El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, este sábado 29 de noviembre en su cuenta en red Truth Social sorprendió al mundo lanzando un mensaje: “A todas las aerolíneas, pilotos, narcotraficantes y traficantes de personas les rogamos que consideren que el espacio aéreo sobre Venezuela y sus alrededores permanecerá cerrado en su totalidad”.
Hasta el momento, el Departamento de Defensa de EE. UU. no ha aclarado si el mensaje de Trump es una orden ejecutiva formal o una advertencia política para meter más presión a Nicolás Maduro, a quien lo designan como presidente financiado por el cartel de los soles organización narcoterrorista.
El gobierno de Venezuela seguramente rechazará la medida, si en días pasados suspendió los derechos aéreos de aterrizaje y despliegues a seis líneas internacionales: Iberia, TAP Portugal, Latan Airlines Colombia, Terskish Airlines, Airlines Europa y Plus Ultra, supuestamente porque estas compañías se habrían sumado a acciones de terrorismo de Estado promovido por el gobierno de Estados Unidos.
Según el New York Times, Donald Trump no tiene autoridad sobre el espacio aéreo venezolano, aunque su mensaje podría disuadir a las aerolíneas de volar hacia y desde Venezuela. Es probable que Trump busca incrementar la presión sobre el gobierno autoritario de Nicolás Maduro.
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Desde Washington se asegura que el objetivo del despliegue militar de miles de soldados de la marina y el portaaviones más grande del mundo que navegando sobre las aguas del Caribe principalmente y el Pacífico desde septiembre de 2025, es frenar el tráfico de drogas hacia EE. UU., pero según Observadores creen que lo que se pretende es forzar a que Maduro renuncie, negocie o salga a un país de refugio qué podría ser Rusia. Estas posibilidades se le van cerrando cada vez, si la CIA ya está dentro de Venezuela y Cuba, que se beneficia con la gasolina, no está en condiciones políticas ni militar para empujar a Maduro a que negocie su “exilio dorado”.
La Fuerza Naval de EE. UU., en más de dos meses, ha realizado 21 ataques a narcolanchas en el mar Caribe, matando a 83 personas con algún sobreviviente que se desconoce el tratamiento médico recibido. Para algunas organizaciones de derechos humanos describen y califican estos hechos como “ejecuciones extrajudiciales” al violar la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Habría que tomar en cuenta el costo social que implica la droga con medio millón de muertes y 28 millones de vidas saludables que se perdieron por los efectos: discapacidad y muertes prematuras.
Para algunos medios de Estados Unidos, el anuncio de Trump de cierre del espacio aéreo venezolano decidido este sábado, podría ser el preludio de una campaña de bombardeo. La inestabilidad regional económica y política podría afectar en los índices de crecimiento económico y social, pero en paralelo los líderes del siglo XXI tendrían que coordinar la cooperación para desmantelar la droga.
Según expertos en conflictos de la envergadura que sopla la nuca de Maduro, afirman que de producirse algún bombardeo, los objetivos podrían ser: instalaciones relacionadas con el narcotráfico utilizadas por el cártel de los soles en Venezuela e instalaciones petroleras, aunque no se descarta el ataque al núcleo de inteligencia y seguridad de Nicolás Maduro.
El riesgo de ataques directos entre dos ejércitos movilizados sería dramático para la población venezolana, principalmente de aquella considerada enemiga por el régimen de Nicolás Maduro. La solución sería la renuncia de Maduro y de su entorno oscuro, manchado de centenares de muertos, presos y exiliados políticos y, que son responsables de vender la democracia a la droga para mantenerse en poder por 25 años.
Opuesto a lo que puede ocurrir en Venezuela, si el objetivo de Trump es frenar la droga y combatir al narcoterrorismo que financia gobiernos a costa de la libertad de los ciudadanos, es importante recordar lo que expresó Ghada Waly, Directora Ejecutiva de la UNODC. “Mediante un enfoque coordinado e integral podemos desmantelar a las organizaciones criminales, reforzar la seguridad global y proteger a nuestras comunidades”.
La exigencia en este momento de preludio de ataques y bombardeo a Venezuela por la Naval y aérea norteamericana, debería evitarse el cobro de vidas humanas inocentes. Y Venezuela no debería quedarse en la narrativa qué el cierre total del espacio aéreo es una nueva agresión ilegal, sino que en tiempo real cabe abrirse a la negociación levantando el teléfono para hablar con Trump asegurando su salida, la liberación de todos los presos políticos y el restablecimiento de la institucionalidad democrática.
El profesor Luigi Ferrajoli, partidario de abolir los ejércitos y las guerras, expresa: “La alternativa es, de tomar el derecho y las constituciones en serio, es obligada, necesaria y urgente porque, ella sí, es la única alternativa posible a un futuro de catástrofes”.
Pedro Gareca Perales