buscando.
¿Cuánto costaría traer a Bolivia un entrenador de alto nivel?
Más o menos Chus Mateo, debe estar ganando entre 4 a 5 millones de euros al año, imposible que Bolivia lo pueda traer. Los tres vienen, por cinco días, con todo pagado por la Fundación de la Euroliga, es decir, vienen hacer un servicio social y gracias a Dios nosotros somos los beneficiados.
¿Quiénes participarán?
Como es un curso de élite, estarán chicas y chicos que hubieran jugado en selecciones departamentales. De Santa Cruz y de otras regiones. Son 80 cupos, que ya están llenos.
¿Qué les dice a las autoridades?
Que nos apoyen y que nos digan en esto podemos ayudar, por ahora estamos trabajando con los padres. Yo quiero que esto salga bien para que el próximo año me digan, queremos volver a Bolivia con otros entrenadores y que los cursos sean todos los años, así levantaremos el nivel del básquet.
Finalmente, ¿Qué mensaje les da a los jóvenes basquetbolistas?
Que persigan sus sueños y todo lo que hagan, que lo hagan bien. El deporte en general hace amigos para toda la vida.

