Luego de un par de tropiezos de taquilla este 2025 (“Elio” y “Tron Ares”) Disney parece haber encontrado la película perfecta para cerrar el año: Zootopia 2 la cual no solo es una gran secuela, es entretenimiento puro y lo mejor que ha hecho Disney en años.
Lejos de repetir la fórmula que llevó al éxito a Zootopia (2016), esta nueva entrega se sumerge con inteligencia en la tradición del cine noir (cine negro), y como toda buena cinta de policías arranca con una persecución en la que nuestros entrañables héroes, la coneja Juddy Hopps (Ginifer Goodwin) y el zorro Nick Wilde (Jason Bateman), se tropiezan con un pedazo de piel de serpiente, intrigante hallazgo puesto que en Zootopia no hay reptiles.
En esta aventura nuestra pareja dispareja deben luchar por conservar su puesto en la fuerza policial de Zootopia. La fuerza moral de Juddy es el contrapeso perfecto para la sabiduría callejera de Nick. Hay nuevos personajes que se suman a la saga como Gary De’Snake, la serpiente que debe rescatar la memoria de su especie, la castora Nibbles Maplextick y los Lynxley, familia de linces que nos recuerda a esas familias corruptas por el poder.
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Zootopia la ciudad es, de por sí, todo un personaje. En esta oportunidad el barrio conocido como Marsh Market, el escondite de los reptilianos, con esa estética de un pantano en Florida o Luisiana es un lugar increíble que exuda vida, periferia, comida callejera y más.
Uno de los mayores aciertos de Zootopia 2 es su capacidad de funcionar como espejo de nuestras propias metrópolis, donde el desarrollo inmobiliario asociado a la modernidad va desplazando —o directamente borrando— a otras tribus urbanas. La película insiste, sin subrayados innecesarios, en la importancia de la diversidad, la tolerancia y la convivencia. El gran mérito de la película es confiar en que el público puede entender todos estos sub textos sin que alguien los explique.
Con esta película Disney prueba que apostar por entretenimiento inteligente también es rentable: Zootopia 2 recaudó mil millones de dólares en la taquilla mundial en tan solo 17 días, todo un récord para una película de animación, revitalizando así el cine familiar. Ahhh y se viene la tercera parte!.
Bugonia: Una oda a la paranoia de nuestro tiempo
Bugonia (del griego bous, buey, y gonē, progenie) es un término con el que se denomina a la vieja creencia, muy extendida hasta el siglo XVII, de la generación espontánea de abejas a partir del cadáver de un buey. El mito simbolizaba la idea de que la vida puede surgir incluso desde la podredumbre. Bugonia también es el nombre de la nueva película del irreverente Yorgos Lanthimos quién nos regalase joyas como Pobres Criaturas (2023) y Tipos de gentileza (Kind of kindness 2024).
Michelle (Emma Stone) una alta ejecutiva de la industria farmacéutica fría y calculadora, es secuestrada por Teddy (Jesse Plemons) un empleado de la compañía obsesionado por las teorías conspiranoicas que jura y perjura que Michelle es una alienígena que quiere destruir a la humanidad. La película arranca de manera convencional y luego empieza a torcerse y manipular al espectador al mejor estilo de Lanthimos.
Más allá de su premisa provocadora, Bugonia se sostiene sobre interpretaciones descomunales. Emma Stone confirma, una vez más, que es probablemente la mejor actriz de su generación. Jesse Plemons, por su parte, entrega una actuación superlativa: construye un personaje oscuro y profundamente complejo, que oscila entre el fanático conspiranoico y el adulto emocionalmente inestable, marcado por un pasado traumático. “El 99,9 % de lo que llaman activismo es exhibicionismo y simple mantenimiento de marca disfrazado”, sentencia Teddy en uno de los diálogos más punzantes de una película cargada de agudeza y acidez.
Un detalle que no es menor: en uno de los momentos más duros de la cinta se escucha Basket case de Green Day canción cuya letra habla sobre la angustia existencial y mental y la dificultad de lidiar con la sociedad. Así es Bugonia, una película aparentemente demencial, pero que termina siendo una cinta más inteligente de lo que esperas. La película también es la prueba de lo que sucede con las teorías conspiranoicas: El delirio y el bulo siempre encuentran la forma de hacerse pasar por lógica.
Más allá de su original propuesta, estupendas actuaciones y el giro final de la trama, la película toca temas contemporáneos como el negacionismo, la desconfianza en la ciencia y las grandes corporaciones, y la brecha entre clases sociales, y lo hace con un enfoque totalmente disruptivo y radical. Si le das una oportunidad, Bugonia podría convertirse en tu película favorita de este año.
Roberto Marcelo Vera