Qué significa la astrología para la NASA y el misterio del “signo número 13″


La NASA fue clara con respecto al rigor científico que tiene la astrología. (Foto: Freepik)
La NASA fue clara con respecto al rigor científico que tiene la astrología. (Foto: Freepik)

La astrología sostiene que existe una relación directa entre fechas de nacimiento y signos zodiacales. Sin embargo, a raíz de un debate reavivado recientemente acerca de la posición de las estrellas en relación a la Tierra, la NASA se diferenció de esta disciplina en un contundente comunicado.



En 2011, un grupo de astrónomos explicó que, por la fuerza gravitatoria de la Luna sobre el planeta, la alineación de los astros sufrió una modificación. Los creyentes de la astrología, ante esto, interpretaron que los signos zodiacales se habían corrido un mes en el calendario.

Por eso, muchas personas infirieron que en realidad tenían un signo distinto al que creyeron tener toda su vida, además de que se empezó a mencionar la existencia de Ofiuco, una decimotercera constelación que agrupaba a los nacidos entre el 29 de noviembre y el 17 de diciembre.

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La NASA se diferenció de la astrología en un comunicado. (Foto: Adobe Stock)
La NASA se diferenció de la astrología en un comunicado. (Foto: Adobe Stock)

La NASA intervino con un comunicado para marcar límites claros entre ambas disciplinas. Su postura no apuntó a modificar creencias, sino a explicar un fenómeno astronómico conocido desde la antigüedad y frecuentemente malinterpretado en el debate público.

La NASA marcó la cancha: “La astrología no es una ciencia

La controversia surgió a partir de un fenómeno real: la precesión del eje terrestre. Se trata de un movimiento lento y constante de la Tierra, provocado por la influencia gravitatoria del Sol y la Luna, que modifica con el paso de los siglos la posición aparente de las estrellas.

Este desplazamiento no es reciente ni novedoso. Ocurre en ciclos de aproximadamente 26.000 años y ya era conocido por astrónomos de civilizaciones antiguas. Sin embargo, su mención en informes modernos llevó a interpretaciones erróneas sobre un supuesto cambio repentino en el zodíaco.

Desde el punto de vista astronómico, el Sol atraviesa actualmente trece constelaciones a lo largo del año, y no doce. Una de ellas es Ofiuco, ubicada entre Escorpio y Sagitario, que quedó fuera del zodíaco tradicional.

El sol atraviesa trece constelaciones a lo largo del año, y no doce. (Foto: Unsplash)
El sol atraviesa trece constelaciones a lo largo del año, y no doce. (Foto: Unsplash)

La astrología, no obstante, no se basa en la posición real de las constelaciones. Su sistema utiliza un zodíaco simbólico, fijado en relación con las estaciones del año y dividido en doce partes iguales.

Por esa razón, los signos astrológicos no se modificaron ni “se corrieron” en el calendario. La falta de coincidencia entre signos y constelaciones es una consecuencia de un modelo que nunca se actualizó frente al conocimiento astronómico.

La NASA fue clara al respecto: su intervención no cambió signos ni horóscopos. Solo expuso datos científicos y recordó que la astrología y la astronomía responden a lógicas distintas. “La astronomía es el estudio científico de todo lo que hay en el espacio exterior. La astrología es otra cosa, no es ciencia”, sentenció.

Por qué la astrología no se considera una ciencia

La astrología no es considerada una ciencia porque no se basa en el método científico, el conjunto de procedimientos que permite formular hipótesis, contrastarlas con evidencia empírica y obtener resultados verificables. Sus afirmaciones no pueden medirse, reproducirse ni someterse a experimentos controlados que confirmen su validez de manera consistente.

La astrología no es considerada una disciplina científica. (Foto: Freepik).
La astrología no es considerada una disciplina científica. (Foto: Freepik).

A diferencia de disciplinas científicas como la astronomía, la astrología no ajusta sus postulados frente a nuevos datos ni corrige errores a partir de observaciones comprobables. Tampoco ofrece modelos predictivos precisos ni demostrables, ya que sus interpretaciones dependen de símbolos y creencias culturales más que de hechos observables.

Por estas razones, la astrología se encuadra dentro del ámbito de las prácticas esotéricas o pseudocientíficas. Su permanencia a lo largo del tiempo responde a su valor cultural y simbólico, pero no cumple con los criterios de rigor, objetividad y validación que definen a una ciencia.