La exclusión financiera sigue siendo uno de los principales obstáculos para las mujeres que lideran microempresas en Bolivia. Así lo advirtió Oscar Cabrera, gerente general de la Fundación Pro Mujer IFD (Instituciones Financieras de Desarrollo), quien identifica barreras estructurales que no solo limitan el acceso al crédito, sino que profundizan la desigualdad económica de género.

Fuente: ANF
Cabrera señaló que, según estudios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el 70% de las microempresas lideradas por mujeres enfrenta restricciones financieras. “A una mujer le cuesta mucho más sacar adelante un emprendimiento que a un varón”, afirmó a ANF, al explicar que el sistema financiero tradicional reproduce desigualdades históricas. Una de ellas es la exigencia de garantías reales, como hipotecas o activos, que muchas mujeres no poseen, lo que las deja fuera del circuito bancario formal.
A esto se suma la alta informalidad de la economía boliviana. De acuerdo con Cabrera, cerca del 80% de los negocios operan sin registro tributario, una condición que afecta de manera particular a las mujeres, quienes suelen ser estigmatizadas o clasificadas de forma que se dificulta aún más su acceso al crédito.
Además, recordó que hasta hace poco la normativa exigía que las mujeres casadas contaran con la firma de su pareja para acceder a un préstamo, una disposición que limitaba su autonomía económica, especialmente en contextos de abandono o violencia.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Frente a este panorama, Pro Mujer IFD impulsa un enfoque que va más allá del otorgamiento de préstamos. Cabrera explicó que la institución trabaja bajo un modelo holístico que integra servicios financieros con educación y salud.
Antes del desembolso, las clientas deben cumplir un mes obligatorio de capacitación en manejo de recursos, ahorro y salud preventiva, con el objetivo de fortalecer la sostenibilidad de sus emprendimientos.
Otra de las estrategias clave es la banca comunal con garantías solidarias mancomunadas. Este modelo reemplaza las garantías reales por la confianza y el respaldo mutuo entre grupos de mujeres que se conocen y se garantizan entre sí.
La inclusión digital es otro pilar de la propuesta. Pro Mujer IFD promueve el uso de pagos con QR, atención mediante WhatsApp y plataformas de aprendizaje para marketing en redes sociales como Facebook y TikTok.
En ese marco, destacó el programa “Mujeres Plateadas”, orientado a la inclusión tecnológica de mujeres mayores de 60 años.
Cabrera también defendió la autonomía económica femenina mediante el acceso a créditos sin la autorización del cónyuge y planteó, como apuesta innovadora, la emisión de bonos sociales de género. Estos instrumentos permitirían captar recursos a menores tasas y trasladar esos beneficios a más mujeres, ampliando el impacto y creando esquemas de garantía que hoy no existen de forma accesible.
/FC/