Fuente: Infobae
Un potente terremoto de magnitud 7, registrado el sábado en una región aislada entre Alaska y el territorio canadiense del Yukón, no provocó daños significativos ni víctimas, según las primeras evaluaciones oficiales.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) detalló que el epicentro se ubicó a unos 370 kilómetros al noroeste de Juneau, Alaska, y a 250 kilómetros al oeste de Whitehorse, la capital territorial. La profundidad estimada del sismo fue de apenas 10 kilómetros, un parámetro que suele amplificar los movimientos en superficie.
Las autoridades estadounidenses descartaron la posibilidad de un tsunami, dado que el epicentro se localizó en el interior continental y no en la costa del Pacífico. En Whitehorse, la Real Policía Montada de Canadá (RCMP) informó que recibió dos llamadas al 911 tras el movimiento.
Especialistas de Natural Resources Canada indicaron que el área más afectada es montañosa y con muy baja densidad de población. La sismóloga Alison Bird explicó que los reportes iniciales se limitan a objetos caídos de estantes o paredes, sin indicios de daños estructurales.
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La comunidad canadiense más cercana al epicentro es Haines Junction, a unos 130 kilómetros, con poco más de mil habitantes según cifras oficiales de 2022.
El USGS también señaló la proximidad del epicentro a Yakutat, una localidad pesquera del sureste de Alaska con alrededor de 660 residentes.

Aunque la región está acostumbrada a movimientos telúricos frecuentes, los sismos de magnitud 7 o superior suelen activar protocolos de verificación inmediata por parte de las autoridades estatales y federales, debido al riesgo potencial de deslizamientos y deterioro de caminos rurales.
El temblor fue seguido por múltiples réplicas de menor intensidad, un comportamiento habitual tras un evento de esta magnitud. Los centros de monitoreo sísmico de ambos países continúan observando la secuencia para determinar si se trata de una serie aislada o parte de una actividad más prolongada en la zona de fallas que recorre el límite entre Alaska y el Yukón.
La región forma parte de un entorno geológico altamente activo vinculado al Cinturón de Fuego del Pacífico. Alaska concentra la mayoría de los terremotos fuertes registrados en Estados Unidos y ha experimentado algunos de los más potentes del mundo, incluido el sismo de magnitud 9,2 ocurrido en 1964.
En el norte de Canadá, aunque los movimientos son menos frecuentes, las placas y microplacas que convergen en el área generan actividad sísmica capaz de producir temblores importantes.
En zonas como Haines Junction o Yakutat, los equipos de emergencia permanecieron atentos durante las horas posteriores, revisando infraestructura básica y caminos secundarios que pueden verse afectados por desprendimientos. Hasta ahora no se han reportado interrupciones significativas de servicios ni bloqueos en rutas.
El episodio reaviva la atención sobre los riesgos sísmicos en áreas remotas, donde las distancias complican la respuesta inmediata y donde los sistemas de alerta dependen del monitoreo conjunto entre Estados Unidos y Canadá. Los organismos científicos de ambos países continuarán ajustando sus modelos sobre la actividad en la región a medida que lleguen más datos de las réplicas y de las estaciones de registro distribuidas en el norte.
