Con el auspicio de la agrupación “Rotonda Toborochi”, la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz presentó el cuadro “Madres pioneras de Santa Cruz de la Sierra”; una pintura del artista plástico e investigador Carlos Cirbián Barros.
Los organizadores comentaron que las primeras madres ilustres, con hijas cruceñas, nacidas en Santa Cruz la Vieja, fueron Doña Isabel de Becerra y Mendoza, que tuvo a la niña Jerónima de Garay y Becerra Contreras, el año 1565 (hija de Juan de Garay) y Doña Elvira de Mendoza, esposa de Ñuflo de Chaves, quien tuvo a su tercera niña Elvira Manrique de Chaves y Mendoza, nacida el año 1568. Se aclaró que, entre 1561 y 1568, nacieron también otros niños mestizos y de padres nativos cuyos registros no se han podido encontrar.
Carlos Cirbián en su presentación destacó la importancia que tuvieron estas damas en la construcción de la nueva sociedad cruceña. A su vez, Leny Chávez, representante de la agrupación “Rotonda Toborochi”, ensalzó la labor de Nino Gandarilla como gestor cultural y de Cirbián como artista dedicado a ilustrar la historia cruceña.
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La obra está ambientada en el centro de Santa Cruz de la Sierra, la Vieja, a mediados de 1568. Al fondo se aprecian árboles frondosos y la iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes. En primer plano, las ilustres Madres pioneras: Doña Elvira de Mendoza, con la niña Elvira de Chaves en Brazos y, detrás de ella, Doña Isabel Becerra, esposa de Juan de Garay, con la niña Jerónima de Garay tomada de la mano.
Cerca de la iglesia, en la misma plaza, se observa una madre chiquitana con sus dos niños; delante de ellos, un cura. A la izquierda, soldados españoles con nativos guaraníes y, en la calle del fondo, aparecen dos capitanes a caballo. A la derecha, dos damas mayores: Doña María de Angulo, suegra de Ñuflo de Chaves y Doña Mencía Calderón, aliada de la familia.
La ciudad se ve colorida y alegre, en pleno crecimiento y ya con techos de teja; no falta el carretón, un caballo y un perro que pasea libre. Los historiadores contaron que ese mismo año, en octubre, murió Ñuflo de Chaves y la historia que siguió fue de guerra y tristeza; por eso, el cuadro está rematado con nubarrones en el cielo.
“Esta obra se suma a las otras tres pinturas que hemos promovido durante esta gestión, para rescatar a las grandes mujeres de nuestra historia virreinal. El próximo año las presentaremos todas juntas y contaremos sus biografías”, dijo Nino Gandarilla Guardia, presidente de la Sociedad Geográfica.
