Ya no hay colas por diésel en Santa Cruz y desde la frontera con Perú se reporta escasez y largas filas


El fin del contrabando da señales de cambio en el mapa del combustible. EL DEBER hizo un recorrido en Santa Cruz

 

Por Raúl Domínguez



Fuente: eldeber.com.bo

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“Hay diésel, pero ya no hay quién compre”, resumía un funcionario de un surtidor cercano al mercado Los Pocitos, en la zona del Plan Tres Mil, en Santa Cruz de la Sierra. Un recorrido realizado por EL DEBER la noche del lunes por el sector sureste de la ciudad confirmó esa percepción: las largas colas para adquirir diésel prácticamente desaparecieron y las pocas filas visibles correspondían a la compra de gasolina.

El escenario contrasta con los días previos y ocurre incluso cuando el paro del transporte urbano seguía vigente. De acuerdo con datos oficiales, menos de la mitad de los más de 10.000 microbuses de la capital cruceña funciona con diésel; la mayoría opera a gas natural vehicular (GNV). Por ello, el transporte urbano tiene una incidencia limitada en el consumo de este combustible, a diferencia del transporte pesado, principal demandante del diésel.

Mientras en Santa Cruz las colas se disipan, en la frontera peruana con Bolivia comienza a registrarse escasez. En redes sociales se multiplican reportes desde localidades como Yarinacocha, Pucallpa o Juliaca, donde las filas para cargar diésel y gasolina crecen día a día. Usuarios peruanos atribuyen la situación a la eliminación de la subvención de los carburantes en Bolivia, una medida impulsada por el gobierno de Rodrigo Paz

Un usuario peruano de TikTok, identificado como versusdivergencias, describió la escena desde Pucallpa: “Al parecer, Pucallpa se está quedando sin combustible. Desconocemos los motivos, pero todos los grifos de Yarinacocha y Pucallpa están abarrotados de vehículos que buscan conseguir combustible”.

Desde el lado boliviano, otros usuarios de la misma red social aseguran que el flujo de combustible de contrabando hacia Perú se cortó casi por completo tras la nivelación de precios. Como consecuencia, las filas por diésel desaparecieron en los surtidores del país. En los meses de auge del contrabando, un turril de 200 litros de diésel boliviano se compraba en 580 soles (unos $us 172) y se revendía en Perú hasta en 800 soles, lo que dejaba una ganancia aproximada de $us 75 por unidad.

En una reciente reunión con distintos sectores en La Paz, el presidente Paz explicó por qué la subvención no se retiró de manera gradual. “Si lo hacías gradual, siempre iba a haber margen para que alguien te robe. Hoy los precios están al nivel internacional: valen aquí, en Perú y en Argentina. Así se pierde el contrabando”, sostuvo.

“YPFB está cumpliendo”

La gerente de la Asociación de Surtidores de Santa Cruz (Asosur), Asosur Susy Dorado, aseguró que YPFB está cumpliendo “al 100%” con la provisión de combustibles, aunque reconoció que las ventas son bajas.

“No es solo el aumento del precio. Las estaciones seguimos sujetas a normativas vigentes de la Agencia Nacional de Hidrocarburos. El sistema de facturación automática B-Sisa sigue intacto y nos impone condiciones para comercializar diésel y gasolina”, explicó.

Dorado detalló que los controles regulatorios continúan pese al nuevo decreto. Recordó que siguen vigentes las tarjetas de control de combustible, con un límite de compra de hasta 1.200 litros mensuales, y que aún no se ha reglamentado la salida del diésel de la lista de sustancias controladas. A ello se suma que no se ha oficializado el nuevo precio internacional para la venta en estaciones de servicio.

“El sistema exige un precio internacional para placas extranjeras, pero no podemos modificarlo sin una resolución administrativa de la ANH que actualice esos valores”, añadió.

Actualmente, el precio del diésel oil es de Bs 9,80 por litro; la gasolina Premium cuesta Bs 11,00 y la gasolina Especial, Bs 6,96, según datos oficiales de la ANH.