Una imagen nocturna de la planta de urea y amoniaco que está ubicada en Bulo Bulo. | ABIDespués de cuatro años de construcción, hoy se inician las operaciones de la planta de urea y amoniaco de Bulo Bulo sin la ferrovía para trasladar la producción hasta Montero y con denuncias laborales en contra de la empresa Samsung que ejecutó el proyecto con una inversión final de 953 millones de dólares.Según el ministro de Hidrocarburos, Luis Sánchez, el inicio de operaciones de la planta de urea marca la era de la industrialización, puesto que Bolivia no solamente dejará de importar 27.000 toneladas anuales de este fertilizante sino también estará en condiciones de exportar el 85 por ciento de las 600.000 toneladas que puede producir la planta en ese periodo.“Es el proyecto más importante en la historia de Bolivia, una inversión gigante, 953 millones de dólares, pero más allá de todo, es un salto cualitativo que en más de 192 años nunca se ha consolidado la industrialización del gas; mañana (hoy) se iniciará las operaciones de esta petroquímica gigante que cambiará el agro, la economía, el concepto de la industrialización”, afirmó Sánchez.Inicialmente, estaba previsto que la planta comience a operar con la puesta en marcha de la ferrovía Montero-Bulo Bulo, que sólo alcanzó un avance físico de 63,43 por ciento. Esa demora obligó a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) a plantear un proyecto de logística alternativo para el traslado de la producción hasta Montero en camiones aunque ya se adquirieron los vagones.Paralelamente, la empresa Samsung que ejecutó el proyecto afronta procesos judiciales por incumplimiento de pago de beneficios sociales hacia al menos 400 trabajadores de empresas subcontratadas, que derivan de la vulneración de siete puntos del contrato suscrito con YPFB.Juan Pablo Lozano, quien formó parte de la construcción de la planta como miembro de la empresa Serpetbol, que fue subcontratada por Samsung para realizar obras específicas, dijo que hace poco se realizaron dos reuniones entre los representantes de Samsung, Serpetbol, YPFB y el diputado Benigno Vargas, pero que de ambos encuentros no se obtuvo ningún acuerdo.Según una carta enviada en abril pasado al entonces presidente de YPFB, Guillermo Achá, los representantes de los trabajadores afectados solicitan a la empresa estatal la retención de las boletas de garantía.Según el gerente de Serpetbol, Rodrigo Virreira, el conflicto con Samsung surge por un supuesto incumplimiento por parte de la firma surcoreana. Dicho incumplimiento representa una deuda de más de 12 millones de bolivianos que dejó en quiebra a Serpetbol y sin la posibilidad de honrar las deudas con sus trabajadores.LOS MERCADOS Según el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, los países de Perú, Paraguay y Argentina expresaron su interés en comprar la urea boliviana, por lo que el mercado para la producción de esa planta está asegurado.Aunque existen convenios suscritos con potenciales mercados para la exportación de la producción de la planta, actualmente no existe un contrato formal.Santa Cruz | Los Tiempos